¡COSAS QUE PASAN! ¿ESTÁS PREPARADO...?
Por Ernesto Pérez Vera
Stephanie Bellis Warner, agente
femenina del Departamento de Policía de Brentwood, Tennessee (Estados Unidos),
es ejemplo de muchas cosas. El 6 mayo de 2002 se enfrentó a un atracador que
estaba armado con un fusil de asalto. La funcionaria, que resultó herida en un
brazo, consiguió alcanzar con un disparo a su particular homicida.
Al filo de la una de la tarde de tan
primaveral día, Warner recibió por la emisora de su coche-patrulla un aviso de
atraco al Banco de América. Estaba cerca del lugar, por lo que de inmediato
activó el sistema acústico y luminoso de su vehículo. “A medida que me iba a cercando
al banco, iba notando que el corazón me latía cada vez con más fuerza. Estaba
segura de que llegaría a tiempo para poder atrapar in fraganti al ladrón”, reconoció la agente, durante
una entrevista concedida posteriormente a diversos medios de comunicación.
No se equivocó: llegó antes que
ningún otro compañero suyo. Pero cuando
estaba accediendo a un cruce cercano al lugar del robo recibió una ráfaga de
disparos que entraron por la ventanilla delantera derecha, por la del asiento
del acompañante. Por suerte, patrullaba en solitario. Stephanie supo que
tenía que abandonar el automóvil y lo abandonó. Tal y como admitiría más tarde,
no recuerda haber abierto la puerta del coche ni haberse desabrochado el
cinturón de seguridad, pero evidentemente lo hizo.
Ver vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=_tWdHHH-TV8
Al descender del patrullero
desenfundó su pistola Glock 22 del calibre .40 S&W, pero perdió el
equilibrio y resbaló. Cayó al suelo. Se incorporó rápidamente, viendo como desde
uno de sus brazos goteaba sangre. Ya no volvió a mirarse más la herida durante
un buen rato. No podía. Su atención
estaba totalmente centrada en otra cosa, en un varón que se encontraba justo
detrás del coche policial. El hombre, de aspecto enloquecido, disparaba hacia
ella con un fusil de asalto AR-15 del calibre 5.56x45 mm Otan. La situación
era dramática. Entre Warner y su atacante solamente distaban los metros que tenía
de longitud el propio vehículo. Muy poca distancia. Se tirotearon el uno al
otro durante unos segundos, siendo indudablemente más contundente cada serie de
disparos efectuados por el delincuente. Pese a todo, la funcionaria consiguió
herir en una pierna a su antagonista.
Amigos lectores, más difícil
todavía: en mitad del tiroteo, Stephanie agotó la munición de su cargador. Una verdadera
pesadilla, vamos. Pero gracias al entrenamiento recibido, consiguió introducir
un cargador nuevo en el arma, pudiendo continuar defendiéndose a tiro limpio.
Según contó ella en su momento, no dejó de moverse ni un solo instante,
quedando todo ello filmado por el sistema de grabación de su coche. Se movía mientras localizaba al atracador a
la par que disparaba y, también, mientras recargaba la pistola. Para colmo,
no dejó de enfocar (visualmente) la zona de riesgo. Solamente durante una
fracción de segundo desvió la vista de su contrincante y fue para introducir el
cargador de repuesto en su arma, algo a lo que incluso una persona adiestrada
tuvo que recurrir ante el brutal derrumbamiento emocional que la situación regalaba.
La mujer recuerda que sus piernas
“se
movían más velozmente que nunca”. Sentía
que se movían más que su propio corazón y eso que éste seguía aumentando su
frecuencia cardiaca. Le vino bien que la fisiología funcionara tal y como se
esperaba de ella, permitiéndole estar alerta. Aunque suene a película, las
cosas se complicaron todavía más: mientras los disparos iban y venían, no
solamente ella se desplazaba… también lo hacía su coche. Se produjo algo del
todo rocambolesco, y es que al descender de él con tanta prisa, el automóvil
quedó en marcha y en movimiento; lento, pero en movimiento. Circulaba
desgobernado en la dirección que ocupaba la joven policía. Por ello, Stephanie no
solo se desplazaba lateralmente, para ponérselo difícil al tipejo del fusil,
sino que también corría de espaldas sin dejar de mirar hacia el riesgo que ante
sí tenía.
