PROYECTILES DE USO POLICIAL Y SUS COMPORTAMIENTOS
Por, Ernesto Pérez Vera
La munición que generalmente usan
las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (FYCS) en España consiste, para servicios
ordinarios, en cartuchos que montan proyectiles de plomo, semiblindados o
blindados/encamisados. Estos tres tipos son los más comúnmente utilizados en el
quehacer diario de nuestros agentes de policía, aunque también se usan por
parte del personal de seguridad privada (licencia de armas tipo C) y demás
personas con licencia de armas para seguridad y defensa (licencia B, para
civiles, y licencia A, por ejemplo y al igual que los policías, para el
personal de Vigilancia Aduanera dependiente de la Agencia Tributaria). Todos los
proyectiles referenciados poseen algo en común: llevan plomo como componente de
sí mismos; en unos casos como núcleo y en otros como base total del cuerpo del
propio proyectil.
La bala blindada o encamisada,
también llamada FMJ (Full Metal Jacket),
posee un alto poder de penetración y un bajo perfil de deformación al impactar
en un cuerpo humano o incluso en casi cualquier objeto del entorno urbano
cotidiano. Esta propiedad perforadora, conocida por todos, se la facilita la
envuelta o camisa de metal que recubre el núcleo de plomo, que a veces puede ser de otros materiales/metales
(estaño, menos contaminante). Este recubrimiento o envuelta suele ser de latón.
Dicha penetración provoca, en
muchísimas ocasiones, la temida sobrepenetración, es decir que después de
alcanzar a su objetivo el proyectil todavía posee energía bastante para
atravesarlo y continuar hasta otro punto de impacto, esta vez sin el deseo del
tirador y pudiendo provocar un daño colateral.
O sea, que esa punta acabará donde el tirador no quería que acabara. Dicho de
otro modo: si un proyectil no impacta donde queríamos impactar, impactará donde
no queríamos que impactara.
Plomo y semiblindada, mejor que FMJ para
uso policial
Muchos, con la idea de evitar la
sobrepenetración, recurren al uso de otros proyectiles. La alternativa más
frecuente en España es el plomo macizo mezclado con antimonio y la bala semiblindada.
Esta última es aquella que exteriormente posee en sus paredes, y banda de
rotación (zona que entra en contacto directo con el estriado del ánima del
cañón), una envuelta metálica generalmente de latón, pero que sin embargo en el
extremo superior permiten asomar una porción de plomo desnudo, que unas veces
será mayor que otras (punta suave o SP, de soft
point, cuando el plomo se divisa escuetamente).
Los que acuden al empleo de las
puntas de plomo y semiblindadas lo hacen con la convicción de que dichos
proyectiles se van a deformar al impactar en el cuerpo o blanco alcanzado y que,
además, dicha deformación propiciará una mayor transferencia de energía sobre
los órganos humanos que se vean afectados por el impacto. Con ello se pretende
alcanzar, en el objetivo, un rápido fuera de combate. Si eso ocurriera sería
una gran ventaja, pero rara vez se da tal circunstancia. Esta clase de
proyectiles no suelen deformarse, del modo deseado, contra cuerpos blandos
(cuerpo humano). Es más, casi nunca se deforman. Como ya es sabido, las balas que no
alteran su forma tras el impacto suelen conservar energía suficiente (si se dan
las condiciones oportunas) como para atravesar el objetivo y continuar un
arriesgado y errático vuelo, pudiendo finalizar, éste, al alcanzar a otro
cuerpo. A tal exceso de perforación/penetración se le denomina sobrepenetración.
