Las armas de la Policía de Gibraltar
Por,
Ernesto Pérez Vera
Parece que todos
sabemos todo sobre Gibraltar y la tradicional e histórica cuestión de su
territorialidad. El asunto se derrama en el calendario hasta llegar a tiempos
más oscuros, aunque hoy, aquí, no siempre parece que haya amanecido. La verdad
es que no todos los españoles conocen los entresijos del siempre polémico
contencioso hispano-británico. Aunque parezca una exageración, y así se me ha
reprochado en alguna ocasión al pronunciarme en público en estos términos,
muchos compatriotas desconocen qué es, dónde está y cómo “funciona” Gibraltar.
También le ocurre lo mismo a los británicos de la metrópoli. Pero como este
medio no busca confrontaciones y el asunto genera picores por exudación
genética, vamos a conocer lo que sí nos interesa a quienes escribimos y leemos
en estas páginas: las armas con las que cuenta la Policía de Gibraltar.
Para entrar en materia,
hay que empezar diciendo que en este territorio británico de ultramar de
treinta mil habitantes, ubicado en el sur de la península Ibérica, conviven dos
cuerpos de seguridad pública: la Royal Gibraltar Police (RGP) y la Gibraltar
Defence Police (GDP). La primera de estas fuerzas, la RGP, es, para que nos
entendamos, un cuerpo local que depende del Gobierno gibraltareño. Es, además,
un decano: fue fundado el 25 de junio de 1830, solamente nueve meses después
que la mítica y archifamosa Policía Metropolitana de Londres. La veteranía de esta
fuerza contrasta con la de la otra organización autóctona, la GDP, que nació el
17 de julio de 1938, en los albores de la Segunda Guerra Mundial (SGM). Los
funcionarios que integran este cuerpo se encuadran en el Ministerio de Defensa
británico (MD), por lo que no están supeditados a mandatos políticos locales.
Sin embargo, estos policías no son militares como suele creerse. Se trata, en
su totalidad, de personal civil con competencia en la protección, seguridad,
vigilancia e investigación de cualesquiera sucesos delictivos u ofensivos que
se pudieran producir en bases, cuarteles y demás dependencias propiedad del
citado ministerio.
Pese a la fama general
que poseen los policías británicos de no portar armas de fuego para el
servicio, esto no es del todo preciso. No solamente se ayudan de armamento
moderno en los países miembros del Reino Unido, sino que en el Peñón de
Gibraltar existe incluso una unidad especial de asalto y liberación de rehenes.
Pero para no extendernos más en la historia y organización interna de las
fuerzas policiales de la Roca, nos metemos ya en harina con las armas que allí
se emplean. También daremos un repaso a sus programas de formación y reciclaje.
Bobbies: pistolas y
subfusiles
Como a los agentes
(oficiales en el argot anglosajón) de la gran isla, a los miembros de la RGP se
les llama bobbies en honor al fundador de la Policía londinense, sir Robert
Peel, conocido por el diminutivo de Bobby. No en vano la Policía del Peñón se
creó con el apoyo de una comisión oficial llegada desde la capital inglesa.
En la actualidad, la
RGP emplea pistolas Glock 17 y subfusiles Heckler und Koch MP-5 SF (sin
posibilidad de disparo en ráfaga/automático), recamaradas ambas herramientas
para el calibre 9 mm Parabellum (9 mm Luger/9x19 mm). No obstante, estas armas
no se utilizan en la prestación de servicios normales de patrullaje sino que
están destinadas a labores concretas, como la vigilancia de la Terminal Civil
del Aeropuerto, la zona de atraque para cruceros y aquellas otras tareas que,
por circunstancias excepcionales, determine el comisario (máximo responsable de
la fuerza). Para las dos armas han adquirido cartuchería semiblindada FNLEB, de
124 grains. Es necesario destacar que cuentan con dos versiones del MP-5: para
las labores descritas se usa el modelo de culata integral y para las misiones
propias de la Sección Táctica el modelo A3, de culatín retráctil.
