Ocurre en otros sectores profesionales: ¿formadores sin formar y profesionales que no lo son? ¡Todo por la pasta!
Por, Ernesto Pérez Vera
Anoche,
mientras veía un programa de televisión, me quedé perplejo: un doctor en
medicina despotricó contra un determinado perfil empresarial relacionado con la
estética y la salud. Según el Dr. Jaume Serra, cirujano plástico, en la mayoría
de los centros de estética que ofrecen intervenciones quirúrgicas reparadoras
se cometen atropellos éticos y morales, e incluso delitos. Este cirujano rezumaba
sinceridad e indignación a través de sus palabras y comentarios. Es más, Serra
llegó a denunciar en su día a la dirección de una clínica en la que ejercía su
especialidad. El propio Serra reconoció que muchos centros hacen valer la
máxima del “todo por la pasta”. Cuando se trata de salud, y sobre todo de rajar
el pellejo en el quirófano, mirar solamente por la pela es un peligro, principalmente
para el que se va a dejar cortar que además es el que suelta la pasta.
En el programa
salieron médicos que no lo eran, pero lo parecían a tenor de lo que les decían
a sus clientes, que no pacientes. Los trataban como meros portadores de
billetes en el bolsillo. Entre otras cosas, eso es lo que se criticaba en el
programa televisivo. El documental expuso
imágenes grabadas con cámara oculta, y lo que se vio y oyó solo se puede
definir como vergonzoso y delictivo. Serra me dio una idea, escribir estos
párrafos.
Esto de lo que
veníamos hablando y que tanto criticaba el doctor, no solo ocurre en su sector
profesional. Ellos no tienen el monopolio de la poca vergüenza. No solamente
hay médicos que ejercen como mercenarios del euro a costa de la salud y dignidad
de sus impacientes. Por cierto, una
de las cosas que reveló el programa es que a veces no son médicos quienes sin
pudor aconsejan sobre salud estética a quienes solicitan información para
realizarse un aumento de mamas, implantes de prótesis o reconstrucción de
labios, por ejemplo. Intrusismo, vamos.
Dirigiendo la
mirada hacia la comunidad de la seguridad, también existen atropellos de esta
índole. Los vendedores de humo han proliferado en la rama de la formación
privada para policías. En el campo oficial podemos encontrar, a veces, a
formadores que han saltado de lo privado a lo público o incluso se mantienen en
ambos ámbitos. Estamos en la era del todo vale. Esta formación muchas veces es únicamente
un negocio sucio lleno de zancadillas y tramposos.
Si miramos con
lupa crítica e inspectora a los centros privados de formación de seguridad privada
encontraremos, en muchos de ellos, paralelismos con lo que decía el doctor
Serra. En esas academias preparadoras y de reciclaje del personal de seguridad
privada no se suele valorar la capacidad de los docentes que se contratan para
impartir clases, menos aún la experiencia real en el ramo. Solamente se tiene
en cuenta una cosa: el diploma o habilitación que la Administración da por
bueno para poder ejercer. Sinceramente, cumplen la ley. No es poco, la verdad.
Lo lamentable es que no pasará nada y todo seguirá igual cuando el alumnado se
queje de que tal profe no sabe de lo que habla, al ofrecer manifestaciones contrarias
a las normas y al sentido común. Las cosas son así de claras: mientras tenga el
diplomita y el alumno pague, todo correcto. ¡Todo por la pasta!
Hace tiempo
que numerosos amigos, lectores y alumnos me dicen lo mismo. En algunos cursos,
tanto policiales como de seguridad privada, muchos instructores de tiro y
profesores de Jurídicas les dicen cosas que, en principio y para los propios alumnos,
no son verosímiles. Despropósitos como estos no se pueden tolerar: “Jamás desenfunden su arma de fuego a no ser
que les hayan disparado antes”, “hasta que no estén heridos no saquen el arma,
pero incluso así eviten disparar”, “ante un ataque con arma de blanca jamás usen
su arma de fuego, a no ser que ya los hayan herido gravemente”. Ante
manifestaciones de esta clase, pronunciadas en un aula por un presunto docto,
¡qué podemos decir! ¿Le falta formación al formador? ¿Confía el formador en la
formación que está impartiendo o solo pretende ganar pasta y después que cada
perro se lama sus heridas? Cuando en la salud, en la seguridad y en la
formación solo se ve negocio, mal asunto para el que paga.■
Gran post, y muy cierto hay formadores que estan en los 2 bandos en el privado y en publico, en algun otro curso hay siempre las discrepancias a la hora de segun que situaciones que realmente hay que vivirlas para salir airoso y bien parado en la actuacion,o como bien dices a la hora de la utilizacion del arma reglamentaria en la que siempre hay lagunas, que si la proporcionalidad y largos etcs.