Pues bien, la creencia de que los
proyectiles de plomo y semiblindados aportan esas ventajas a los usuarios de
armas de defensa y seguridad, no es más que un mito. Lo que sí es cierto, y hay
que admitirlo, es que en cierto grado —ínfimo— se reduce el riesgo de rebote,
pero no anula o elimina este riesgo. Según el órgano del cuerpo humano que sea
tocado, se podrá producir cierta deformación, pero esto nunca está garantizado. En cualquier
caso, tampoco el tirador que se defiende de un ataque grave podrá colocar sus
disparos, con seguridad, donde determinó en el justo instante de disparar. Un
inciso: cuando se diferencia entre portar armas para seguridad y defensa, la distinción
se basa en que, aunque ambos usuarios podrían disparar para defenderse, unos
llevarán consigo el arma con motivo de un cargo que lo impone legalmente, caso
de los agentes de seguridad tanto pública como privada y otros únicamente
estarán armados para defenderse asimismos o a sus familias, sin que exista
obligación legal en ellos de encontrarse dotados de armas.
En España, el caso más sonado de exceso
de penetración de los últimos años se vivió, muy tristemente, en la Academia de
la Guardia Civil de Baeza. En diciembre de 2006, durante una clase teórica de
tiro, en aula, un profesor sufrió un accidente mientras manipulaba su pistola:
descarga involuntaria. El arma estaba cargada con munición blindada (FMJ) del
calibre 9 mm Parabellum/Luger (la blindada es la reglamentaria en el Cuerpo).
Como resultado del fatal accidente, un profesor —no el que empuñaba el arma—
fue alcanzado por un proyectil que penetró su tórax. La bala no se detuvo ahí: abandonó
el cuerpo del docente y acabó en el pecho de otro agente, en este caso un alumno.
Una bala y dos personas afectadas, una de ellas muerta en el acto (la segunda impactada).
No acabó la cosa ahí, al oficial instructor se le volvió a escapar otro disparo,
pero en esta ocasión solamente provocó lesiones de menor importancia a una
alumna.
Otra solución,
quizá la mejor: la punta hueca
Los
proyectiles de punta hueca, que no de carga hueca (estos son militares y
cargados con explosivo que actúa por explosión y expansión térmica contra
protecciones blindadas: carros/tanques), son aquellos que poseen una oquedad en
su extremo superior, estando destinado dicho hueco a facilitar la
deformación/expansión del proyectil en el instante del impacto. Podrían
definirse genéricamente, por su diseño, como proyectiles expansivos (algunos creen
leer o entender explosivo, quizá porque lo leen en inglés).
Dos son las ventajas que más se
pueden destacar en este tipo de cartuchos, frente a los usados de modo
tradicional en nuestros cuerpos de policía. El más ventajoso de los factores es
el de la mayor transferencia de energía
al cuerpo impactado. Se entiende por transferencia
de energía: la capacidad que tiene un proyectil, una vez disparado, para
transferir al objetivo toda la energía con la que impacta (durante el vuelo va
perdiendo velocidad y energía). A mayor transferencia, mayor deformación sufrirá
el proyectil (variación de su forma). Y a más deformación de la punta, más masa
será destruida en el cuerpo impactado y mayor será la herida provocada en el impacto
y durante la penetración.
Es un error muy común creer que
la punta hueca es perjudicial para el trabajo policial. De ese error nacen los
comentarios que a veces se oyen en prensa y que vienen a decir eso de que “la punta hueca mata más”. Si se emplea una
punta expansiva (hay una enorme variedad de pesos y diseños) en un caso de
legítima defensa amparada por el ordenamiento jurídico, siempre que ese o esos
disparos se coloquen en la zona del cuerpo deseada (no siempre es posible), es
más que probable que con pocos disparos se alcance el fuera de combate del
agresor. Quizá con uno o dos impactos se pueda lograr el cao. Sin embargo, con
los proyectiles de plomo, blindados y semiblindados, situando los tiros en la
misma zona del cuerpo, es muy probable que el sujeto mantenga su intención
lesiva. Esto implicaría continuar disparando contra él: un mayor número de
disparos supone un mayor número de heridas probables, que siempre habrá que saber
justificar. Incluso a mayor cantidad de disparos efectuados, más posibilidades
existen de errar los tiros y que esas puntas acaben en puntos no deseados.