Durante una gran parte
del siglo XX, los detectives (oficiales de investigación) de la RGP usaron
revólveres Smith and Wesson modelo 10 del calibre .38 Especial y posteriormente
pistolas semiautomáticas FN HP-35 del calibre 9 mm Parabellum/Luger. Pero lo cierto es que las armas
no siempre cuajaron del todo en la institución. Hoy tampoco. Esto responde a
dos causas: la evidente herencia e influencia del más puro estilo inglés
policial y las escasas situaciones que han precisado del uso de los tiros en el
Peñón. Seguramente el único tiroteo de tinte policial producido en Gibraltar
sea el acaecido el 6 de marzo de 1988, cuando varios agentes del Special Air Service (SAS) acabaron con las
vidas de tres terroristas del Irish Republican Army, Ejército Republicano
Irlandés (IRA). Pese a que el pensamiento mayoritario es que los soldados del
SAS dispararon con subfusiles MP-5, la realidad es que únicamente tiraron con
pistolas FN HP-35.
Aunque en la actualidad
no son empleadas para el servicio, la RGP guarda en su búnquer varias escopetas
Remingtom 879 del calibre 12, de repetición manual. Tres son las versiones que
poseen de esta escopeta, una con culata fija, otra sin culata pero con
pistolete y la versión inoxidable. La segunda, la que carece de culata, fue
empleada por la Sección Táctica en los años noventa, mientras que el modelo integral era utilizado para
labores policiales más cotidianas (registros). Cuentan incluso con un ejemplar
de la versión Marine: modelo tratado con un recubrimiento especial
anticorrosión (ínox) en todas sus
partes metálicas, incluido el interior del cañón. La versión inoxidable está
pensada para ser usada por las unidades marítimas. Cabe reseñar que la escopeta
Remingtom 879 es el arma de su clase más vendida, mundialmente, a lo largo de
los últimos cincuenta años.
Singular filosofía la
de estos policías con respecto a las armas, que hace imposible la comparativa
con las fuerzas españolas. Los bobbies de nuevo ingreso no son instruidos en el
uso de las armas durante el periodo académico-formativo, que por cierto se
cubre en la plaza. Este tipo de material solo está destinado al manejo y empleo
de aquellos agentes que, cubiertos dos años de servicio, realizan un curso
específico que, una vez superado, les habilita para desempeñar funciones con
armamento de fuego. Quien no desee pertenecer a la Unidad de Respuesta Armada
(URA. Pareja que presta servicio las veinticuatro horas del día con un coche
pertrechado con dos pistolas, dos subfusiles, dos chalecos y dos cascos
balísticos), a la Sección Táctica o a la de Unidad de Protección de
Personalidades (escolta), jamás tendrá que tocar un arma más allá de los
bastones extensibles y defensas rígidas de fibra. A fecha de hoy,
aproximadamente una quita parte de la plantilla se encuentra habilitada para acceder
a las restringidas armas de fuego (sobre doscientos cincuenta funcionarios
conforman la fuerza).
Otro parangón
imposible: tanto en las prácticas de tiro, como en el transcurso de la
prestación de servicios armados, quienes entren en contacto con un arma deben
ir protegidos, siempre, con el chaleco de protección balística reglamentario
LBA International Limited, de nivel IIIA. Por último, antes de entrar en la
descripción de las prácticas de tiro, decir que los agentes de la URA portan
sus pistolas en fundas de la misma marca austriaca que el arma, mientras que
los policías de la unidad especial las llevan en una Uncle Mikes Pro3. Estos
mismos funcionarios protegen sus ojos con gafas tácticas Black Hawk Hellstone.
Aquellos agentes que
deseen formarse en esta materia, reciben un curso de tres semanas de duración
que se imparte internamente por los instructores de tiro de la RGP. El plan de
estudios incluye, además de prácticas de tiro y normas de seguridad en el
manejo de las armas reglamentarias, legislación local e internacional en el
empleo proporcional de la fuerza. En cuanto al consumo de munición, durante los
veintiún días de adiestramiento cada alumno dispara cuatrocientos cartuchos con
cada una de las armas (pistola y subfusil). Las prácticas se desarrollan en un
campo de tiro de titularidad militar, cuyo mantenimiento corresponde a la
Comandancia de la British Forces Gibraltar. Como es lógico, la otra fuerza de
policía y los soldados destacados en la Roca entrenan en las mismas instalaciones.
