¡Zapatero, a tus zapatos!
Por, Ernesto Pérez Vera
El presidente de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores Daniel
Bernabéu, médico en ejercicio, ha arremetido verbalmente contra el consejero de
Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez, también facultativo de
carrera… pero no en ejercicio. En “Herrera en la Onda”, el
programa que Carlos Herrera dirige en Onda Cero (radio), Bernabéu ha venido a decir esta mañana algo así como que
Rodríguez está informando a los medios de comunicación, como político y médico,
sobre qué está pasando con el ébola en su comunidad, cuando es más lo primero
que lo segundo porque lleva muchísimos años sin ejercer la medicina. O sea que está
diciendo, amparado en el diploma, qué hacer y cómo, cuando la verdad es que no
ve un termómetro desde que Colón partió de Palos.
No entiendo de medicina, ojalá, pero me preocupa lo del ébola. Pero
bueno, vamos a donde yo quería llegar. Lo que Bernabéu ha manifestado me ha recordado
a algo que sucedió hace pocos días en una conferencia. Yo no estaba allí, pero
varios amigos presentes me lo han comentado. Según parece, un fiscal que hace
varias décadas fue inspector de policía en un cuerpo ya extinto, disertó sobre
qué sí y qué no podía y debía hacer un policía cuando un semejante se tira
encima y empieza a darle puñaladas. Para el expolicía parece que era fácil, de
boquilla naturalmente, desarmar al criminal, reducirlo y engrilletarlo sin
pegarle un solo tiro. En fin, que él no veía ajustado a Derecho el empleo del
fuego contra el filo. Creo que el paralelismo es bueno: un tío que no ha visto
los pasillos de un hospital en décadas cree saber qué hay que hacer con
enfermedades que no llegó ni a estudiar, y un policía preconstitucional defiende
que sabe de procedimientos y medios policiales del siglo XXI.
Lo más lamentable y vergonzoso es que cuando el fiscal acabó su ponencia se levantó y se fue sin oír a los expertos en instrucción policial, amén de a un médico especializado en Psicofisiología del Estrés, que seguidamente iban a tomar la palabra.Tampoco se quedó para escuchar lo que tenía que decir al respecto un juez de instrucción. Sea como fuere, aquel expolicía no llegó a enterarse, porque no quería bajarse del burro, de que tres expertos en diferentes campos tiraron por tierra sus ilusorias teorías. Un trasnochado que se había tragado el sapo años atrás y que lo había reforzado viendo teleseries baratas. Es malo para él, pues no aprendió, pero también es malo para la sociedad en general. Tipos como este no hacen más que seguir echando leña en la máquina del pavor y la mentira. Por cosas como estas leemos atestados e informes internos en los que 6 agentes declaran que el malo salió pegando tiros y encañonando a todos los presentes, pero que ninguno de los policías actuantes se atrevió a dispararle. Por suerte para todos no solamente los policías fallan sus disparos…, y sálvese el que pueda. Ya es hora de que muchos se quiten las orejeras y las gafas de madera. Por suerte, el reloj de la verdad va sumando minutos en la dirección correcta, pero a veces parece que es de arena.■
Lo más lamentable y vergonzoso es que cuando el fiscal acabó su ponencia se levantó y se fue sin oír a los expertos en instrucción policial, amén de a un médico especializado en Psicofisiología del Estrés, que seguidamente iban a tomar la palabra.Tampoco se quedó para escuchar lo que tenía que decir al respecto un juez de instrucción. Sea como fuere, aquel expolicía no llegó a enterarse, porque no quería bajarse del burro, de que tres expertos en diferentes campos tiraron por tierra sus ilusorias teorías. Un trasnochado que se había tragado el sapo años atrás y que lo había reforzado viendo teleseries baratas. Es malo para él, pues no aprendió, pero también es malo para la sociedad en general. Tipos como este no hacen más que seguir echando leña en la máquina del pavor y la mentira. Por cosas como estas leemos atestados e informes internos en los que 6 agentes declaran que el malo salió pegando tiros y encañonando a todos los presentes, pero que ninguno de los policías actuantes se atrevió a dispararle. Por suerte para todos no solamente los policías fallan sus disparos…, y sálvese el que pueda. Ya es hora de que muchos se quiten las orejeras y las gafas de madera. Por suerte, el reloj de la verdad va sumando minutos en la dirección correcta, pero a veces parece que es de arena.■
Compañero Ernesto, solo comentarte que aunque he asistido a pocos cursos ( y no por falta de ganas o interes ) mas bien por falta de dinero, a alguno he asistido y te comento que siempre es lo mismo .
