LA CORRECTA ELECCIÓN DE UN ARMA DE DEFENSA Y SEGURIDAD
Por Ernesto Pérez Vera
La elección de un arma de fuego destinada
al servicio policial o la defensa civil, es algo más complicado de lo que
parece. Son muchos los factores que deben determinar la selección entre los
distintos productos que el mercado actual ofrece, que no son pocos. Una vez se haya
dirimido entre revólver o pistola, hay que decidir qué marca y modelo comprar. Esta
es otra decisión trascendental. Un policía debe tener suficientes datos de
cuanto se mueve en el mercado, y si careciera de dicha información debería
buscar el asesoramiento de un instructor de tiro (de uno de verdad, no de uno
de pacotilla).
Con frecuencia se ve y oye como
algunos policías aconsejan adquirir determinadas armas, alegando que por el
precio de venta sería una buena adquisición. A veces, en estos casos, solamente
el precio del arma es lo único que de ella se conoce. En tales casos se
refieren, casi siempre, a armas antiguas dotadas de mecanismos obsoletos y
alejados de lo que un arma de defensa debe poseer. Estos eventuales consejeros
se erigen en expertos o bien poseen un oscuro y escondido propósito de lucro
para cobrarse una comisión por la venta del producto —muy frecuente—. Hago esta
referencia por los que todavía siguen aconsejando protegerse con pistolas Astra
300, Star S, SS, D, DKL, Cub, etc., todas ellas dispuestas para disparar los
calibres 9 mm Corto (.380 ACP), .22 LR, 7,65 mm (.32 ACP) o 6,35 mm (.25 ACP). Calibres
que, aunque pueden producir la muerte, son de escasa eficacia y garantía para
la defensa. A ello hay que sumar mecanismos de disparo exclusivamente de simple
acción. A ver. Esto es como si un amigo quiere comprarse un coche para su
disfrute diario y tratamos de convencerlo para que adquiera un SEAT 850, alegando
en favor de la operación comercial que consume poco combustible y que su precio
es muy bajo. ¡Pues claro!
Otros aconsejan las armas
antedichas porque las ven salir a buen precio en las subastas de armas que periódicamente
se realizan en las comandancias de la Guardia Civil. Estos últimos asesores no
suelen tener mala fe al sugerir estas adquisiciones para uso defensivo, lo que
ocurre es que simplemente no saben nada del asunto, aunque seguramente sumen
muchos trienios de antigüedad en su empresa armada. En fin, que hay gente que
no sabe que no sabe…
En ocasiones se da como consejo hacerse
con armas muy grandes, armas con cañones de cinco pulgadas o más. Se presenta
como ventaja la mayor precisión de tiro. La verdad es que es cierto, estos
cañones deberían otorgar más precisión, ahora bien ¿quién porta muchas horas al
día y muchos días al año un arma de esos pesos y tamaños? Al final, esas herramientas
acabarán siendo abandonadas en un cajón de casa o en el armero de seguridad. En
el mejor de los casos serán usadas exclusivamente para tiro de entretenimiento
o deportivo, pero no para el fin que primeramente llevó a su poseedor a
adquirirla, o sea, la defensa y seguridad personal.
Siempre se debe tener en cuenta el
tamaño de la mano del tirador (la talla), algo muchas veces obviado por
compradores y aconsejadores, razón por la que en las galerías de tiro se ven a
tantos a profesionales empleando armas muy grandes en manos pequeñas o
viceversa. La talla, importa. Esto es más frecuentemente observable entre las
mujeres, quienes suelen poseer las manos de inferior tamaño a la de los hombres,
recibiendo de dotación el mismo armamento que cualquier compañero varón. Un
error muy grave, que a veces impide a
las féminas disparar en doble acción (DA).
Deberían tomar ejemplo las
jefaturas de todos los cuerpos de policía de nuestro país, de muchos departamentos
de policía norteamericanos. Allí se suelen tener en dotación varias marcas y
modelos de armas, con la intención de dar a cada agente el arma más acorde a su
condición física. No obstante, existen cuerpos de Policía Local en nuestro país
cuyos jefes se han dejado asesorar por experimentados funcionarios a su mando.
Se me viene a la mente el caso de la Policía Local de Aranjuez (Madrid), en
cuya plantilla existen varias marcas y modelos de pistola para, del modo más
oportuno, dotar a los funcionarios del arma más apropiada en virtud del tallaje
de las manos.