Grosso
modo, podría decirse que existen tres
planes anuales de entrenamiento, uno para los agentes de la URA, otro para los
que operan como escoltas y otro para los miembros de la Sección Táctica. Los
policías que están autorizados para trabajar con armas y de uniforme, por
ejemplo los que están presentes en la Terminal Civil del Aeropuerto y en la
Terminal de Cruceros del Puerto (siempre que existan vuelos o haya atracado
algún buque de pasajeros), acuden al campo de tiro un total de ocho días al año
y siempre en grupos de dos días consecutivos. Quienes ejercen como escoltas son
convocados a doce jornadas. No está de más apuntar que estos agentes son
empleados para cubrir las necesidades que vayan surgiendo ante las visitas de
altos mandatarios británicos o extranjeros a tierras gibraltareñas, aun cuando
las autoridades puedan acudir con su propio servicio de protección. Los
miembros de la Sección Táctica entrenan cuatro semanas al año y no siempre en
Gibraltar. El programa anual de formación es muy exigente y quien no supera los
mínimos establecidos es despojado de la tarjeta habilitadora. Todos los
policías armados deben realizar anualmente un examen de cincuenta disparos con
la Glock y con el MP-5, exigiendo la norma que al menos el setentaicinco por
ciento de los impactos se halle dentro de la silueta.
Importante: las armas
son de uso colectivo, por lo que ningún policía tiene armamento asignado de
modo personal y mucho menos en su domicilio. Esto implica que el equipo debe
ser retirado diariamente del armero de la comisaría. La asignación de las armas
se registra en un formulario en el que firman el jefe del turno y el tirador.
En ese mismo documento no solo se anota la hora de entrada y salida del arma de
su armero de seguridad, sino que el agente firma no haber ingerido bebidas
alcohólicas en las doce horas anteriores al inicio del servicio, así como que
no ha tomado fármacos que puedan afectar a su capacidad cognitiva y volitiva.
¡Interesante!
Para las misiones que
puedan requerir del empleo de disparos de precisión a larga distancia, la
unidad especial recurre a los tiradores (snipers)
del Royal Gibraltar Regiment, de infantería ligera, a los cuales el comisario
otorga poderes policiales de modo temporal. Del mismo modo se venía haciendo
hasta 2011 cuando se hacía preciso el apoyo de técnicos en desactivación de
explosivos y se recurría a la colaboración de los artificieros de la Royal Air
Force. En estos momentos se acude a los tres equipos de desactivación creados
en el regimiento local.
Civiles protegiendo a militares
En la GDP, Policía del Ministry of Defence británico en la Roca, las
cosas no son muy diferentes a lo antes expuesto. En algunos aspectos son
idénticas, pero en otros se alejan sustancialmente. Aquí sí son formados en
tiro todos los miembros de la organización, desde que acceden al programa de
instrucción para agentes de nuevo ingreso. Como en el cuerpo metropolitano, el
ciclo académico se cubre en Gibraltar. Así y todo, las cosas fueron muy
distintas en otros tiempos. Durante la SGM, época en la que esta fuerza inició
su andadura, sus agentes, police
constable en la jerga inglesa, fueron armados con revólveres Webley
del calibre .38 Smith and Wesson, de fabricación británica. Finalizada la contienda en
1945, el cuerpo, por aquel entonces denominado Gibraltar Security
Police, quedó inerme hasta la década de los años noventa, cuando nuevamente fue
armado. Estuvieron más de cuarenta años protegiendo a los militares sin usar
armas. Cuando menos curioso.
Precisamente
coincidiendo con la Primera Guerra del Golfo Pérsico, en 1991, se empezaron a
utilizar a la vista de la ciudadanía las actuales armas cortas de dotación: las
pistolas semiautomáticas FN HP-35 del calibre 9 mm Parabellum. No obstante,
estas armas fueron recepcionadas en 1988. La adjudicación se produjo tras el
suceso de los terroristas del IRA en el Peñón.