La chica reconoce que mientras todo
esto estaba ocurriendo no vio como otros compañeros se estaban personando en la
escena. No podía. Había perdido mucha capacidad
cognitiva y su habilidad motora compleja, la que permite realizar varias tareas
a la vez, estaba muy deteriorada por el estrés de supervivencia que su mente estaba
experimentando. Por suerte para ella, cuando aquellos refuerzos aparecieron,
el atracador centró su atención sobre ellos, sobre los nuevos objetivos. La
nueva situación le permitió a la policía refugiarse detrás de una furgoneta que,
casualmente, se encontraba parada en un cruce semafórico cercano.
Uno de los policías que llegó en
la remesa de apoyo, el sargento Walsh, recibió un impacto de bala en una de sus
extremidades inferiores, quedándole el muslo destrozado. De superproducción cinematográfica: el sargento estaba desangrándose en
su asiento mientras el atracador se acercaba de nuevo a él. Por suerte para
todos, en especial para Walsh, varios agentes más aparecieron justo cuando se veía
que el herido iba a ser ejecutado en el interior de su propio coche. Cuatro
policías, entre ellos un teniente y otro sargento, abrieron fuego continúo
contra el homicida. Stephanie Warner recuerda que la camisa de color blanco
que vestía el criminal empezó a teñirse de color rojo. Murió allí mismo.
El sargento herido fue trasladado
al hospital. Sobrevivió. Poco después de la primera evacuación sanitaria se
produjo la segunda, la de Warner. El sargento permaneció mucho tiempo de baja
laboral sin poder incorporarse a su vida normal. Ella se sintió muy mal consigo
misma cuando abandonó el centro hospitalario dejando allí a su compañero, dado
que él le había salvado la vida: Walsh detuvo
su patrullero en medio del fuego cruzado, entre el tirador activo y su
compañera. Eso es lo que se llama echar un capote y dos cojones, porque el
fuego por él recibido iba claramente dirigido a ella.
Stephanie, en una de las
entrevistas concedidas: “La formación que un agente de policía tiene
que recibir, nunca es excesiva. Yo misma era, hasta aquel día, de las que se
quejaba cada vez que recibía la orden de acudir a la cancha de entrenamiento.
Hoy creo que la capacitación es lo que únicamente puede salvarnos la vida. Si
no hubiera entrenado la resolución de interrupciones (encasquillamientos) y las
recargas de emergencia, hoy no estaría viva”.
Esto se llama lección aprendida. Stephanie
admite que ahora juega continuamente al rol, pero sin caer en la obsesión. “Cuando
estoy en cualquier situación, esté o no de servicio, me planteo qué haría en
ese instante si se produjera una emergencia”. Así siempre tiene una
posible respuesta predispuesta en la recámara del cerebro, de cara a reaccionar
como un resorte ante cualquier estímulo que pueda surgir y activarla. Su mente
está tan preparada como su propia técnica. Mentalidad de supervivencia;
mentalidad táctica. Esto es algo que ya hacemos algunos aquí, siento tildados
de locos, flipados y friquis.
Stephanie Bellis Warner no
siempre trabajó para la Policía de Brentwood. Antes estuvo dos años en el
Departamento del Sheriff del Condado de Rutherford, también en el Estado de Tennessee.
En aquel cuerpo se convirtió en la
primera mujer que superó el curso de capacitación SWAT (Unidad de Asalto). En
el departamento de Brentwood no solo ejerció de patrullera urbana (caso del día
de autos), sino que también desempeñó funciones como negociadora de secuestros
y como agente CSI (Investigación en la Escena del Crimen o Policía Científica).
Tras el tiroteo, tanto ella como el sargento Walsh recibieron numerosos
reconocimientos profesionales, destacando entre estos la máxima condecoración que
se concede en Estados Unidos: el Corazón Púrpura. El presidente George Bush
les impuso tal distinción. A ambos heridos, así como a los demás intervinientes
en la resolución del suceso, le concedieron otro premio en Washington, otorgado
esta vez por la Asociación Nacional de Organizaciones Policiales. Después de
todo lo acaecido, la vida siguió y Stephanie se casó con su novio, un sargento
de policía de una ciudad cercana a Brentwood. Hoy tienen dos hijos y
manifiestan públicamente que son felices. Otra vez como en las películas de los
domingos por la tarde.
