Si lo dicen ellos suena mejor y más alto

Por, Ernesto Pérez Vera


Interesantísima noticia la publicada el 7 de enero 2013 en el USA Today, el periódico de mayor tirada y seguimiento de Estados Unidos (2,25 millones de ejemplares diarios). Aunque ha trascurrido un año, en aquel momento ya quedó reflejada en mi muro de Facebook. El periodista Kevin Johnson se hizo eco de la mutación filosófica del Federal Bureau of Investigation (FBI), en lo referente al entrenamiento con armas de fuego. Aunque esta agencia dependiente del Departamento de Justicia estudia los enfrentamientos armados en los que se ven envueltos los agentes de la autoridad (informes anuales Leoka, sobre los que he escrito durante varios años), ha tardado décadas en ponerse las pilas y en aplicarse aquellas conclusiones que los cuerpos locales ya venían teniendo en cuenta para el adiestramiento de sus miembros. El sistema de formación del FBI llevaba 30 años sin ser modificado.


El FBI ha hecho público que en los últimos 17 años sus agentes se han visto implicados en 200 tiroteos y que el 75% de ellos se produjeron a no más de 3 yardas de distancia (menos de 3 metros). Esto coincide con los datos finales que la propia agencia federal exterioriza anualmente, cada vez que informa sobre los encuentros armados que protagonizan los agentes del orden de aquel país. Por cierto, 2011 cerró su programa estadístico con 63 policías asesinados, y 2012 con 48. Bud Colonna, jefe de la Unidad de Capacitación de Tiro del FBI, dijo que las circunstancias relacionadas con aquellas muertes habían agregado ‘mucho peso’ a los cambios implementados ahora en la propia oficina federal. También confirmó, respecto a los 63 homicidios referidos, que se produjeron en el curso de actuaciones policiales de lo más cotidianas.

Hasta la fecha de la noticia, los federales pasaban trimestralmente por la galería tiro. En cada convocatoria efectuaban 50 disparos, ejecutando más de la mitad a distancias de entre 15 y 25 metros. El nuevo programa de entrenamiento aumenta el consumo de cartuchos hasta 60, realizándose 40 disparos a distancias de entre 3 y 7 metros. Esto se llama evolución, pero no puedo ocultar mi extrañeza al saber que esta gente ha tardado tanto tiempo en equipararse a los cuerpos metropolitanos o locales. Aunque parezca mentira, hasta estos momentos los ejercicios de tiro del FBI se hacían con fundas no cubiertas por prendas de vestir, cuando ellos siempre trabajan de paisano y abusando de las chaquetas, americanas y de los blazers (es casi una seña de identidad para ellos). Entre las variaciones estudiadas está practicar con ropas que cubran la pistolera. Esto obliga a los tiradores a aprender cómo apartar la prenda para posteriormente desenfundar, empuñar y encarar o presentar el arma. El propio director de la agencia, Robert Muelle, ha supervisado personalmente los protocolos del nuevo sistema de programación de los entrenamientos. Bajó a la Tierra y cumplió, como uno más, con el nuevo plan anual de tiro.

También se está poniendo un énfasis especial en la formación dirigida a resolver situaciones de enfrentamiento en lugares cerrados. Esto es algo generalizado a lo largo de todo el país y en todas las instituciones armadas, después de los últimos sucesos luctuosos conocidos de tiradores activos en centros educativos (colegios, institutos y universidades) y lúdicos (cines, restaurantes y centro comerciales).

Desde febrero de 2013, en Quantico, Virginia (sede de la Academia del FBI), se entrena también con un simulador virtual de tiro Motion Reality. El sistema se emplea para que los funcionarios aprendan cómo despejar debidamente los espacios cerrados (habitaciones y edificios completos). Puede albergar hasta 6 agentes a la vez y todo lo realizado queda debidamente filmado para que, posteriormente, los instructores lleven a cabo los pertinentes análisis y las correcciones oportunas sobre los actuantes. EL HRT, Hostage Rescue Team (Equipo de Rescate de Rehenes), también ha probado el simulador. Sus integrantes manifiestan que ofrece infinitas posibilidades, lo que va a permitir abandonar el actual sistema de construcción física, total o parcial, de los escenarios objeto de asaltos reales. Tom McLaughlin, que es el director comercial de Motion Reality, presentó el sistema asegurando que no existe otro con ese nivel de posibilidades. McLaughlin, dijo: “El cerebro cree que esto es real”. Motion Reality tiene su sede en Georgia (Estados Unidos) y en 2005 ganó un premio por sus logros en la animación de personajes y por su tecnología para la captura de movimientos. Por cierto, la unidad de entrenamiento con armas de fuego y la de escenarios virtuales son independientes.


Algunos cuerpos de seguridad españoles, como la Policía Municipal de Madrid, León, Valladolid y el Cuerpo Nacional de Policía (Academia de Ávila), entre otros, ya han experimentado con simuladores virtuales Indra, cuyo fabricante radica en León (España). A nivel castrense empleamos, en según qué fase del adiestramiento y dependiendo de la unidad, diversos medios virtuales de tiro, tanto de combate como de precisión. Pero esto no es un invento del siglo XXI, en 1930 la Policía de Alemania ya lo usaba: http://blog.modernmechanix.com/trained-to-get-their-man-on-the-run/


Para los neófitos puede parecer que las conclusiones arriba reflejadas, respecto a los enfrentamientos a cortas distancias, son algo novedoso que tenemos que copiar y aplicar en España. Nada de eso. Somos muchos, aunque no tantos como debiéramos ser, los instructores españoles que basamos nuestras enseñanzas en esa misma línea o filosofía. Quienes entrenan conmigo, o siguen mis artículos, saben que soy muy reiterativo en ello. Solo así se puede avanzar en la dirección correcta para cambiar y evolucionar.

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