Pero entre ese año y 1991 únicamente se usaron para instruir a los policías,
permaneciendo almacenadas para situaciones de emergencias.
La realidad bélica de
aquel momento, unida a la amenaza terrorista de la época y a los posteriores
episodios internacionales, ha obligado a la GDP a mejorar en todos los
aspectos. Por esta razón, cada uno de los agentes posee como dotación oficial,
desde 1999, un fusil de asalto L85-A2 (SA-80) del calibre 5,56x45 mm NATO (.223
Remington). La serie A2 es una versión mejorada del modelo primitivo. Cada
funcionario es personal y directamente responsable de su mantenimiento. Estos
policías lo utilizan con miras abiertas y no con los visores ópticos que
emplean los soldados británicos, quienes también lo tienen reglamentariamente
adjudicados. Las modificaciones efectuadas han mejorado notablemente la
operatividad de estos fusiles tan peculiares y genuinamente british. Aunque es cierto que los SA-80
están asignados a esta singular fuerza de seguridad, en estos momentos se
encuentran depositados en un polvorín ubicado fuera de la Police Station o
Comisaría.
Para las tareas más
cotidianas y diarias emplean, desde 2004, subfusiles alemanes Heckler und Koch
MP-5 A3-SF (culata retráctil) en calibre 9 mm Parabellum. Para estas armas
poseen algunos juegos de clips de doble cargador, pudiendo portarse, con ello,
un cargador introducido en el arma y otro más asido al primero. Destacar que
dado que el cuerpo está encuadrado en el organigrama del Ministerio de Defensa,
la cartuchería que siempre reciben es blindada, en este caso de la marca
Magtech, fabricaba por la Compañía Brasileña de Cartuchos (CBC).
En el Reino Unido, la
Ministry of Defence Police (MDP), cuerpo similar al que ahora estamos tratando,
ha modificado sustancialmente todo su arsenal en los últimos años. A nivel de
arma corta, la FN HP-35, allí, ha sido sustituida con gran acierto por la
pistola germano-suiza Sig Sauer P-229. En el segmento de fusiles de asalto y
subfusiles también se han modernizado. El fusil L85-A2 ahora lo emplean con
visor Trijicon ACOG. Y han recibido pistolas paralizantes Taser y PDW HK MP-7,
del calibre 4,6x30 mm, para las unidades que trabajan en la ciudad de Londres.
El
trabajo de adiestramiento de los reclutas comienza con charlas y clases
teóricas, durante las cuales se estudian las armas reglamentarias. Los
aspirantes tienen que aprender el nombre de todas las partes y piezas del
armamento; las manipulaciones básicas y avanzadas; el funcionamiento de los
mecanismos; el desarme y las prestaciones, así como las normas de seguridad en
el manejo. Tras esto pasan por el FATS (Firearms
Training Simulator). El instructor de tiro, a la sazón consejero táctico
del superintendente-jefe del Cuerpo, programa en el simulador distintos
escenarios policiales, que deberán ser solventados con soltura por los
aspirantes.
Finalizada cada sesión
en el FATS, el profesor comenta, analiza y corrige los errores detectados y
filmados. Una vez que los reclutas han superado los pasos referidos
anteriormente, pasan, por fin, a la fase de tiro con fuego real. El
entrenamiento se prolonga por espacio de dos semanas más. Durante este tiempo,
cada tirador disparará diariamente una media de cien cartuchos con cada una de
las armas en servicio. El examen final debe ser superado con las tres armas
reseñadas. La prueba consiste en tirar cincuenta cartuchos con cada arma. El
test se considera superado cuando, como mínimo, se impactan en el blanco
(silueta) treintaicinco disparos.
