Cuarta y última parte de la entrevista publicada en “POLICÍAS ESPAÑA”
16.- Cuando te pusiste en contacto con los compañeros que
aparecen en el libro "En la línea de fuego" y al explicarles tu
proyecto, ¿tuvieron reticencias? ¿Hubo compañeros que se negaron a ello? En
caso afirmativo, ¿te dieron alguna explicación?
Hubo de todo. Muchos respondieron que sí, que querían
confesarse con nosotros (el libro también está firmado por Fernando Pérez
Pacho, el psicólogo clínico al que he mencionado antes) y otros se lo pensaron.
La mayoría de la gente no movió su posición, o sea que los que dieron el sí se
mantuvieron y los que dieron el no también.
Pero tuvimos dos casos curiosos. Eran policías de cuerpos
diferentes y de zonas bien alejadas. Ambos sostenían que habían participado en
atracos muy jugosos desde el punto de vista narrativo y técnico. Uno sostuvo
que había matado a un malo y el otro que se había llevado dos taponazos en el
pecho, con el chaleco puesto. Así me tuvieron durante semanas, pero el día que
les mandé los cuestionarios de Fernando y los míos, baterías de cien preguntas,
ambos se bajaron del barco. Les pedía alguna referencia oficial (judicial o
policial) de sendos atestados. Atención, el que dijo lo del chaleco respondió
que no se instruyeron diligencias por aquellos hechos. El otro no recuerdo qué
me contó. En cualquier caso, creo que desde el principio sospeché que eran unos
impostores. Estoy seguro de que los hubiera descubierto en pleno proceso de
investigación de sus casos, porque además de la primera toma de contacto
mediante preguntas escritas, luego venían no pocas entrevistas vis a vis, por
teléfono y por otros medios.
Pero también es cierto que algunos declinaron la invitación a
participar en el proyecto, por sufrir verdaderos problemas de ansiedad al
hablar de sus incidentes. Esto nunca sale gratis y yo lo sé por propia
experiencia. Si bien es cierto que los achaques psíquicos o emocionales suelen superarse,
unos tardan más que otros y algunos guardan secuelas de por vida. Matar o que
te intenten matar no es tan divertido como en las teleseries. A estos
compañeros que no pudieron seguir con las entrevistas les estamos tan
agradecidos como a quienes sí se casaron literariamente con nosotros.
17.- ¿Crees que el simple hecho de que nos dotaran de chalecos
daría más seguridad a los agentes a la hora de enfrentarse a estas situaciones?
En algunos casos sí, pero el que no vale ni para barrer la
puerta del cuartel seguirá valiendo lo mismo aunque lleve un chaleco sobre sus
hombros. También sé que muchos reclaman un chaleco porque suele ser lo único
que hacen, pedir y rajar, pero luego no se lo pondrán o se quejaran de que pesa
mucho, de que no es de calidad, o de que lo quieren con pasamanería y borlas.
Mira, los chalecos son importantísimos, pero he vivido lo que con guasa he
descrito en las líneas inmediatamente precedentes. Aunque den un chaleco a cada
policía de este país siempre habrá quien se queje del peso, del calor, o de yo
qué sé. Pero sin duda, esta prenda otorga seguridad subjetiva al que la porta.
Atención a esta mentalidad: policías que llevan cinco o seis
cartuchos en sus pistolas de doble capacidad, alegando luchar contra el exceso
de peso en la cintura. Naturalmente tampoco usan el segundo cargador. Incluso
hay quien lleva el arma vacía, por más mentira que pueda parecer. Seguro que
estos gritarían pidiendo balas si no se las dieran. ¿Qué hará esta gentucilla
con el chaleco balístico cuando se lo den? Mentalidad, todo pasa por ahí. Hay
policías que están en esto como de paso. Necesitamos más policías que crean en
lo que son y representan, para que así se impliquen y comprometan, y jefes que
se sientan policías.
18.- ¿Crees que deberían formarnos más psicológicamente para
los enfrentamientos armados? ¿Si pudieras decidir los porcentajes de una
formación como policías, cuáles serían a tu criterio en el campo de los
enfrentamientos armados? (%práctica, %psicología, %preparamiento físico)?
