EN TU PROPIO BARRIO, MIENTRAS TÚ DORMITAS
Por Ernesto Pérez Vera
“En la línea de fuego: la realidad de los enfrentamientos armados” (Tecnos.
Grupo Editorial Anaya), sigue en la brecha. En numerosos establecimientos se
encuentra entre los más vendidos del género (no ficción). Y es que todavía hay
quien cree que todo está dicho y hecho y que siempre haremos bien aquello que
queremos o debemos hacer. ¡Por favor!,
no es lo mismo una silueta de papel inerme e inerte, usada en el tranquilo
marco que ofrece una galería de tiro, que un fulano que suda, que escupe, que
amenaza, que ataca y que avanza de madrugada por una callejuela. Si quieres
saber qué pasa por la cabeza de un “Homo sapiens” policía cuando debe desenfundar
su arma para defenderse, “En la línea de fuego” es tu libro de casos reales y
cercanos. Descubre las situaciones que viven los policías de tu ciudad, en
tu propio barrio, mientras tú duermes.
Hace unos
días el fulano en cuestión resultó ser un astado, un morlaco que atacó a un
guardia civil en unas fiestas patronales. El agente, ante la embestida de su cornudo
agresor, efectuó varios disparos contra la bestia (dos, como mínimo). Tiró con
su pistola del calibre 9 mm Parabellum, la cual portaba, como es reglamentario
en la Benemérita, cartuchería FMJ/blindada. No le dio. Erró los tiros. ¿Cómo…
qué dónde fueron a parar los proyectiles? Al mundo, allí fueron a detenerse sus
trayectorias. Dos personas fueron lesionadas por fragmentos de bala. Aunque las
lesiones resultaron leves, pues fueron esquirlas de las envueltas metálicas las
que ocasionaron las heridas, pudieron ser muy graves e incluso letales. Una esquirla impactó en el mentón de una
ciudadana, lo que nos lleva a pensar que de haber ascendido unos centímetros
más hubiera podido producir lesiones oculares muy serias (“Caso Puerta del Sol”,
el 6 de mayo de 2010). Las esquirlas, obviamente, procedían de la destrucción
parcial de los proyectiles en varios trozos, tras haber impactado antes en
alguna pared, suelo u otra superficie consistente. En definitiva, que las
balas rebotaron. El guardia, por fortuna, solamente sufrió contusiones.
En “En la línea de fuego”, Fernando y un
servidor (Ernesto) contamos veintidós casos reales de agentes de todos los
cuerpos españoles. Policías que, como en el caso sucintamente narrado en el
párrafo anterior, fallaron sus disparos en ocasiones…, acertando en otros
momentos: unos mataron y otros hirieron. También a ellos les produjeron
lesiones de todo tipo y severidad y con toda clase de armas: fusiles de asalto,
escopetas, pistolas, revólveres, machetes, cuchillos de cocina, destornilladores,
etc.■
Enhorabuena por vuestro libro,,,todo un logro,,,,de hecho se parecen las palabras ,,,,,sera que hacer un libro es un logro.Y al tema del murlaco aunque hubiesen impactadoincluso en corazon o celebro ,,,aun caminan y embisten muchos metros , lo mejor esperar ,esconderse,o torearlo lo mejor posible a la espera de refuerzos y armas largas.
ResponderEliminarGraaacias, Escarceneitor. Poca eficacia hubiera supuesto conseguir impactar al bicho.
EliminarUn abrazo.
Ernesto
Graaacias, Escarceneitor. Tienes razón en lo de la poca eficacia que hubiera supuesto impactar al bicho.
ResponderEliminarUn saludo.
Ernesto