ResponderEliminarNosotros mismos , bueno quien corresponda, cuando organiza un curso,le falta tiempo para invitar a tal o cual fiscal porque parece que eso le da mucha mas prestancia al curso.
Lo de menos es que el de la toga sepa de lo que" va la vaina", lo importante es que el tio llegue alli suelte su perorata y se marche tan pancho, con la satisfaccion del deber cumplido , sin pensar que a lo mejor lo unico que ha hecho a sido liar un poco mas a los policias y meterles un poco mas el miedo en el cuerpo al decirles cuidadito con las pistolitas que las carga el diablo.
Recuerdo haber leido que en EEUU alguna asociacion policial invito una vez a jueces y fiscales a pasar por un simulador en el que se entrenaban los policias y cuando les toco el turno a los de la toga todos le dispararon al malo que salia en la pantalla cuando este sacaba del bolsillo trasero "un telefono".
Ese "pequeño" detalle bastaba para concienciar a los que se encargan de juzgar nuestras actuaciones de que una cosa es estar en el despacho pensando: esto tenia que haberse hecho asi y otra cosa muy distinta es ver los toros muy pero que muy cerca. La cosa cambia como la noche y el dia.
Bueno eso como todos sabeis es otro mundo, aqui estamos a nuestras cosas y todavia es muy pronto para que la mentalidad de jueces y fiscales comience a cambiar, quizas dentro de" poco" tiempo , quince o veinte años, a lo mejor esto cambia.
Mientras tanto, ya sabeis , esto es lo que hay.
Un saludo
Carlos
Estimado Carlos, eso que comentas del simulador de tiro y miembros de la Judicatura en EE.UU. ya lo hacemos algunos en España. Unos lo hacemos con ánimo de ilustrativo para calar con la verdad en las mentes de los togados y otros que yo me sé invitan a sus señorías para quedar de puta madre y aumentar la nómina de amigos. En el segundo caso se hacen exhibiciones con los mejores tiradores del lugar, lo que hace pensar a los invitados que todos somos como esos máquinas.
EliminarGracias por comentar. Un saludo.
Ernesto
Buenas a tod@s ¿Realmente sirve invitar a la adjudicatura a las charlas si ellos mismos reconocen tener los ojos tapados y las manos atadas? No digo que este mal, que se que está muy bien hacerlo, para que a ojos de éstos “a posteriori” juzguen de otra manera, pero… con la Ley a la que deben ceñir sus veredictos, estaremos como el Tío Haba “Igual estoy… que estaba”
ResponderEliminarAl igual que ha pasado con la forma de tratar la crisis del Ébola, el Estado no se dejó asesorar por expertos microbiólogos, patólogos y demás profesiones sanitarias que acaban en –ólogos advirtiendo éstos de los riesgos potenciales ante la repatriación de los primeros infectados por el virus, y eso, eso exactamente lo que harían con los expertos en psicología, instructores de tiro y policías que han sobrevivido a un enfrentamiento armado, pasarse sus conclusiones y recomendaciones por el “Arco del Triunfo”, y es que quien mucho abarca, poco aprieta, máxime cuando no se quiere dejar enseñar, puesto que ya en cuatro u ocho años, ya estoy “apañao” para los restos, y el que venga detrás, que arree, pero a mi que no me den problemas mientras tanto.
En fin, una lástima, una verdadera lástima :(
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”Ante ferit Quam flamma micet”
Hola, Josma. ¿Tendría que sucederle algo a un juez o fiscal armado (hay cientos con la licencia B) y que ellos mismos mataran a un inocente por disparos dirigidos contra sus atacantes? Tal vez en ese momento sí se concienciarían de que tirar a la “A” no garantiza impactar en la “A”. Seguramente acudirían a buscar respuestas y se encontrarían con que siempre las tuvieron ante sus narices, pero las discriminaron por ser los protagonistas personas con placa y no togadas.
EliminarUn saludo.
Ernesto