Conclusión
Hay que entrenar, entrenar y
entrenar. Les insto a que acudan a todos los entrenamientos a los que sean
convocados, y que además lo hagan con interés. Si los ejercicios de reciclaje que nos brinda nuestra organización no
son serios y, por el contrario, son a todas luces insulsos e incompletos (la
mayoría se encuentran en estos parámetros), recabemos a los sindicatos y a
nuestros jefes un adiestramiento que no hurte la verdad. Exijamos una instrucción
seria, completa, de calidad y real. Clamemos compromiso del bueno, no del barato
que se lleva el viento, cual palabra vacía y estéril.
Apunte personal
Aunque muchas veces no queramos
verlo o creerlo, en España se producen muchos enfrentamientos policiales con
armas. Por suerte son menos que en Estados Unidos. Muchas veces no se llega al intercambio
de disparos porque la parte de los buenos, la nuestra, cae pronto o simplemente
deja que todo acabe y fluya sin tener que intervenir: “Tira por ahí, que llegar el
primero es de panoli (quien lo niegue, se define)”. Otro apunte. Demasiados instructores embusteros e
ignorantes sostienen que ante un arma larga es mejor no luchar y ponerse a rezar,
si únicamente disponemos de una pistola o de un revólver. ¡Pues no, yo lo niego
y me resisto a llevar y traer esta asquerosa mentira! Siempre hay que procurar
lo imposible. Si se intenta y se está mínimamente preparado, la suerte seguro
que se alía un segundo con nosotros. Podemos vencer, solo hay que creer en ello
y estar mentalizado, o sea, haberlo pensado y meditado antes. No necesariamente
se trata del arco y de la fecha, el indio es quien realmente tiene peso y valor
en este asunto.■
Compañero Ernesto, pones a nuestro alcance en esta ocasion, un nuevo relato que nos ilustra sobre como el entrenamiento puede "SALVARNOS LA VIDA".
ResponderEliminarCasos como el de Marcus Young o el de Jeniffer Fulford que tambien has reflejado en tu blog, tienen todos un denominador comun, BAJO PRESION ACTUARAS TAL Y COMO ESTES ACOSTUMBRADO A HACERLO, es decir haras lo mismo que has entrenado, (si por el contrario no has entrenado nada, los problemas se agravaran).
Lo decia no se quien: "Lo que el conocimiento no solucione, la ignorancia no lo va a arreglar".
Si no hemos entrenado, cuando nos toque vivir una situacion critica tenemos muchos puntos para que nuestro cerebro se bloquee y no acertemos a realizar una defensa coherente ( o un ataque si fuera necesario) y entonces pasamos a depender en un tanto por cierto muy elevado del factor SUERTE, lo cual es como echar a la loteria, puede que nos toque , puede que no.
Lo dices tu y lo dice el "Maestro Cecilio Andrade" entrena como trabajas y trabaja como entrenas, no hay mas, esta "casi" todo inventado.
Carlos.
Un saludo.
Gracias por el comentario y por poner mi nombre junto al de Cecilio.
ResponderEliminarErnesto
Hola amigos,en mi humilde opinion esta agente de policia salvo su vida en este incidente por varios motivos,en primer lugar en EE.UU,esta mas arraigada entre la poblacion la utilizacion y tenencia de armas,incluso a edades muy tempranas es comun regalar armas de fuego como por ejemplo un rifle del 22 y otras similares,segundo,si ya a edades tempranas los mismos padres enseñan a sus hijos a utilizar armas ya nos llevan un par de pasos por delante,(aqui es este nuestro pais las armas son yuyu,a la vez de ilegales),tercero,en EE.UU los distintos cuerpos de policia se toman mas enserio los entrenamientos,tambien hay que reconocer que los programas de entrenamiento no son como los de aqui,PAM,PAM,PAM,Y PÁ CASA,que esto ya esta hecho,creo que hay que entrenar las peores de las situaciones para despues a la hora de la verdad saber como reaccionar correctamente.
ResponderEliminarUn Saludo y Buen Servicio.
TRAITI.
Buenas.
ResponderEliminarEstupendo relato Ernesto, y no menos relevante, la cita de los enfrentamientos aquí, en España.
Igualmente acertado, el comentario del compañero TRAITI, aquí, las armas es vudu, el entrenamiento, inexistente, y los planes de capacitación y formación, útiles sólo para aficionados que les guste el olor a pólvora y el estampido del disparo, no para profesionales armados, que tienen la misión de proteger a la sociedad en la que trabajan.
Enhorabuena por el artículo.
GRACIAS por el comentario Mc.
ResponderEliminarErnesto.