Es imprescindible no mentirle a los policías. Me consta que
hay cursos para instructores en los que casi la mitad de la formación la imparte
un psicólogo que habla y habla, y no para de hablar, de la relajación. De
respirar antes de disparar. O sea que forman a mucha gente en base a principios
deportivos. En estos casos los psicólogos en cuestión no tienen la culpa, van
allá donde les pagan bien…, y punto. Cumplen con un temario no firmado por
ellos. Cumplen un programa preestablecido.
A quienes sí hay que reprocharles esta vergonzosa y peligrosa temeridad es
a los que manejan el cotarro de la formación, quienes a veces solo ven en esto
un negocio económico y de influencias. Nuevamente asoma el nepotismo.
Sé de profesores de tiro de la Administración que dicen que
odian las armas y que si por ellos fuera no llevaríamos ninguna. O aquel que
dice que siempre siempre siempre podemos apuntar y mantener la calma, y que
antes de disparar hay que cargar la pistola para asustar al malo que ya está
avanzando con el machete en la mano. Esto, y a esta gente, es a la que hay que
cambiar. El cambio pasa por el conocimiento de la psicofisiología humana ante
el estrés de verse a punto de morir (estrés de supervivencia). Mientras los profesionales de la
Psicología, Psiquiatría y Neurociencia no pongan los pies en esto, casi todo
seguirá siendo un despropósito. Sobran profesores nepotizados: hijos, yernos, hermanos,
sobrinos o cuñados de alguien influyente.
No me atrevo a hablar de porcentajes lectivos, pero hay que
arrancar muchas páginas de los libros y reescribirlas sin intereses, ni
complejos personales. Ahí es donde metería mucha ciencia psicofisiológica. Y
luego, en el campo de tiro, rescataría
esta teoría y la compaginaría con
las prácticas de fuego real. Así es como lo hago yo. En mis líneas de tiro gasto más saliva que pólvora.
19.- ¿Algún mensaje a nuestros seguidores que ahora son los
tuyos también?
Pues para acabar, quiero agradeceros públicamente la
deferencia y amabilidad que habéis demostrado conmigo desde Policías España. Desde
el primer contacto hasta el desarrollo de esta entrevista casi me habéis
mimado. Aprovecho la ocasión para dar las gracias a quienes puedan declararse
lectores de mis trabajos. Resulta muy satisfactorio saber que siempre hay gente
esperando un artículo nuevo. Muchos me contactan por email y a casi todos les
ofrezco mi amistad. No son pocos los que han pasado a nutrir mi lista de amigos
personales. A veces me he sorprendido con el nivel de conocimiento que algunos
tienen sobre mis artículos, los conocen mejor que yo mismo.
Mis felicitaciones y agradecimiento a vosotros por enseñarnos ,,mi vida profesional a sufrido un vuelco positivo cuando yo pensaba que no sabia nada y que jamas aprenderia nada de la realidad de los enfretamientos armados me llenasteis de luz y pase lo que pase curiosamente soy mas feliz por ello.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Escarceneitor.
EliminarSaludos.
Ernesto.
Muy bueno Ernesto.
ResponderEliminarGracias, Manu.
EliminarSiempre duro, honesto, procurando llevar de una santa vez la luz de la profesionalidad a nuestro trabajo, haciéndolo todo sin las ataduras de la "política", piedra en el zapato de muchos y "hermano mayor" de nosotros.
ResponderEliminarUn abrazo sincero.
Un poco exagerado, pero graaacias.
EliminarErnesto.
Grande, D. Ernesto muy grande por esa luz que metafóricamente y sin ningún puto complejo alumbras las putas mentiras de ésta "preciosa" pero delicada profesión con muchos de tus artículos... Para muestra un boton.Magnificas respuestas a una buena entrevista. Como siempre y sin pelos en la lengua. P.D. Las madalenas van de camino. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Ortiz.
EliminarErnesto.
Ernesto me gusta lo sincero que eres y que hablas de todas las cosas sin tapujos, va siendo hora que la gente se de cuenta de los jetas que solo sirven para molestar, que cierto es lo que dices en la entrevista y lo poco que le importamos a la administración. Saludos
ResponderEliminarMuchas graaacias por tu comentario.
EliminarUn saludo.
Ernesto.
Muchas graaacias por tu comentario.
EliminarUn saludo.
Ernesto.