LAS MALAS PERSONAS NO PUEDEN SER PROFESIONALES EXCELENTES
Por, Ernesto Pérez Vera
Siendo un servidor de
ustedes un vulgar paleto sin papeles, nada ilustrado y mínimamente viajado,
¿cuántas veces he rezumado rabia, cuando no también odio, en forma de rajada
pública contra determinados infames a los que tuve que soportar durante años? Muchas
veces, ¿a qué sí? Incluso muchas más veces de las que yo mismo quería. Unos
eran mandos y otros eran meros policías, como yo mismo fui.
He despotricado,
principalmente, contra aquellos coleccionistas de mediocridades que sin pudor copaban,
y copan, puestos de responsabilidad para no ejercerla, pero sí para cobrarla.
He rajado, despachándome a gusto, de los encumbradores de miserables
manifiestamente vagos e incompetentes. Y siempre que he podido he vomitado en los
zapatos de quienes presumían de lo logrado, omitiendo el cómo y mintiendo sobre
los cadáveres enterrados en la fosa de la verdad. Juro que me esfuerzo por no
despotricar, rajar y vomitar sobre esta chusma, pero voy perdiendo la partida.
Hoy, como otras tantas veces, no he podido resistirme.
Leyendo “La Vanguardia”
me he encontrado con una fresca entrevista realizada al psicólogo
norteamericano, de 73 años, Howard Gardner. Míster Gardner, que ejerce como investigador
y profesor en la Universidad de Harvard, es conocido en el ámbito científico
por sus investigaciones en el análisis de las capacidades cognitivas y por
haber formulado la teoría de las inteligencias múltiples, trabajo por lo que en
2011 recibió el Premio Príncipe de
Asturias de Ciencias Sociales.
Aunque más abajo enlazo
la entrevista completa, les adelanto estas nada desdeñables palabras del
septuagenario: “Las
malas personas no pueden ser profesionales excelentes. Nunca llegan a serlo.
Tal vez tengan pericia técnica, pero no son excelentes. (…) En clase cumplen lo
mínimo y sólo estudian por el título; y después en su trabajo cumplen lo justo
por el sueldo. Pero sin interesarse de verdad limitan su interés y dedicación. Son
mediocres en todo”.
Hoy, aunque sigo igual
de majareta que siempre, me siento una pizca arropado por la neurociencia.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarTuve el honor de asistir a una conferencia de este señor días antes de que le concedieran dicho premio. Una de las mejores experiencias de mi vida, hay conversaciones por las que se pagan, y la que escuché yo entre Gardner y Punset vale oro.
ResponderEliminarGracias por revivir este recuerdo ;)
Gracias por tu comentario. Y enhorabuena.
Eliminar