La formación es
continua en materia de tiro y armamento, siendo este un tema de suma
importancia en el seno de la GDP. Por ello se llevan a cabo estrictos
entrenamientos periódicos. Año tras año, el plan anual de tiro se cumple sin
demora y sin escatimar en el consumo de cartuchos. La planificación está
estructurada de tal modo que cada agente debe disparar, cada cuatro meses, con
cada una de las armas mencionadas. Serán sesenta disparos los que efectuarán
los funcionarios con cada una de ellas. Así las cosas, cada policía acabará el
año con ciento ochenta disparos efectuados con la pistola, el subfusil y el
fusil de asalto.
Revelador de serio
compromiso es el detalle siguiente: si un agente no acude al llamamiento de la
jornada de tiro, o acudiendo a él no supera los mínimos exigidos, no podrá
prestar servicios armados. Cuando esto ocurre, la novedad queda reflejada en la
cartilla de tiro del oficial y le es revocada la autorización para trabajar
armado. Trabajar sin armas relega a determinados servicios muy concretos,
monótonos y tediosos. Los sargentos solamente están obligados a entrenar y
trabajar con pistola y subfusil y el resto del cuadro de mando únicamente con
arma corta.
Por cierto, tema
curioso que debería servir de ejemplo para que muchos reflexionasen: para el
entrenamiento con armas de fuego, los miembros de la GDP reciben un uniforme
táctico de utilización exclusiva para ese fin. Con el uso del traje de
entrenamiento no se deteriora el uniforme habitual de trabajo. El tema no es
baladí, aunque parezca frívolo. Esto no es más que una muestra del realismo que
a veces presentan las prácticas de tiro. También, y esto sí que es una
interesante filosofía, si los agentes entrenan con el traje o uniforme de
trabajo pueden quedar restos de pólvora en los mismos, motivo por el cual se
puede contaminar una investigación en la que se trate de hallar, tras el curso
de un suceso real, residuos, vestigios o evidencias de disparos.
Otro tipo de material
de dotación que poseen todos y cada uno de los integrantes de la Policía de los
militares, que no Policía Militar, es el de protección pasiva balística. Un
ejemplo más de seriedad y compromiso por parte de la administración que dirige
a estos profesionales. Cada funcionario recibe un casco de protección balística
fabricado por LBA International. Este complemento es de color negro y lleva
escrito, en su parte trasera y en color blanco, la leyenda Police. A los agentes también les son asignados chalecos balísticos
de nivel IIIA, fabricado en el Reino Unido por Protection System. Al igual que
los cascos, estas prendas son de color negro si bien también los hay azules.
Todos lucen inscripciones externas que los identifican como prendas policiales.■
RESPUESTA A LAS CRÍTICAS:
Pese a que el artículo se ha escrito para un medio
especializado en armas y obviamente trata de ellas, a algunas personas parece
que no les ha gustado que se escriba de un asunto tan candente como es el de la
Policía de Gibraltar. Como siempre, mezclamos churras con merinas. Metemos la
política en todo, hasta en un tema como es el de las armas de fuego, algo que
debe unir a los aficionados a estas herramientas sin que nadie tenga que pedir
la opinión política o sindical al que tiene disparando en el puesto contiguo.
Que este autor haya escrito un libro sobre la
Historia de la Policía de Gibraltar, Una
mirada desde la “Verja”: Policías en la Roca (1830-2011), y ahora este artículo, Las
armas de la Policía de Gibraltar, ha provocado que incluso
alguno que se decía amigo mío haya sacado las uñas contra mí. No lo entiendo,
de verdad que no lo comprendo. Imagino que algunos piensan que son más
españoles si lazan ciertas consignas al aire. Es más, lo admito, yo mismo lo
creía cuando era más joven y gritaba las mismas cosas que ellos. Pero lo cierto
y verdad es que ya no me dejo engañar más que cuando a mí me conviene. ¡Ah!,
por cierto, soy seguidor del Fútbol Club Barcelona desde niño, así que ya
pueden descargar por ese flanco también. ¡Mezclen, mezclen! Si un día escribo
sobre las armas de los mossos d´esquadra, ¿también me querrán quemar en la
hoguera?
Determinados críticos dicen en público que Gibraltar es
nuestro enemigo. Yo no lo creo, pero bueno.
