Por, Ernesto
Pérez Vera
Especialmente dirigido a quienes tengan en estos momentos más
de 35 años. Pero el resto no se abstengan, por favor. Nos gusten más, menos o
incluso nada de nada los temas policiales, ¿¡quién no recuerda la serie de
televisión “Canción triste de Hill Street”,
popularizada allá por la década de los años 80!? Vale, no la recuerdan, ¿pero y
su banda sonora, tampoco?
Con aquel título conocimos en España a esta para mí
entrañable teleserie, aunque “Hill Street Blues” es el nombre original con el
que los televidentes estadounidenses se entretuvieron durante numerosas
temporadas; mientras que “El precio del deber” fue el título dado para el
mercado latinoamericano.
Si la película “Serpico” marcó mi vida, confesión plasmada en
un artículo enlazado varios párrafos más abajo, “Canción
triste de Hill Street” va a la zaga. La primera la vi siendo muy niño,
aunque luego, de joven y adulto, la he visto unas 10 veces más. Pero la otra,
repartida en capítulos nocturnos dominicales, la disfruté en mi época de
estudiante de instituto. Parece que me estoy viendo en imágenes retrospectivas.
Los lunes, camino del insti, siempre iba repasando en mi cabeza el capítulo de
la noche anterior. Desde la calle Andalucía de La Línea de la Concepción, que
era donde yo vivía, tiraba hacia Pedreras y bajaba por Crespo. Luego buscaba
Aurora, Isabel la Católica, Sol, Constitución y por fin llegaba a la Banqueta,
la avenida en la que se hallaba mi instituto y el cuartel del Guardia Civil
(una compañía). Como mis padres no me permitían ir en bicicleta, me tocaba
patear. No iba solo, iba con Víctor, mi hermano pequeño. Paso a paso, calle a
calle, mentalmente rememoraba las escenas vistas en el capítulo de la noche
anterior, cosa que hacía en silencio: a tito Víctor, como ahora le llamo,
solamente le interesaba la liga española de baloncesto y la NBA.
Los 146 capítulos, repartidos en 7 temporadas, dieron para
mucho a mucha gente como este humilde servidor. Mis personajes favoritos eran,
por lo que aún recuerdo: el capitán Frank Furillo, jefe de la comisaría; el
teniente Hunter, responsable del SWAT; el agente Renko, un avezado patrullero; y los detectives Belcker y LaRue
que respectivamente eran, si no me equivoco, el que mordía a los detenidos
vacilones y el alcohólico exdrogadicto. Si alguien me dice que no recuerda la
serie o su banda sonora, seguro que no podrá decir lo mismo de la famosa cita
“¡tened cuidado ahí fuera!”, que era reiteradamente pronunciada por el
sargento Phil, siempre que repartía el
servicio y mandaba a sus chicos a patrullar.
Aunque la serie se filmó en Los Ángeles (California), las
emulaciones y los decorados estaban inspirados en ambientes de ciudades del
norte del país. Algunos exteriores fueron filmados en Chicago (Illinois), al
igual que la propia comisaría. Hoy, en el siglo XXI, muchas teleseries
norteamericanas del mismo género están claramente influenciadas por “Hill Street
Blues”. Como tantas y tantas otras series y películas de aquella época, esta
obra está escrita y producida por el inagotable Steven Bochco. Qué tiempos más
felices y cuánta inocencia portaba uno todavía en la mochila. Cuánta miseria y
maldad estaba aún por llegar a mis pupilas. Seguramente, todos éramos demasiado
jóvenes.
Por todo lo anterior, no es casualidad que la banda sonora de
“Canción triste de Hill Street” suene al
inicio y al final de la producción audiovisual que Álex Yague ha realizado con
la entrevista que radio COPE Cataluña nos ha hecho a sendos autores de “En la línea de fuego: la realidad de los enfrentamientos
armados” (Editorial Tecnos. 2014), y que puede verse y oírse en YouTube:
https://www.youtube.com/watch?v=kWLPAK0mkc4
Dedicado a todos los que policías en el mundo son, se sienten
y como tales actúan en todo momento y circunstancia.■
Ernesto, cuando vi el video de la entrevista y empezo a sonar la musica de cancion triste, me hizo sonreir, te lo juro, esta serie desperto en mi junto a alguna otras cosilla el VENENO QUE CORRE POR MIS VENAS.
ResponderEliminaryayo
Gracias, Yayo. EN Canal Sur Radio me hicieron una entrevista sobre el libro y el director del programa metió esta BSO mientras me presentaba: pelos de punta.
EliminarUn abrazo,
Ernesto
Ernesto, eres ese tipo de personas que evocan gran despertar en cada una de las palabras que haces expresar en forma de pluma, lapiz o teclado ordenador.
ResponderEliminarSin duda alguna, el cariz profesional que tu diste por y para tu policia tenia ya un origen desde que tenias uso de razón, seguro.
Gracias por hacer que muchos podamos sentir con intensidad nuestra profesión.
Un abrazo maestro y una vez mas, te sales en esta nueva historia cargada de una gran sensibilidad y recuerdos.
A.y.p
Gracias por tan maravilloso y emotivo comentario, A.Y.P.
EliminarUn abrazo (Sé quién eres).
Ernesto
Muy buena serie. Hasta me ha venido a la memoria el detective que tú dices mordía o gruñía.Si con gorro de lana y que cuando su madre le telefoneaba, se convertía en un corderito Y sobre todo la frase del Capitán Furillo, "tened cuidado haí fuera"...¡Joder, como pasa el tiempo, compañero!.