Otro importante factor a tener presente
por el funcionario que va adquirir el arma a título privado o por la unidad que
la va a adoptar de modo oficial, es que llegue a comprender todos los sistemas mecánicos
de disparo que existen en el mercado, así como sus ventajas e inconvenientes. Hablamos,
pues, de las armas de simple acción (SA), de solo doble acción (DAO), de acción
mixta —que funciona en SA y DA—, del sistema clásico de Glock (Safe Actión), etc.
Del calibre a seleccionar no se
dirá nada en cuanto a las armas de dotación, pues, como en el caso de Andalucía
(región a la que pertenece el autor del artículo), la Ley de Coordinación de
Policías Locales ya establece que para las pistolas debe ser el 9 mm Parabellum
y para revólveres el .38 Especial. La norma deja a criterio de cada cuerpo la
elección de uno u otro tipo de arma. Y a nivel de los cuerpos estatales el tema
también está zanjado desde hace años con el 9 Parabellum. Sí que habría mucho
que decir respecto al tipo de proyectil a emplear: cada cuerpo es libre de usar
el que quiera, excepto que por norma interna o autonómica —caso de cuerpos
locales— se deba emplear uno concreto o se encuentre prohibido alguno en
particular.
Cabe subrayar que si la
adquisición del arma se efectúa a nivel privado/particular, para la defensa del
agente en horario en el que se encuentre franco de servicio, es aconsejable elegir
un calibre que además de proporcionar una buena capacidad balística también sea
de fácil adquisición en armerías y galerías de tiro. De este modo se podrá conseguir
munición con la suficiente facilidad como para poder entrenar con la frecuencia
que requiere la necesidad de estar siempre habituado al uso del arma. Desde el
punto vista logístico, también será muy acertado tener en el arma privada el
mismo calibre que en el arma de dotación oficial. En consecuencia, se podría comprar
munición con la misma facilidad y comodidad para entrenar con ambas armas.
Conozco casos de compañeros que adquirieron
armas de los calibres .357 Magnum y 10 mm Automático (mejor coeficiente
balístico que los calibres reglamentarios). Son policías que ni saben de armas
ni les gusta entrenar con ellas, pero les pareció goloso tener un arma grande y
contundente de calibre, aunque de él no supieran nada. Eso sí, alguien en una
película les dijo que eran “la caña de España”. Si ya de por sí no les gustaba pasar
por la galería para ejercitarse, menos aún les gustó pasar a comprar cartuchos cuando
supieron:
1º.- Que la armería no tenía esa munición en existencia y que debía
pedirla al distribuidor, con el consiguiente tiempo de espera.
2º.- El precio de la caja de cincuenta cartuchos.
¿Qué hicieron estos compañeros
con sus armas? Pasó que durante años usaron en el cargador los primeros
cartuchos que compraron, los de la primera caja de cincuenta unidades, y muy de
vez en cuando dispararon alguno. Tiraron con cuentagotas durante muchos años,
porque volver a comprar munición era excesivamente costoso. De todos modos, tirar
no es entrenar. A veces, para colmo, debían esperar mucho tiempo hasta que la
armería de su ciudad volviera a realizar otro pedido. En fin, pasó lo que tenía
que pasar: que los hierros acabaron en el cajón de la ropa interior, donde
criaron pelusa.
El policía que eligió el calibre
.357 Magnum se dejó aconsejar, menos mal. Este pudo disparar con más de
frecuencia que el otro. Usaba munición del calibre .38 Especial (compatible en
revólveres recamarados para .357 Magnum), la cual es barata y fácil de conseguir
en las tiendas especializadas y en los clubes de tiro. En ocasiones incluso la recibía
como presente, de vez en cuando, pues es una munición abundante en estamentos
deportivos y policiales. Los otros dos policías, los que terminaron gastando su
dinero en armas del 10 mm Auto, optaron por inutilizar las pistolas para
venderlas, pues nunca encontraron comprador para ellas.
Una vez elegido el arma, ya sea
para trabajar o para portarla en franjas horarias de no trabajo, es aconsejable
acompañarla de la funda adecuada. Vemos por ahí a personas con armas de máxima
calidad portadas en fundas que proporcionan pésima o nula seguridad. A esto de
la funda casi nunca se le presta la atención debida, siendo tan importante, o
quizá más, como el propio arma. ¿De qué sirve tener una pistola de mil euros en
una funda de diez pavos, si en el momento en el que se produce el ataque no se
localiza el arma? No crean que esto es una exageración, se ve en muchos
entrenamientos: funda y arma se pasean por casi todo el contorno de la cintura cuando
se hacen cinco flexiones en el suelo y se corren diez metros. Esto pasa también
con solamente moverse bruscamente para salir de la línea de tiro del agresor o al
descender del coche. No quiero pensar dónde acabaría el arma si hubiera que
correr doscientos metros detrás de un delincuente, saltar un muro o una
alambrada y después forcejear el perseguido ya alcanzado.