Pero además, se han atrevido a reconocer que no les ha gustado que el
artículo exponga que en la Roca los policías consumen en sus entrenamientos más
munición que las fuerzas españolas. Lo veo ilógico, más todavía viniendo de
profesionales armados. Si tienes un ejemplo en la propia península de mayor
compromiso con el entrenamiento armado, ¡úsalo como instrumento arrojadizo
contra tus jefes! Lo que está claro es que si allí un agente armado gasta anualmente
400 cartuchos en la galería, no tengo por qué omitirlo. Por cierto, ya que
estamos, jamás he realizado un ejercicio reglamentario de entrenamiento con
pistola en 14 años de servicio, como integrante de la Policía Local de La Línea
de la Concepción. Obviamente, no soy el único.
Alegar en contra del artículo que el Gobierno de Gibraltar
está enfrentado al de España es una escusa de niño pequeño. Suena a broma
escolar. A tenor de las noticias que bullen en la prensa, los Estados Unidos
nos espían. Lo dicen los mismos medios que exponen lo del Peñón. Y para colmo
son los mismos periódicos que nos han dicho que los venezolanos, bolivianos y
argentinos fastidian la economía española por aquellas latitudes. Visto
esto y siguiendo la misma regla de tres, ¿se puede redactar un artículo sobre
las fuerzas armadas y de seguridad de aquellos estados? Sí, lo sé, Gibraltar no
es un estado sino un territorio de Gran Bretaña, que creo que sí es un país
soberano, ¿podremos escribir entonces sobre las armas de la Metropolitan
Police, del Service Air Special, etc., sin que nadie trate de menoscabar la
imagen del autor del texto?
Respecto a lo que determinados medios de comunicación afirman
sobre filmaciones efectuadas desde Gibraltar a los agentes españoles, no sé
nada de ello. Pero es posible que sea cierto. ¿Por qué no iba a hacerse? En
España nos espiamos unos cuerpos a otros, a veces por orden judicial (muy
correcto porque se indaga en acciones delictivas) y en ocasiones por
indicaciones políticas. ¿Cómo vamos a quejarnos de que un cuerpo extranjero
haga lo propio en plena crisis diplomática, desde lo que es su territorio y en
virtud de su propio ordenamiento jurídico? ¿Acaso las fuerzas estatales y
autonómicas españolas no hacen lo propio cada vez que se manifiestan y/o concentran
agentes de otros cuerpos? Por cierto, en estos casos sin mandamiento judicial
sino por mera prevención para informar a quien corresponda, de lo que convenga.
Todas nuestras unidades de información lo hacen, cosa que veo lógica y
necesaria (se hace en todo tipo de actos como los descritos, aunque los
intervinientes no sean agentes de seguridad). Pero si lo hacen los yanitos,
cosa que dicen nuestros medios de comunicación, nos rasgamos las vestiduras
gratuitamente. ¿Es hipocresía, doble moral o ausencia total de esta última?
Pero remoto el inicio de esta entradilla y del propio título
del artículo. Escribí el texto para un medio especializado en armas, el
periódico Armas.es, porque vengo a tratar puramente lo armamentístico y
no lo histórico, político o diplomático.
EL AUTOR
Muy buen artículo sobre nuestros compañeros gibraltareños, hay que conocer a todos nuestros compañeros europeos para poder aprender y mejorar.
ResponderEliminarGracias por la lectura y el comentario, Engelberto.