Por ello, a veces, para neutralizar
una agresión se deben hacer demasiados disparos contra el atacante, mientras
que en la mayoría de ocasiones en que se usó un buen proyectil expansivo, con
pocos disparos se pudo neutralizar el avance lesivo del sujeto hostil. Como muestra de ello, este ejemplo real: los siete
impactos que un atracador recibió en un enfrentamiento con la Policía Local de
Petrer (Alicante), en noviembre de 2008. El encuentro fue filmado por
camarógrafos aficionados. Los cartuchos usados no eran de punta hueca sino
semiblindados y siete son muchos disparos, aunque fueron necesarios y
proporcionados. Solo dos impactos produjeron lesiones de entidad mayor, el
resto no se colocaron en la zona adecuada (difícil en un enfrentamiento), ni
produjeron heridas importantes.
La segunda virtud de la punta
hueca es su menor posibilidad de sobrepenetración, como ya hemos expuesto
antes.
Las puntas huecas, dada su mayor
facilidad para deformarse al impactar y durante la transferencia de energía, no
suelen abandonar el cuerpo alcanzado, quedando normalmente alojadas en algún
órgano del sujeto herido. En los casos en que las puntas sí abandonan el
cuerpo, suelen hacerlo con poca capacidad lesiva, evitándose así daños
colaterales o lesiones importantes a terceros (hablamos de cartuchería para
arma corta).
No solamente los cartuchos
montados con puntas huecas se comportan de modo óptimo, existen otras opciones.
Sin ser proyectiles que presenten huecos en sus extremos superiores, otras balas
se comportan de modo muy similar, cuando no idéntico o superior. Esos
proyectiles, por tanto, deben ser considerados y denominados proyectiles
expansivos. También existe una buena variedad de ellos. Algunos, realmente, sí
que poseen un hueco en su cuerpo, solo que no lo presentan o dejan visible. En
esos casos la oquedad queda tapada, u oculta, por una caperuza o esfera
plástica que le da aspecto romo u ojival. Con ello se facilita la introducción
del cartucho en la recámara de las pistolas durante la mecanización (también en
otro tipo de armas semiautomáticas y automáticas). Las rampas de acceso a
determinadas recámaras pueden producir fallos de alimentación si la bala no
presenta forma convexa/roma, ante la rampa de tipo cóncavo. En Europa se
comercializan muy buenos proyectiles de este tipo.
Prueba de Laboratorio, en la que el autor
ha intervenido
En pruebas en las que este autor ha
participado se emplearon, como cuerpos sobre los que impactar, dos bloques de
Gelatina 250-A rebajada al 10% cuya temperatura se mantuvo a 4ºC. Siguiendo el
protocolo de elaboración de la gelatina, se consigue una textura muy similar a
la de un cuerpo humano vivo. La gelatina, o gel balístico, debidamente
preparada proporciona una densidad media muy similar a la de músculos, huesos,
piel, vísceras y otros órganos humanos. Así lo han determinado especialistas y
científicos de los laboratorios del Federal Bureau of Investigation (FBI).
Tras obtener los dos bloques de
gelatina mencionados se colocaron uno junto al otro, de tal modo que ambos
simularon ser dos cuerpos humanos puestos hombro contra hombro. Detrás del gel
se colocó una tabla de poliespan, para
que sirviera de testigo en caso de que los proyectiles atravesaran “ambos cuerpos
gelatinosos” y continuaran camino hacia el fondo parabalas.
Una vez acabado este trámite se
efectuaron varias pruebas balísticas realizando disparos contra la gelatina.
Los tiros siempre se efectuaron con mucha precisión, para evitar que las trayectorias
o cavidades permanentes de los primeros impactos, fuesen cruzadas por los
proyectiles de las posteriores descargas. De ocurrir tal cosa, el trabajo podría
quedar parcialmente desvirtuado en sus conclusiones definitivas. Se disparó
desde la misma distancia en todos los casos, así como con la misma pistola y
calibre: Glock 17 y 9 mm Parabellum.