ResponderEliminarAhora hay un caso recientemente de un VS en RENFE en Madrid, por el uso de su arma y herir en una pierna por la gran trifulca con el pasaje y agresion a su compañero o temiendo por su vida. No se, si es ya por la duda o por desconocimiento o evitar otros males.
GRACIAS como siempre
Rob
Gracias por el comentario, Rob. Te ruego me ilustres más sobre ese caso de Renfe y el vigilante.
EliminarErnesto
BIEN TE LO PASO http://www.lavanguardia.com/local/madrid/20140224/54402514752/el-juez-deja-en-libertad-al-vigilante-de-seguridad-implicado-en-reyerta.html
ResponderEliminarRob
Vista la noticia. No me gusta el titular: parace que el vigilante (igual hubieran puesto si se tratase de un policía) estaba envuelto en una reyerta. Están en vuelto en las riñas las partes en disputa. Si un profesional entra en una riña es que no es parte de la riña, llaga para cortarla. El vigilante supongo que no se estaba dando de palos con otros tíos por temas personales, sino que en el curso de una actuación profesional debió defenderse. Quizá no debió, pero su cerebro le dijo que sí. Tema largo de tratar.
EliminarGracias.
Ernesto
No quisiera dármelas de “sabidillo”, pero es lo que debió pensar un alto cargo militar del ICAE, al oírme delante de más de 100 compañeros de todos los Cuerpos Policiales, recriminarle acerca de la “prohibición” de portar munición de punta hueca de servicio.
ResponderEliminarEl problema de las empresas privadas o servicios públicos a los que asistimos, es que casi nadie levanta la mano ;) por eso mi primer párrafo, y se pregunta, siempre con educación y respeto, el porque de lo dicho, suscrito y afirmado como lo bueno o lo mejor.
Cada uno es libre de aparentar lo que quiera y tomarse las atribuciones que le venga en gana con su “titulitis”, pero somos nosotros, los que pagamos, los que tenemos que dar habida cuenta a los compañeros del curso, foros y redes sociales, de las atrocidades y despropósitos que se den como axiomas a seguir según la Ley de Murphy, pues son los neófitos los que lo acataran y terminarán, cuando menos, heridos de gravedad.
Desde estas líneas, y aprovechando la excepcional exposición de Ernesto, animo a tod@s l@s profesionales que no se callen en los cursos y dejen que cosas que sabemos que no son del todo cierto, pase a formar parte del conocimiento de otr@s, poniendo en entredicho a los que se hacen llamar “profesionales del sector”.
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”Ante ferit Quam flamma micet”
Gracias por tu aportación,Josma. Siempre sabio.
EliminarUn abrazo.
Ernesto
Hola amigo Ernesto. Cuánta verdad rezuma este artículo, sinceramente me quedo con la tésis del "comentario de texto":(cuando en la salud, en la seguridad y en la formación solo se ve negocio, mal asunto para el que paga) y yo añadiria por ende que mala cosa también en el caso de la seguridad para la sociedad a la que pretendemos servir.
ResponderEliminarUn Abrazo.
Manolo, al hilo del artículo y de tu comentario, esta mañana he escrito esto en mi muro después de que un militar me comentara de su oficial superior en el destino que ocupa:
EliminarSeñoras y señores, ya ha llegado y ha salido del armario, mueble en el que se oculta y protege. No, no me refiero a lo que estáis pensando. Hablo de la versión ibérica del coronel de la película “La Fortaleza”, aquel militar alcaide de una prisión militar norteamericana que pese a no haber pisado en su vida el barro, al menos no en combate, quería hacer creer a los demás que era mejor y que sabía más de cómo es la lucha que quienes habían combatido en tres largas guerras. Un patán, sí. Un imberbe mental, también. Pues aquí lo tenemos también. Primero subió la persiana. Luego abrió la ventana. Más tarde se fue al balcón y miró hacia fuera a través de un cristal opaco. Por último ha ido entreabriendo las cortinas, pero la final se ha presentado a todos cubierto por cojines, que no lo otro…
El que la lleva la entiende. El que no la entiende, que lea. Y que no lea, que pruebe, compare y saque conclusiones objetivas.
Un saludo.
Ernesto
Roger, Ernesto. El que la lleva la entiende, jejeje.Punto
ResponderEliminarUn Abrazo.