Gracias Traiti por el comentario.
ResponderEliminarErnesto
Lo primero que quiero destacar de este relato es la ilusión por su trabajo que se desprende de los comentarios de la agente Warner, sobre todo porque no es algo común en todos los trabajos. Luego tenemos en cuenta que acudía a una llamada ella sola, algo que a lo mejor hubiera acobardado a alguno de sus compañeros o de nosotros mismos.
ResponderEliminarLo siguiente es llamar la atención sobre el video. Aparentemente realiza unos movimientos no muy ortodoxos, no emplea unas posiciones de tiro como las que nos han enseñado, aparenta estar nerviosa, etc. Pero tengamos en cuenta que está corriendo de espaldas empujada por un coche, con una persona disparándole desde el otro extremo del vehículo, en una situación tensa en la que muchos se quedarían agazapados detrás del mismo. Sin embargo ella es capaz de recargar su arma y continuar los disparos.
Por qué destaco esta situación, pues porque considero y estoy convencido de que si no ha recibido un mínimo adiestramiento no sería capaz de actuar así, con independencia de su motivación personal.
En momentos de tensión el cuerpo reacciona enviando esa adrenalina que nos hace ser el más rápido, el más fuerte. En esos momentos es cuando haces sin pensar las cosas que has aprendido y practicado hasta la saciedad.
Mis conclusiones son sencillas:
- El adiestramiento nunca es suficiente: interrupciones, cambios de cargador, tiro a varios blancos, disparos en movimiento, desde parapetos, “urban prone”,….. Sudar, en definitiva, adiestrándonos, que es diferente de ir a echar unos tiros.
- Cualquier situación es susceptible de dar la vuelta: pedir una identificación, ir a ayudar a una persona en el suelo, silenciar un botellón en la calle, entrar en tu portal, sacar dinero en el cajero. Estar alertas.
Vigilad y cuidaros donde os halléis. Un saludo
Gracias por tu comentario "Nube Negra"
ResponderEliminarErnesto.
Estupendo relato y maravillosa documentacion Ernesto.
ResponderEliminarSaludos de Mario: VIDEOS DE INTERES POLICIAL.
Gracias Mario.
ResponderEliminarHola a tod@s. Después de visionar el vídeo más de 5 veces, porque merece la pena verlo más de una y más de dos veces para darse cuenta de cada uno de los detalles, todavía no se me ha cerrado la boca y me duelen los ojos de no parpadear. Muchos jóvenes dicen que de mayores quieren ser como Ronaldo, Iniesta, "la" Belén Esteban o Lady Gaga y ser famosos; pues bien, yo de más mayor, ya que mayor soy ya, quiero ser como esta mujer y sus compañeros.
ResponderEliminarUn Policía no puede tener otro sueño o anhelo que el de tener un enfrentamiento armado y salir airoso tras neutralizar la amenaza, y máxime hacerlo como lo hace esta señora ¡¡¡DE LIBRO, SEÑORES, OLE Y OLE!!! Ojala que si el día de mañana tuviéramos alguna actuación parecida, como lo demuestran los enfrentamientos "Made in Spain" que relaciona Ernesto y muchos otros que han habido, lo resolviéramos con la misma destreza que ella. Estas imágenes, y muchos otros enfrentamientos armados reales, deberían formar parte de las videotecas de todas las Academias Policiales, y dejarse de enseñar de una p... vez la "Californiana", la "Weaver" y los disparos apuntados a 25 metros.
P: Pero tío... ¿Dos cargadores de repuesto? ¿Pero es que vas a acabar con los talibanes tú sólo?
R: Procura que el día que te pase algo así, el otro sea muy malo disparando, y tú tengas la suerte de la fea, que la guapa la desea.
Amigos, desde luego que en España no existe, ni por asomo, los planes de entrenamiento que puedan tener los cuerpos de seguridad norteamericanos, pero como ella misma reconoce, no iba a los mismos, por lo que digo que si no me dan lo que, a mi juicio podría ser un entrenamiento adecuado, me lo buscaré por mi parte y me formaré "fuera" de mi lugar de trabajo, pues el quejarse de no tener, no nos eximirá de pensar "a posteriori" que si hubiera ido... di hubiera hecho... si... si...