Pues bien, los proyectiles
empleados en el test fueron los siguientes: Blindado
Geco, Semiblindado SP Remington, Plomo Fiocchi, Frangible
Remington, Golden Saber Remington
(punta hueca), Hydra Shock Federal
(punta hueca), Glaser Slug, SeCa Ruag, QD-2 MEN, Silvertip
Winchester (punta hueca), THV y
alguno más.
Las conclusiones fueron
asombrosas para muchos de los presentes. Otros ya esperaban un resultado muy parecido
al finalmente arrojado. Así pues, se puede aseverar que los proyectiles
blindados, de plomo, semiblindados y frangibles, se comportaron exactamente
igual en cuerpos blandos (gel en este caso): atravesaron el primer bloque de
gelatina y provocaron sobrepenetración. Estos cuatro proyectiles llegaron a
atravesar completamente el segundo bloque, continuando su camino hacia el parabalas de la galería de tiro. Por
cierto, las puntas frangibles están construidas y diseñadas para que se
desintegren, convirtiéndose en polvo, tras el impacto en cuerpos muy duros. Todo el cuerpo suele ser
una mezcla de partículas de polímeros compactadas, mezcladas con otras de cobre,
tungsteno, nylon u otros materiales sintéticos. En cuerpos blandos, como se
acaba de reseñar, actúan como proyectiles convencionales. Solo se desintegran
completamente si impactan en ángulo de noventa grados, o cercano, contra
superficies especialmente duras. De otro modo, fragmentos del proyectil pueden
rebotar con capacidad lesiva.
Del resto de proyectiles
empleados en la prueba se sacaron conclusiones diversas. Por ejemplo, la bala
francesa THV (Très Haute Vitesse), que sale del cañón a una velocidad inicial (V0) de algo menos de 600 m/s, podemos decir que
tuvo un escaso poder de penetración. La THV no
llegó a penetrar ni hasta la mitad del primer bloque de gelatina. Fue
recuperado con nula deformación. Por consiguiente, no transfirió energía
suficiente como para provocar lesiones relevantes que, a su vez, hubiesen
podido provocar la parada o detención del agresor.
El proyectil SeCa (SEcurity CArtridges), del grupo empresarial suizo RUAG, se comportó de un modo
muy acertado, como además se esperaba de él. Atravesó totalmente el primer
bloque de gelatina y se deformó completamente. Por lo tanto, transfirió al
blanco toda la energía que aún conservaba cuando lo alcanzó. Al atravesar el
primer bloque salió del mismo y golpeó el segundo. En ese segundo bloque no
provocó perforación alguna, cayendo el proyectil al suelo (el gel balístico se
sostenía sobre una mesa). No hubiese producido lesiones en caso de tratarse de
un cuerpo humano, si acaso en un globo ocular. Hubiese gustado más que se
hubiera detenido en el primer bloque.
De las puntas huecas usadas, Golden Saber, Hydra Shock y Silvertip,
la que mejor se comportó fue la Hidra
Shock. Este proyectil penetró solamente el primer bloque y alcanzó su total
y completa deformación (expansión). Se detuvo aproximadamente a 28 centímetros
del orificio de entrada. El Golden Saber
llegó a sobrepenetrar en el segundo cuerpo, si bien fueron pocos centímetros.
También se expandió totalmente, transfiriendo toda la energía que conservaba en
el momento del impacto. El proyectil Silvertip
se abrió por completo trasfiriendo, también, toda su energía. Fue recuperado
totalmente deformado a menos de los 28 centímetros deseados, como seguidamente
explicaremos. La expansión de las tres puntas
fue homogénea.