ResponderEliminarErnesto PV
Buenas tardes. Se nota que has pasado más de una velada con los Bobbys del Peñón. Quien pudiera ;)
ResponderEliminarDel artículo, nada que decir, salvo que es un excelente trabajo, y sólo envidiar el sistema de "exámenes anuales" para poder portar armas. Yo, y todos mis compañeros, contamos con la inmensa suerte de poder entrenar en galería de tiro (a los que nos "gusta" esto de pegar tiros, como si no nos fuera la vida en ello) y contar con un Plan Anual de Tiro en el que se puede ver la progresión de todos los compañer@s, y puedo decir que han pasado de pésimos tiradores, tras 25 años tirando precisión a 25 metros en Weaver, a malos, regulares, buenos, y hoy por hoy, los Instructores podemos decir que sentimos el orgullo de contar con una plantilla con excelentes tiradores en movimiento, a una mano (sea débil o fuerte) en Point Shooting, recargando, desenfundando, bajo estrés físico... :)
Y es lo que saco en claro de éste artículo, que si la Administración se molesta en que, por lo menos, una vez al año sus Policías pudiesen hacer una práctica, sólo eso, se podría comprobar el estado de competencia de sus Agentes, como ya clasificas en otro artículo ;) cosa importantísima desde mi punto de vista.
Un saludo para tod@s.
--
"Ante ferit quam flamma micet"
Hola, Josma. Gracias por saber comprender lo que el artículo traslada: la realidad armamentística de unos cuerpos de policía. Se agradece ver que hay gente sensata que no se deja llevar por historias políticas, siempre manipuladas, tanto aquí como allí.
EliminarErnesto
No tengo ninguna relación con su profesión pero quería que supiera que le acabo de poner como ejemplo de héroe moral.No le parezca exagerado,así es como le percibo.De casualidad llegué a su blog buscando una película "Serpico".No sé de que manera llegué al enlace que me dirigió a este su blog.Me alegro.Ni idea de armas.Pero otros de sus artículos me han conquistado.Disculpe la intrusión,me apetecía mostrarle mi admiración.Cuídese y no cambie,por favor.
ResponderEliminarEstimado amigo anónimo, le agradezco sus palabras y la lectura que ha hecho de mi trabajo sobre tan admirable personaje. No le voy a decir leerlo, porque en los periodos académicos no hay mucho tiempo para casi nada, pero a todos los policías del mundo deberían hacerle ver la película Serpico. Es más, habría que obligarles a verla al ingresar en la escuela de policía y al salir de ella.
EliminarNo crea que estoy tan moralmente construido, soy muy imperfecto. Créalo, lucho cada día por mejorar. Quiero ser un buen ser humano para darle ejemplo a mi hijo, pero por ahora sigo siendo solamente un ser, a ver si llego a humano. A nivel policial siempre he creído actuar correctamente, tanto mirando al ordenamiento jurídico como hacia dentro de mi conciencia. Y créalo, no es fácil ser perfecto. No hablo de corrupción, algo a lo que siempre me opuesto muy resueltamente, sino a compaginar ética, moral y legalidad. Aplicar la ley a veces es injusto moralmente, y no aplicarla puede ser ilícito y opuesto a la ética.
Bueno, lo dicho: ¡gracias!
Ernesto
Es una lucha continua esa contradicción que a veces sucede entre moral,ética y ley.Yo hago todo lo posible para que leyes de mala calidad no contaminen mi sentido crítco e intuyo que usted también está en esa batalla.No es fácil pero tampoco imposible.
ResponderEliminarAhora sí dejo de invadir su espacio.Muy amable.
Gracias por enseñarnos las armas y habilidades del enemigo.De acuerdo cien por cien en que quien no supere un nivel no porte armas, entonces vienen las preguntas: ¿como ha salido aprobado este tio de la Academia?, ¿como sabiendo lo inutil que es con un arma el Instructor no tiene la potestad de comunicar ese extremo?, ¿como se deja a gente portar un arma siendo un peligro para ellos y el resto de la humanidad?. Si al que no supere un nivel no se le deja llevar arma tendriamos un lio, no faltarían los que incluso manejando se harian pasar por inutiles. De todas formas es su modelo, único como su manera de conducir, por lo tanto, todos los demás no pueden estar equivocados, solo se les puede pedir más formación y el que no valga pues nada como el que no aprueba Penal, suspendido. Otra cosilla las armas son para combatir la delincuencia no me parece desde la lejania ignorante que eso sea en lo que más ocupan su tiempo esta gente.Yo acabo el año con cien disparos con mi arma tampoco esta tan lejos.Un saludo desde la discrepancia amiga, Jose Moreno.