No hacen falta una galería de tiro, no hace falta federarse, no hace falta gastar cantidades ingentes de munición, sólo hace falta ilusión, determinación y coraje, y como no, mucha imaginación y quemar unas cuantas neuronas en pensar ejercicios "quasi" reales, dos pistolitas de airsoft y un descampado, que lo que empieza por un juego y se vaya evolucionando hasta que disparemos con munición real, acabará convirtiéndose en el mejor seguro de vida que uno podría suscribir.
Sin otro particular que deseando a l@s que trabajamos hoy, que volvamos sanos y salvos a casa para darles un beso de buenas noches a nuestr@s hij@as y cónyuges, os deseo un feliz día.
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"Ante ferit quam flamma micet"
"Hiere antes de que prenda la llama"
Magnífica exposición JOSMA. Gracias por regalarla aquí.
ResponderEliminarErnesto
Vaya par de ovarios que tiene la tia.El material policial a evolucionado buscando la ergonomía y practicidad, pues bien lo unico que sigue impertubable es la funda de cargador, ese trozo de cuero con cierre que se coloca formando 90º con el cinturon. Que tal si se pudiese llevar con una inclinación de 45º hacia adelante. En otro orden de cosas que recuerdos me trae la foto de tú padre vestido de marrón.Un saludo. Jose Moreno.
ResponderEliminarHola Moreno, gracias por el comentario.
ResponderEliminarMi padre está recibiendo una condecoración en esa foto. La imagen es de 1982, y el acto que desembocó en el premio se produjo el verano anterior. Mi padre salvó a dos personas, madre e hiija, de ser "tragadas" por el mar de levante de La Línea. La familia de los "salvados", en gratitud, puso los hechos en conocimiento de los jefes de mi padre, mediante la Cruz Roja de su ciudad de residencia (eran turistas alicantinos), y así le dieron la Medalla de Plata de la Asociación Española de Naufragos y Salvamento.
Un abrazo.
Ernesto
Justito. 1982, es que es la viva imagen de los veteranos cuando me incorpore nuevo a Barcelona
ResponderEliminarEntró en el cuerpo en 1969, el 1º de abril. En la foto ya tenía varios trienios. Se ha jubilado hace menos de un mes, el 17 de agosto: cumplió 65 tacos.
ResponderEliminarErnesto Pérez, HIJO. Hijo segundo, porque hay un Ernesto Pérez, Hijo 3º, el mío (6 años)
Me encantan los relatos sobre accionesen el que intervienen los comapañeros, son una base para aprender lo importante que es formarse y llevar buen equipo, aunque en esta España en el 90% de las organizaciones policiales equivalga a dinero, dinero que es escaso o en otros más dramáticos (La Línea de la Concepción) llevan cuatro meses sin cobrar. No es normal que el funcionario tenga que abonar más de 300 euros si quiere recibir una formación en tiro que su "empresa" no da, no es normal el gastarse otro tanto en un chaleco antibalas, no es normal el gastarse 60 euros en una funda antihurto (leer la noticia del tiroteo en Madrid con hurto del arma a una compañera del CNP), no es normal.................¿Cuando cambiará este panorama?.-
ResponderEliminarMunifex: gracias por tu comentario.
ResponderEliminarEl triste episodio de hoy en Madrid...da para hablar mucho.
Ernesto
Otro magnífico artículo de Ernesto que para mí es una gran fuente de información y de motivación.
ResponderEliminarFui uno de los de paisano en el enlace del primer enfrentamiento en España (en Majadahonda) y recuerdo haber dicho después a ciertos compañeros ¿Así que aquí nunca pasa nada eh?
Un saludo y a seguir así. Sacros.
Muchas gracias SACROS.
ResponderEliminarErnesto PV
Compañero Ernesto, solo un aclaracion a proposito de los comentarios que hacen los compañeros sobre la actuacion de la policia americana.
ResponderEliminarConozco a un compañero (Policia Local), que ha realizado un curso de formacion en EEUU, pagado por su ayuntamiento ( si, increible pero cierto).
Pues bien este compañero nos desmitifico bastante la imagen que de la policia americana tenemos por estos lares.
Nos comentaba que no estamos tan lejos unos de otros, alli, como en casi todos lados la formacion de calidad te la pagas "TU",de hecho existe un grandisimo negocio con las academias de formacion policial y militar y ya se sabe "el que algo quiere, algo le cuesta".
En España nos creemos que alli todos son equipos "SWAT" y que su entrenamiento esta a años luz del nuestro y la realidad es que en EEUU creo recordar que hay sobre unos 5000 departamentos de policia y solamente hay unos cuantos departamentos ( generalmente los mas grandes y con mas recursos economicos) los que si forman a sus agentes de una manera seria y eficaz, luego estan la inmensa mayoria que "bueno" les dan formacion, pero de aquella manera.