Según estudios científicos del
FBI norteamericano, un proyectil de defensa debería contar con capacidad para penetrar,
en un cuerpo humano, entre 28 y 35 centímetros. Hay que tener en cuenta que
durante los enfrentamientos no siempre se recibirán los impactos de modo
frontal, como sí ocurre con las siluetas en los campos de tiro. Tenemos que contemplar
la posibilidad de que los proyectiles disparados puedan entrar en ángulos muy
dispares, por ejemplo de modo lateral y de forma que las balas entren por los
hombros o brazos, teniendo entonces que atravesar tales zonas del cuerpo antes
de penetrar en el torso por la zona costal. En esos casos el proyectil tendría
que cruzar, muy posiblemente, una extremidad superior y todavía tendría que
conservar energía bastante para ingresar en el tronco con capacidad para
lesionar órganos vitales.
Proyectiles especiales para casos muy
concretos
Existen otros
proyectiles dentro del amplio mercado destinado al ámbito policial y militar,
estos son los que se emplean para misiones muy concretas y específicas, son los
denominados proyectiles especiales.
En este segmento encontramos puntas perforantes, trazadoras, explosivas e incendiarias.
Son proyectiles perforantes aquellos que tienen el núcleo macizo,
normalmente de acero, tungsteno, o bronce, materiales estos sumamente duros, que
no se deforman con facilidad. Los núcleos suelen estar recubiertos por una
micro capa de algún material metálico maleable, para que de este modo sea la envuelta
quien sufra la fricción en el ánima durante su discurrir por él, para así
reducir el desgaste y la fatiga del tubo-cañón.
Estos proyectiles pueden atravesar fácilmente paquetes balísticos. Hablamos,
evidentemente, de cartuchos de armas cortas, pues montados en cartuchos de
fusilería podrían penetrar incluso chalecos de alto nivel de protección. El más
común de los proyectiles perforantes para arma corta es el KTW. Las tres letras que bautizan a esta bala son las iniciales de
los nombres de los especialistas médicos y policiales, de origen norteamericano,
que lo diseñaron: el doctor Paul Kopsch (médico forense), el sargento Daniel
Turcos (policía) y Donald Ward, investigador y colaborador de Kopsch. Esta punta
recubre su núcleo de bronce con una capa de silicona de color verde agua. Lejos
de lo que cuenta el extendido bulo, el teflón no es el material otorgante de
poderes perforantes sino que esta función le corresponde al bronce, siendo el teflón
únicamente un ayudante, gracias a su bajo coeficiente de fricción. En calibre 9mm
Parabellum, el KTW, disparado con
pistola, atraviesa la cara anterior y posterior de un paquete balístico de
nivel de protección IIIA, estando ambas hojas tocándose la una con la otra (el
proyectil se recupera con una única alteración: la que le crean las estrías).
Los proyectiles trazadores están diseñados
para orientar o guiar al tirador, sobre la zona en la que sus proyectiles están
impactando, especialmente en condiciones de baja o nula luminosidad (también se
pueden usar, y de hecho se usan, a plena luz). Durante su trayectoria, desde la
boca de fuego al punto de impacto, estas puntas dejan en el aire una traza de
color llamativo que delata su posición en el espacio. En determinadas
circunstancias (principalmente en la oscuridad), el tirador podrá ir
focalizando la dirección de sus disparos para hacer las correcciones que estime
oportunas, aun sin emplear necesariamente los elementos de puntería del arma.
Su uso más frecuente se da en el ámbito militar y más concretamente en las
ametralladoras. En estos casos, en las cintas o cargadores de alimentación se
intercala un cartucho trazador cada cuatro o cinco ordinarios.
La capacidad trazadora la aporta
una mezcla de productos químicos que se aloja en el culo o base del proyectil
que, para tal fin, se encuentra hueco durante el proceso de fabricación. Así
pues, en dicha oquedad se deposita magnesio y fósforo, materiales que al
producirse el disparo y al estar en contacto directo la pólvora quemada con la
base del proyectil, hace que estas sustancias se enciendan y provoquen una
incandescencia. Será esta incandescencia la que deje ver, desde fuera, el
recorrido o traza que describe el proyectil en su vuelo hacia el objetivo.
