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Mostrando entradas de junio 24, 2014

¿Por qué nos pisamos las porras...?

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Por, Ernesto Pérez Vera Muchos compañeros me preguntan la razón de por qué a los policías locales se nos tiene, en según qué ámbitos y también según qué perfiles humanos y profesionales, como policías de segunda división. Quien así nos vea acredita ser un cretino mayúsculo. Los polis de segunda no se miden por el tamaño de sus porras. Tampoco por color del uniforme. Mucho menos por el grosor de sus nóminas. Los funcionarios de policía se autodegradan a segunda división en virtud de cómo se sientan dentro del uniforme y, principalmente, por cómo actúan cuando se hayan investidos del carácter de agentes de la autoridad. Algunos, misteriosamente, sufren sarpullidos por las mañanas cuando se despiertan y recuerdan que en papeles son agentes de policía. El antídoto se llama nómina. Estos, por ejemplo, son de tercera división regional. Y esto no es cosa de escalas. Que muchos desechos de tienta se ocultan tras la placa es más que sabido, pero que otros lo hacen bajo las hombreras de