LA OSCURA LUZ DEL “O TÚ O YO”

Por Ernesto Pérez Vera

Di la verdad y no te mientas a ti mismo; no te autoengañes. ¿Alguna vez te has planteado seriamente la posibilidad de disparar contra alguien? ¿Crees que llegado el caso, si es que llega y ojalá que nunca llegue, todo será tan divertido como en la galería de tiro en la que entrenas, si es que realmente entrenas? Yo te aseguro que no: jamás es divertido y tampoco habrá a tu lado un tío diciéndote que cuentas con 3 segundos para sobrevivir, como cuando te colocan delante de esa silueta de celulosa que hace el papel de agresor.

¿Acaso piensas que estas cosas siempre suceden de día y en plena calle o en el interior de una habitación perfectamente iluminada, en la que el tío que te regala esos 3 segundos te permite abrir la funda y te deja colocártela como más te convenga? ¿Llevas siempre, y digo siempre, una potente linterna en la cintura, incluso cuando curras en horario diurno? Si es así, te felicito. Pero deja que te pregunte más cosas, por favor. ¿Sabes sacarle todo el partido posible a esa luz artificial? ¿Llevas la pistola presta para el disparo súbito sin tener que ejercer sobre ella manipulaciones previas, agarrando a la vez la linterna con los dedos de la mano contraria a la que empuña el arma?

Anda, piensa en todo lo anterior. Hazlo por tu familia más que por ti mismo. Te invito a leer “EN LA LÍNEA DE FUEGO: LA REALIDAD DE LOS ENFRENTAMIENTOS ARMADOS”. Por hablarte hoy de la poca luminosidad que a veces reina en el curso de las intervenciones policiales, te sugiero que empieces la lectura por el capítulo 14, no sin antes pasar por la necesaria comprensión de la introducción de la obra. Te hablo de un libro editado por Tecnos (Grupo Anaya), que narra y desgrana, al detalle, 22 casos reales de policías españoles que fueron gravemente agredidos con todito todo tipo de armas.

Debes saber que algunos agentes sobrevivieron a tiro limpio matando o hiriendo a sus particulares homicidas. Pero otros no, otros funcionarios no supieron o no pudieron reaccionar bien y a tiempo. Aquí hay sangre de verdad, charcos de sangre, tanto de los buenos como de los malos.

Comentarios

  1. En esta profesión hay gente tan obtusa que cuando los ves patrullar por las calles parecen que están paseando por el salón de su casa. "Qué podemos tener un enfrentamiento armado, venga ya agorero, eso no ocurre en España, eso es en América. Bueno, aunque ocurra aquí, al que le toque, que le toque, mientras no me toque a mi, a percibir a final de mes que para eso entre en la policía, lo de pegar tiros, es para los locos que le gustan las pistolitas". Este es el pensamiento de muchos malos policías, que no tienen ni idea de lo que es la violencia, la fisiología del combate policial y el uso de armas de fuego. El A, B y C de esta profesión en materia de Seguridad Ciudadana.
    Un fuerte abrazo para todos los compañeros que han pasado por esta experiencia tan terrible. Ah, se me olvidaba, son tan inconscientes que parece que lo de dejar viud@s, huérfanos, etc. No fuera nunca a suceder esa contingencia profesional.

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    Respuestas

    1. Hola, amigo.

      Pienso como tú, pero con los años he ido perfilado y pulido mi respuesta y no creo que los inconscientes del enfrentamiento sean malos policías, simplemente no han sido adecuadamente adiestrados, pero a que en ocasiones conocen la violencia. Ejemplo: los mejores policías que conozco, gente muy trabajadora y comprometida, no saben diferencias un AK47 de una escopeta de caza. Si esta gente encima fuese buena en tiro o manejo de armas sería ya de bingo.

      Un saludo.

      Ernesto.

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