Algo similar, a lo antes descrito,
ocurre con los proyectiles incendiarios y explosivos, siendo en estos casos
otros los productos químicos que se alojan dentro del proyectil. El uso de estas
balas está más limitado aún. Su empleo se circunscribe exclusivamente al ámbito
militar.
Concluyendo
Podríamos decir que los
proyectiles blindados, semiblindados y de plomo deberían ser usados,
exclusivamente, para el adiestramiento policial en la galería de tiro, dejando
los frangibles para su empleo en lugares cerrados con suelos, paredes y techos
especialmente duros, como por ejemplo buques o factorías. En esos espacios los
frangibles sí que podrían cumplir correctamente su cometido, que no es otro
que, en superficies especialmente duras, provocar su propia destrucción durante
el impacto, si es que este se produce en un ángulo cerrado.
Lo ideal sería consumir
proyectiles que expandieran al impactar en el cuerpo, de ese modo se
garantizaría una mayor transferencia de energía y destrucción de tejidos. Así
pues, los de punta hueca y los SeCa
son los más interesantes de cuantos fueron usados en las pruebas aquí plasmadas.
José Antonio Sánchez Mirabete, inspector del Cuerpo Nacional de Policía,
realizó en 2009 un fantástico análisis sobre estos temas. Muchos de los
proyectiles referidos en este texto fueron probados también por él y su
conclusión fue, tras efectuar un test similar al reflejado aquí, que el Action 5 y SeCa, ambos de RUAG, son los idóneos para empleo urbano policial. Por
suerte, contó con un participante exótico, el 5,7 x 28 mm, que también demostró
sobresalientes cualidades a nivel de penetración: era capaz de atravesar un
chaleco de protección, pero no un cuerpo humano desprotegido (gel balístico).
Con algunos de estos proyectiles expansivos
podría provocarse la neutralización del agresor con un número menor de disparos
que si se usarán, para el mismo fin, los proyectiles blindados, de plomo y
semiblindados. No obstante, no se debe sobredimensionar las posibilidades de estas
puntas, por muy bien que se comporten en las pruebas balísticas con gel. Para
que actúen como se desea, y como se espera de ellos, se deben dar ciertos factores
favorables que no dependen del usuario inmerso en un tiroteo.
Tampoco se le debe escapar a
nadie que los bloques de gelatina balística no son la panacea. Como es sabido,
el cuerpo humano ante un enfrentamiento o situación de riesgo experimenta, de
modo automático, una serie de cambios psicofisiológicos que modificarán
cualquier conclusión o estudio de laboratorio, teniendo que estar a cada caso
real concreto. Lo que un ser humano no soportó, otro lo podría soportar de modo
casi sobrenatural. La Gelatina no deja de ser un buen cuerpo inanimado carente
de sentimientos, pero por ahora parece que es lo mejor que tenemos para seguir
experimentando.■
¿Hay mucha diferencia desde el punto de vista económico (precio de una caja) entre los cartuchos de punta blindada que usamos normalmente las FFCCS y los de punta hueca?
ResponderEliminarUn saludo.
Hola amigo. Antes que nada, gracias por la visita y por la lectura.
ResponderEliminarRespondiendo a tu consulta, sí, hay diferencia de precio. Verás, la munición FMJ es, quizás, las más barata, junto a las de plomo desnudo. Áún así, incluso entre las Blindadas/FMJ, hay diferencias de precios, según marcas, pero en general, podemos afirmar que son las más económicas.
Dentro de la cartuchería que monta Punta Hueca, podemos distinguir variedad de precios, desde las muy caras a las menos caras, pero incluso la menos cara, lo es más que la FMJ. Existen otros proyectiles de buena o muy buena aceptación profesional, por ejemplo: los SeCa y Actión, estos últimos en sus diferentes versiones. Ambos tipos se fabrican en bajo en "manto" del Grupo suizo RUAG, y sin ser extrictamente Punta Hueca, si que se comportan de modo similar, al menos en sus resultados finales.
Un saludo.
