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Mostrando entradas de junio 30, 2010

¿A la cabeza, al pecho o a una pierna… adónde dirigir nuestros disparos? ¡No siempre podremos alcanzar la zona deseada

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Ernesto Pérez Vera Entre los profesionales del tiro policial se escribe y se debate mucho sobre las heridas provocadas por las armas de fuego. El fin de los disparos policiales es, casi siempre, provocar la rápida incapacitación de una persona . La tarea no es fácil. Existen muchas teorías al respecto. Algunos consideran que el calibre del arma es, en este caso, lo más importante. Otros creen que el tipo de proyectil, su peso y velocidad son los únicos factores que deben tenerse presentes a la hora de producir, con uno o pocos impactos, heridas que lleven al adversario al fuera de combate inmediato. Permítanme la reiteración: desde el punto de vista policial lo que casi siempre se pretende es parar o detener una agresión hostil grave. Nunca o casi nunca se busca exterminar una vida, si bien esto último no siempre está totalmente controlado por el sujeto activo del disparo . Un tiro dirigido a una zona del cuerpo que en principio no es vital, puede provocar, si no en el a