ResponderEliminarHola, Pepe. Gracias por comentar el artículo.
EliminarPersonalmente no creo que Gibraltar sea nuestro enemigo. Cuando vemos artículos de los Royal Marines, o sea la Infantería de Marina inglesa, ¿vemos a esos soldados como enemigos? Creo que todo lo contrario. Por extensión mucho menos lo es un cuerpo civil que sirve a la misma bandera. Pero bueno, hablemos de armas.
Pepe, en la Academia de la RGP no se adiestra a los alumnos en armas y tiro. Nadie sale de allí manejando armas y por ello no las portan. Será después, cuando como poco sumen dos años de antigüedad y no existan síntomas de desequilibrio, cuando los agentes solicitarán hacer el curso de policía armado. Si lo superan se les habilita a emplear armas, pero no por sistema sino cuando la situación lo requiera. Estos son los que entrenan, los habilitados para usar las armas, aunque no las usen.
En el otro cuerpo, en la GDP, sí se enseña a trabajar con armas y todos salen de la academia con la habilitación, pero no todos trabajan con ellas. Hay servicios armados y otros inermes. Estos armados sí que pueden ser postergados a servicios monótonos sin armas, en el caso de que no superen los mínimos anuales. No lo veo una mala medida, es algo frecuente en algunos estamentos de USA. Si esto lo hiciéramos aquí…
Pepe, celebro que tú acabes el año con 100 disparos, los cuales están por encima de los que muchos agentes de tu mismo cuerpo en según qué destinos (creo que lo sabes). Por ejemplo en la GC no todos acaban el año con esos mismos 100. Hace unos días me decía un agente de la Benemérita que ha conseguido eludir el tiro desde que le dieron la Beretta, y ha pasado ya más de un lustro. No sabe si le funciona o no. Mi padre, que como sabes es del CNP (jubilado), estuvo sus últimos 10-12 sin pegar un tiro. En su caso, en el del viejo, era porque no le daba la gana y porque nadie lo obligaba: lo llamaban y decía que no iba. En PL de San Roque, Cádiz, no hay prácticas de tiro, pero la jefatrura entrega 200 cartuchos a cada agentes para que se busque la vida. Unos buscan un descampado y sin ton ni son tiran a talud de barro. Otros buscan a un instructor y formación; y otros me las regalan o venden. Eso sí, tenemos cuerpos que entrenan mucho y bien, pero son muy muy pocos (me refiero a cuerpos locales). En el CNP no se entrena mucho, pero desde luego sí que mucho mejor que en la GC, donde se entrena igual de poco que en el CNP.
Por cierto, que se dispare más en Gibraltar no significa que se entrene bien. No tengo duda de que allí disparan más que aquí y con más severidad en el cumplimiento de los planes anuales de tiro, pero no creo que sus ejercicios coincidirían con los que yo propondría. Disparar más no es entrenar bien, forzosamente.
Un saludo.
Ernesto Pérez Vera.
Se me olvido ponerle comillas a "enemigo", no es algo visceral, pongamos enemiguillo. Un comentario aparte, todo el que no consume los cartuchos que tiene asignados, hace un favor a alguien. Porque los cartuchos por funcionario llegan a las Bases. En el CNP existe una Circular que declara obligatorios los ejercicios trimestrales de tiro, se de mucha gente que no cumple, crees que la culpa es de ellos o de los que estan más pendientes de si llevas la gorra puesta o las botas sucias. El tiro y ya es un tema viejo es el gran olvidado porque los de arriba lo ven como algo que algún día les va a dar problemas y sobre lo que hay que pasar de puntillas. Se les olvida que no va a ser la primera vez que un Juez pida la cartilla de tiro de un policía, menos mal que no cotejara firmas. Un saludo. José Moreno
ResponderEliminarHola, Pepe. Estoy totalmente de acuerdo contigo. Ojalá me hubiesen pedido a mí la cartilla de tiro (a mis jefes): no existe programa de entrenamiento en mi cuerpo (PL de La Línea) y mi cartilla está pelada de información, si es que existe.
EliminarErnesto.