Buenos días, muy bueno el artículo, quería consultarle si las balas encamisadas FMJ al ingresar a un cráneo humano pierden el encamisado o parte de él. O solo lo pierde si pegó en otra superficie más sólida antes de ingresar?
EliminarFelicidades por su articulo Ernesto.
ResponderEliminarA colación del mismo le diria que yo en mi arma particular si uso munición de punta hueca por todas sus propiedades de sobra conocidas y muy bien expuestas en su artículo. El problema es que, como usted bien sabe, los funcionarios pertenecientes a Cuerpos Estatales (desconozco P.Locales) tienen que emplear de servicio la municion que se les facilita, y de emplear otra seria bajo consentimiento de su superior (que nadie se pilla los dedos), o atenerse a las consecuencias de su uso. De ahí el desconocimiento de la gente, las leyendas sobre la punta hueca etc, etc.
Lo que le quiero decir, y me imagino que usted compartirá, es que a veces, aunque sea triste, hay que resolver alguna intervención con siete tiros (noviembre de 2008), pudiendo resolverla con dos o tres.
Un afectuoso saludo.
Hola Vila. Antes de nada, gracias por tus visitas y comentarios.
ResponderEliminarLos agentes de los Cuerpos de PL, al igual que el resto de funcionarios policiales del país, estamos obligados a usar, en horas de trabajo, el material de dotación que recibimos, entre ellos, la munición que recibimos con el arma. Así pues, todos debemos usar la munición que tenemos asignada, y no la que queramos adquirir de modo privado. Son más, cada día, los Cuerpos de PL que en España, adquieren de modo OFICIAL y REGLAMENTARIO, munición de Punta Hueca para dotar a sus agentes, así pues, quien de ese modo reciba Punta Hueca de la Administración, la recibirá legalmente para el servicio. Hace algo más de un año, fue la PL de Alcázar de San Juan en Ciudad Real, la que adquirió munición Remintong Golden Saber, y como este Cuerpo de PL, otros muchos.
Respecto al incidente que refiere en noviembre de 2008, lo conozco. Le sugiero la lectura del artículo que con mi firma, aparece en este blog, y que por título lleva: Conclusiones Extraídas del Análisis de los Enfrentamientos Armados, al final del texto, se comentan casos reales de enfrentamientos, y este, el del atraco en Petrer, es uno de ellos.
Un saludo y nuevamente, gracias.
Ernesto.
Enhorabuena y gracias por este blog, Ernesto:
ResponderEliminarRespecto a lo que se ha comentado sobre el comportamiento de la munición, quisiera hacer dos preguntas:
¿Es cierto que la munición de "punta hueca" no está permitida para uso particular?
En EEUU es común el uso policial del .45 ACP. Tengo entendido que la velocidad del proyectil es menor comparada con el 9 mm. Parabellum. Por tanto debo intuir que se trata de munición que tiene más poder de parada y sobreprenetra menos, disminuyendo la posibilidad de rebote.
Entonces... ¿Por qué no se usa en Europa para funciones policiales o de autodefensa? ¿Tiene más penetración que el .38 Special?
Hola Shaft:
ResponderEliminarTus preguntas son de interés, y tienen respuesta, pero extensa. Te ruego me contactes por email para poder explayarme como mereces.
Gracias.
Excelente explicación, era una duda profesional que siempre tuve dudas sobre el calibre que se usa en las FCSE y me ha quedado muy claro con vuestra prueba de campo, un saludo y gracias por compartir los conocimientos.
ResponderEliminarGracias amigo anónimo.
ResponderEliminarHola Ernesto, enhorabuena por el artículo, porque lo encuentro muy constructivo. Tengo una duda que te quería comentar, llevo idea de cogerme una HK P2000SK para defensa y tenía intención del calibre 40SW, por el poder de parada, pero un compañero de armamento que entiende bastante me.dice que para esa pistola es demasiado, y que me la coja del 9mmPB, por lo que entiendo tras leer tu artículo que sería conveniente la punta hueca del 9mm, para conseguir ese mayor poder de parada que la munición que nos dan de dotación,no?