Existen infinitas marcas y
modelos de fundas, desde las más sofisticadas hasta las más sencillas y
económicas. Hay fundas que requieren de hacer un curso para entenderlas y aprender
a desactivar sus mecanismos de seguridad, algunas de ellas con mecanismos de
desactivación totalmente antinaturales. Y otras carecen de todo respeto por la
seguridad del arma y de su portador.
Recomiendo fundas construidas con
materiales rígidos como el kydex u otros similares, con niveles de retención
pasiva o de nivel I, para portar bajo la ropa (servicios de protección por
ejemplo), y con nivel II para servicios uniformados. Puede ser una ventaja
portar pistoleras con nivel III de retención, si bien ese tercer nivel
solamente sería necesario activarlo en determinados casos (riñas tumultuarias,
ferias, manifestaciones, etc.), cosa que se puede hacer con un leve toque
dactilar. Un servidor utiliza una pistolera con dos niveles de seguridad cuando
trabaja uniformado, pero dejando activado únicamente el primero, tras haber inutilizado
de modo artesanal el segundo nivel.
Pregunten cuando tengan dudas,
seguro que en su unidad o plantilla hay un agente con conocimiento y
experiencia suficiente para guiarle por el buen camino. Saldrán muchos a darles
consejos, pero en el fondo usted sabrá quien es el que de verdad sabe de lo que
está hablando.■
PUBLICADO EN REVISTA ARMAS.ES Nº11 DE SEPTIEMBRE/OCTUBRE DE 2008
PUBLICADO EL 20 DE OCTUBRE DE 2009 EN EL Nº82 DE WAR HEAT INTERNACIONAL
grandes palabras, la eleccion correcta casi siempre se hace bien, un buen articulo sigue asi saludos, Abel.
ResponderEliminargrandes palabras, la eleccion correcta casi siempre NO SE HACE BIEN ( ERROR DE MECANOGRAFIA )
ResponderEliminarGracias Abel. Espero sigas visitándome.
ResponderEliminarErnesto.
Buen artículo, como todos los de este blog. Felicidades por sus trabajos Sr. Perez Vera.
ResponderEliminarGracias Vila, espero siga usted visitando este sitio. En breve, colgaré un artículo muy exitoso, el cual verá la luz en la Revista War Heat Internacional, si bien, también salió publicado en abril en Armas.es -el periódico-
ResponderEliminarErnesto (Veritas Vencit)
Saludos desde Colombia.
ResponderEliminarDebo decir que su artículo sobre la selección del arma apropiada es muy acertado. A veces el desconocimiento y la "fiebre" hace llevar al comprador adquirir armas de alto calibre y no tienen en cuenta la munición, que en ocasiones no es fácil conseguir. Olvidaste mencionar los mecanismos de seguridad que ofrecen las pistolas, que pueden ser muy sencillos como en la Beretta 92F o la Browning, y los más confiables como lo es la Glock en sus modelos o la Walther en su modelo P99.
Roger Vinces
Cali - Colombia
Estimado Roger:
ResponderEliminarLe agradezco el comentario y la lectura de mis trabajos, espero que siga visitando este blog desde su tierra.
Efectivamente, en este artículo sobre el arma a seleccionar para el trabajo, no menciono los mecanismos de seguridad de las pistolas. Creo que el tema es tan importante, y amplio, que el asunto lo abordo en un artículo independiente; le dejo link: http://tirodefensivocampodegibraltar.blogspot.com/2010/09/consideraciones-operativas-y-tacticas.html
Muchas gracias.
Ernesto.
Buen artículo y excelente enfoque, claro está, existen muchas variables que hay tomar en cuenta al momento de seleccionar un arma y con seguridad, cada persona, tendrá sus partículares situaciones para escoger una; en lo personal, para defensa personas, es mejor portar un arma compacta o subcompacta, de gran calíbre, disimulada en la ropa y si tenéis facilidades económicas, adquirir otra para ser usada en casa, en el campo o en sutuaciones que requieran un mayor tiempo de reacción en distancias de más de 25 Mts. hasta los 60 Mts.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Adelkader.
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