ResponderEliminarHola, Izquierdo.
EliminarUn apunte: el que decía lo de que te cuidaras no era el capitán sino el sargento Phil, el que daba el servicio en el "brifing".
Un saludo y gracias.
Ernesto
Pues claro!, Un fallo de memoria. .Pero para fallo garrafal el de "haí" en vez de ahi; que hasta hace daño a la vista.
EliminarNo te preocupes por la erratas, son propias de quienes escriben. El que no lo hace no las comete.
EliminarUn saludo.
Ernesto
Tengo que confesar que en un principio, esta serie no me gusto, aunque tiene su explicación. En primer lugar porque creo yo que en cuanto a series policiales, sobre todo yankies, NO TENÍA NADA QUE VER CON LO EMITIDO HASTA LA FECHA... Desde la melancólica sintonía que no entendía, hasta el guion mismo de cada capítulo donde a efectos de un chaval de mi edad no veía expectacularidad en las actuaciones policiales que muchas veces incluso me parecian grotescas y que de repente caía uno de los buenos como si nada, con toda la tristeza del mundo pero sin venganza... Como bien dice Ernesto, cuanta inocencia corría por nuestras venas... pero no. Al final tenía algo esa serie que poco a poco al igual que yo maduraba ella me enganchaba. Pronto comprendí que estába ante una obra en forma de serie telisiva de "CULTO" la cual se acercaba de una manera sorprendente a la realidad. En este caso una realidad policial inportada desde EEUU pero que al final en mayor o menor medida todo profesional cuando lo es, se ve reflejado en muchos episodios de esta magnífica obra, y no hablo de la acción espectaular que en pocas ocasiones como he dicho aparecía en la serie sino, en el dia a dia de un policia.Supongo que con esta serie pasa como con la película del gran Eastwood, Sin perdón.Una vez las visualizas y las comprendes se produce un antes y un despues en sus respectivos generos en cuanto a la opinion que se tenía de ser policia o el viejo oeste respectívamente... Hoy en dia tiene mucho sentido la "Cancion triste de Hill Estreet. Magnífico artículo Ernesto. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Ortiz. Gracias por tu comentario.
EliminarUn apunte: en aquellos años 80 de la serie caían aquí muchos policías y guardias civiles, tanto en balas de ETA y Grapo como de atracadores. Nuestra realidad.
Un abrazo.
Ernesto
Pues muy cierto amigo. Menuda lacra teníamos... De hecho como digo debido a mi edad en aquella época y a propósito de tu comentario aquí en España yo solo veía el riesgo en la función policial por parte de estas organizaciones asesinas, y pasaba por alto la delincuencia común, que sobre todo en grandes y medianas ciudades tanto abundaba. Además era una época donde cuando caía un miembro de las Fuerzas y Cuerpos de este pais desgraciadamente "una inmensa minoría" de nuestra sociedad miraba para otro lado... Saludos.
ResponderEliminar¡¿Sabes qué te digo, Manolo?!: ¡¡¡horchataaa!!!
Eliminarcheeeee!!!!, cuando quierassss, ya lo sabes. Un abrazo!!!
ResponderEliminarCuando vi la serie me encanto, me dije coño se ajusta bastante a la realidad, hasta tienen problemas normales en fin durante años pensé que era la mejor serie policial que había visto. Con el paso de los años de servicio me he sentido desencantado con la serie, era otro engaño, "FURILO NO EXISTE O YO NO HE SABIDO ENCONTRALO".Un saludo. José Moreno
ResponderEliminarPepe, ¡tú eres mi Furilo! jajaja.
EliminarUn abrazo.
Ernesto
Aquí estoy de nuevo AMIGO. Tengo 40 años cumplidos... ¡Alá, ya lo he dicho! y la serie la pude ver con 10-12 añitos, y no me gusta "vacilar" cual pescador de caña al describir el tamaño de las piezas capturadas, pero la recuerdo, vagamente, pero la recuerdo, sobre todo a las féminas (la policía rubia y la abogada morena) supongo que por lo alterado de mis hormonas
ResponderEliminarEstoy con Pepe, no es que me haya llevado una decepción, más bien es que pienso que han pasado por mi vida profesional algún que otro Sgt. Furilo, pero que en la vida real no hubiesen durado 157 capítulos, si no que la realidad me ha demostrado que en el “sesentaitantos” ya habrían tirado la toalla la verse incapaces de luchar contra tanto despropósito e incoherencias en las altas esferas y ver, día tras día, como al patrullero lo ningunean y piden que de el 348% para ellos sacar barriga con estadísticas y ruedas de prensa bien calculadas desde el sillón ergonómico de sus despachos.
Seguro que tú la sigues, tú y muchos de los que aquí comentan y te leen, hablo de “Blue Bloods” o “Sangre de Policías”, esa, esa es mi serie contemporánea, volviendo a reflejarse en ésta, lo que un “Director de la Policía” debería ser hoy día ¡¡¡SNIF, SNIF, SNIF!!!
En fin, trabajaremos pese a quien le pese, como en las series o como en la vida real.
--
“Ante ferit quam flamma micet”
Estimado Josma, ¡¡¡cuánto tiempo sin verte por estas páginas!!! Me alegra leer nuevamente tus comentarios y reflexiones.
EliminarUn abrazo.
Ernesto