ResponderEliminarMuchas gracias y un saludo.
Jorge Cao
Hola, Jorge Cao.
EliminarGracias por leer este espacio. Mira, si la legislación de tu país te permite usar punta hueca… úsala. Siempre dará mejor resultado que la munición FMJ y demás convencionales. Si estás en España, no podrás usar legalmente esa munición en tu arma privada. ¿Te dan de dotación punta hueca —en cualquier caso no será del .40, por lo que veo—? Respecto al calibre, el .40 SW posee más energía que el 9 m/m Luger, no hay duda, pero no tanta como para que la Hk-2000-SK no responda bien. Notarás una matada mayor en la mano con el .40, pero es perfectamente controlable. ¿Sabes si ese compañero de armamento ha disparado con un .40 alguna vez…? Sé de gente que habla de cosas que no ha visto y que no sabe ni como se escribe. Mira que cosa: el .45ACP es más potente que el .40SW, y sin embargo es más agradable en la mano cuando se dispara.
Un compañero se ha comprado una Glock del .40 tras años usando y disparando mucho con 9m/m Parabellum, y aunque nota el cambio en la mano a la hora de disparar, controla todos sus disparos en una pistola subcompacta, del tamaño de la que te quieres comprar. Él también me pidió consejo. Dicho esto, ¿vas a poder comprar económica y fácilmente munición del .40? Si no es así, quédate en el 9 m/m, pues intuyo que además de serte fácil conseguir pequeñas partidas gratis (regalo), podrás comprar en cualquier club de tiro o armería (al menos en España. No sé desde qué país me escribes).
Si tienes interés por algo más, escríbeme a: epr05@hotmail.es
Saludos.
Ernesto.
Después de pelearme con el teléfono,a ver si consigo publicar mi comentario... para las FCSE no es o sería MUCHO MEJOR Y MÁS SEGURO que se les dotase de 45ACP respecto al 9mm? Es mas caro económicamente hablando... pero más eficaz y seguro...a la larga sería mucho más satisfactorio para ambas partes (FCSE y civiles,sin olvidar a la bendita víbora de la prensa jejeje), dejando el 9mm para uso militar o S.P. (actualizando el armamento de V.S,escoltas,...)...al menos es como lo contemplo ...
ResponderEliminarSaludos cordiales. JCF.
Hola, JCF. Gracias por tu comentario.
EliminarTu pregunta merece una respuesta amplia, pero ahora voy corto de tiempo. No obstante, deja que te diga que de qué sirve dotar de coches más potentes a quienes no saben conducir bien. Piensa en ello.
Un saludo.
Correcto ! Ahí tienes razón , pero sinceramente yo me encontraría más confiado y seguro sabiendo que el compañero que está hombro con hombro conmigo posee un 45.ACP HP y no un 9.Luger FMJ... ya que no tendrá sobrepenetración en ( al menos el 98% ),y aunque la coz es mas "dura" también es cómoda y llevadera...al menos (Yo) la prefiero al baile del 9mm...y para manos pequeñas(con brazos no muy fuertes y muñecas débiles)... un 9mm pero siempre HP....
EliminarPor desgracia en este país los que se cuelgan las medallas sin merecerlas son los mismos que rigen y reglamentan en estos asuntos...
Un cordial saludo,J.C.F.
Pd:Tienes el mejor Blog en la línea que he visto jamás ( al menos en España),sincero y al grano 100%.
Amistosamente ,J.C.F.
Muchas gracias por tus palabras, JCF.
EliminarUn saludo.
Artículo entretenido, bien explicado y razonado. Enhorabuna, amigo y. Impañero.
Eliminarhola ernestor, soy un estudiante de Criminalistica de Argentina, y le queria agradecer por su aporte por que justamente mi tema de trabajo final es sobre lo expuesto en este blog. Es lo que quiero demostrar y hacer una parte practica. Muchas gracias
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