Tambien nos comentaba este compañero que le sorprendio mucho la gran cantidad de policias fuera de forma , por no decir directamente "gordos" que pudo observar y que este aspecto no parecia importarles mucho, ya que lo que parecia primar era el aspecto, es decir cuanto mas grandes y gordos mejor, pues parece que asi intimidan mas.
Por otra parte y comentando lo que dice el compañero Trati, decirle que en EEUU aunque en efecto, la cultura de las armas viene de largo no es muy diferente de la que pòdamos tener por aqui, me explico, aqui en España, quien no ha tenido de niño una carabina de balines y si su padre es cazador quien no lo ha acompañado en esas jornadas y ha disparado con la escopeta de cartuchos y ha aprendido a respetar las "ARMAS" y ha conocerlas para manejarlas con seguridad.
Pues bien eso es poco mas o menos y salvando las distancias lo que pasa en EEUU, alli no todo el mundo es un fanatico de las armas ( que los habra, no digo que no) pero no son la mayoria ni mucho menos, (en España tampoco somos todos toreros, ni bailaores de flamenco aunque esa sea la imagen que tienen de nosotros en otros paises), la mayor parte de la gente son personas responsables que tienen la posibilidad de tener armas por que sus leyes se lo permiten y eligen esa opcion (cosa que veo muy respetable).
CARLOS.
Un saludo.
Estimado Carlos: gracias por tu comentario.
ResponderEliminarYo también he estado en USA, y he hablado con unos cuantos police de allí. Tienes razón en muchas cosas de las que expresas en tu comentario, yo mismo lo he comprobado in situ y también así lo he manifestado en mis artículos.
Lo de que los hay gordos es cierto, muy gordos diría yo. Pero también los hay en forma, y muy en forma. Creo que en eso estamos iguales, sólo que allí todo es a lo grande: el gordo es muy gordo, el fuerte muy fuerte y puedes creerme, el pequeño es muy pequeño. Tengo fotos con un oficial del Departamento de Policía de Wilson, NC, y es casi un enano. En España no podría ser policía.
Sobre la formación general en tiro allí, tienes razón: todos no son SWAT, como algunos creen. Por cierto, no todos las unidades SWAT allí son como las de Los Ángeles. Sé que algunas son verdaderas unidades pachangueras si las comparas con otras, pero ahí están: yo no la tengo en mi cuerpo. Sigo. De verdad, hasta donde yo conozco mi entorno (la policía española en general) y lo que puede aprender y ver en USA, allí hay más nivel general. Partiendo de que allí no son todos campeones de tiro, como aquí no todos somos toreros o flamencos, sí creo que ellos tienen otra mentalidad y formación. Con solamente tener una mentalidad más progresista en estas lides, ya nos ganan la carrera, y esa mentalidad la tienen.
Lo del nivel formativo, también lo creo: el nuestro es tan bajo que sin duda el suyo, sin ser el de todos los cuerpos un nivel formativo de máximo orden, nos gana. Seguro que el cuerpo menos formado en tiro, allí, hace más de 100 disparos por agente y año. Apuesto algo. Eso en España es un sueño. Yo mismo, en mi plantilla, no he disparado JAMÁS, repito, JAMÁS (casi mejor. Tampoco me dejan ser el instructor, pero otro cobra por hacer de ello o por parecerlo…) Conozco otras plantillas de PL en España que carecen de cualquier programa formativo. Y en los cuerpos del Estado, a nivel de patrulleros normales, igual: NO SE CUMPLEN LOS PROGRAMAS EN CASI NINGUNA PLANTILLA. Podría contar casos sangrantes y vergonzosos, y ya no en mi plantilla.
El ejemplo que empleas de los cazadores españoles no lo veo tan parejo al tema de las armas en la cultura y sociedad yanqui. Pero si podríamos decir que quien no lleva una navaja en España en el bolsillo alguna vez, más aún en otros tiempos. Y hablo de la navaja como herramienta de personas decentes. Mi abuelo, aún siendo policía, nunca portó un arma de fuego fuera del servicio, pero siempre llevaba una o dos navajas consigo. También las portaba en el uniforme. Yo me recuerdo con navaja multiusos encima desde niño.
Gracias por tu comentario.
Ernesto