COMPAÑERO MIEDO

Por Ernesto Pérez Vera

Qué más da ser policía, soldado, vigilante de seguridad, joyero, fiscal o senador, cuando un cabrón se coloca ante ti con un arma en las manos y con la clara decisión de llevarte por delante.

No importa que, amparado por la potestad que otorga un carnet de agente de la autoridad, estés cacheando a un sospechoso y que este resuelva en su cabeza matarte, porque si te pilla por sorpresa posiblemente te vas a comportar como el soldado que recibe fuego enemigo en su tranquila garita; como el vigilante de un banco que resulta asaltado por un atracador kalaca en mano; como el joyero al que un supuesto cliente le coloca un destornillador en el cuello al grito de ¡dame la gallina con tomate!; como el fiscal al que un narcotraficante le quiere cobrar a trompazo limpio tres años de talego; y como el senador al que un empresario arruinado se le tira encima en el aparcamiento del puticlub en el que a ambos les limpian el sable… o lo que a cada uno le guste que le limpien.

Debajo del mayor órgano del cuerpo humano, o sea de la piel, siempre habita un ser humano, una persona por muy abyecta, despreciable y prescindible que pueda resultar en la vida del resto de los seres decentes y respetables que pueblan el planeta. Todos conocemos el miedo alguna vez en la vida, pero lo normal es tratarlo a diario en diferentes dosis. Algunos viven dominados por la cagalera perpetua, por más que quieran aparentar lo contrario. No obstante, el miedo es un buen amigo al que hay que conocer bien y con el que hay que saber convivir. No tener miedo es insano y habría que hacérselo mirar por un psiquiatra. ¡Ay! de aquel que de verdad no se haya visto jamás en un espejo el careto encanguelado, porque la jindama es un inteligentísimo mecanismo natural de la mente, evolutivamente diseñado para ayudarnos a sobrevivir.

Esta emoción tan natural y primaria no desaparece en los individuos investidos del carácter jurídico de agente de la autoridad. Las academias de policías inoculan muchas cosas, unas buenas, otras malas y otras tantas totalmente inocuas, incoloras, insípidas e insaboras. Pero en ningún caso inyectan intravenosamente fórmulas secretas al estilo de la película Soldado universal, protagonizada por Jean-Claude Van Damme y Dolph Lundgren. Si un policía les dice que nunca jamás ha sentido miedo, miente como un bellaco o es uno de esos pagas muertas que pululan por ahí soportando el peso de su mugrienta gorra. Estamos refiriéndonos, evidentemente, al pavor a perder la vida, no a que nuestro jefe nos pille fuera de juego admirando el tetamen de una impresionante camarera facilona.

Si nadie quiere perecer entre las llamas de un incendio o sumergido bajo el agua, peor preparados estamos emocionalmente para morir por la acción directa y voluntaria de un semejante. La gran fobia humana universal, así es como el psicólogo y teniente coronel del Ejército norteamericano Davis Grossman denomina al susto que tenemos los animales de nuestra especie, a percibir la muerte de la mano de otro Homo sapiens. Yo ya lo pensaba por mi cuenta y riesgo, por ello, pese a las patadas espinilleras recibidas durante años, me aventuraba tiempo atrás a manifestarlo en numerosos artículos. Pero después de leer en español a Grossman en Sobre el combate (Melusina, 2014), no me quedó duda alguna al respecto, viéndome internamente gratificado y reforzado, dado que cuando lo leía en inglés, siempre tirando de traductores de internet o de amigos bilingües, no siempre estaba seguro de entenderlo todo correctamente. Por fin pude comprender mejor mi pasajera cobardía.

Sin embargo, hoy mismo me ha manifestado un policía que un  juez de instrucción le ha espetado, durante la práctica de una diligencia judicial, que no se cree que un agente de seguridad pueda experimentar miedo con una pistola en la mano ante quien pudiera estar atacándolo con otro arma, menos aún si esta no es de fuego. Sin duda, se trata de un ignorante nada ilustrado, aunque sí togado. Una víctima, seguramente, de las mentiras que algunos instructores y mandos de las fuerzas de seguridad les habrán susurrado al oído, durante una de esas típicas exhibiciones de tiro deportivo que se celebran con motivo de los actos patronales. Una peligrosa secuela de la falacia. A esto hay que añadir la nefasta influencia cinematográfica a la que todos estamos continuamente expuestos, desde la etapa de cachorros humanos modernos.

Pero la historia de este funcionario no se detiene aquí: su propio abogado, uno con cierta fama de penalista especializado en asuntos policiales, a la sazón letrado oficial de un renombrado sindicato policial, le vino a decir a nuestro agente tres cuartos de lo mismo sobre el temor a perder la vida. Éste le recomendó que no declarara ante su señoría que los disparos efectuados por él los hizo cuando creyó que de no hacerlo podría fallecer, sino que afirmara y firmara que los tiros se le habían escapado por accidente. Estafador y mercader del embuste y de la ficción, así es como yo defino a este vende motos y a quienes son como él. ¡Panda de inconscientes! Sobran demasiados miserables promotores de la inmolación gratuita. A esta gentuza hay que enseñarle muchas cosas todavía, empezando por aquello que dice Daniel García Alonso en su última obra: “En situaciones anormales, las respuestas anormales… son normales”. Naturaleza en estado puro, amigos, algo contra lo que muy difícilmente se puede luchar.

A veces me he planteado si podrían incurrir en algún tipo de infracción quienes con una toga negra juzgan, acusan y mal defienden sin conocer realmente la raza de los bueyes con los que están arando. Si ningún hombre, y entendiéndose como tal un ejemplar de nuestra especie (sin distinción de género), puede exigir a otro que no sude mientras corre, que saltando desde un balcón y vuele cual ave y que no defeque aunque esté sufriendo un enorme apretón, ¿cómo carajo puede defenderse la tamaña y absurda teoría de que a un igual se le puede pedir que discrimine la natural sensación del miedo y sus reacciones biológicas, neurológicas, psicológicas y fisiológicas? ¡Por el amor de Dios, un poco de sentido común!

Es evidente que ciertos niveles de miedo pueden ser controlados. Esto es algo que normalmente hemos aprendido a hacer solitos o con la ayuda de terceras personas, desde el nacimiento. No sé si toda dosis de terror podrá ser aplacada en algún momento. Puede que sí, con el debido adiestramiento psíquico y reiterando experiencias similares en cuanto a intensidad. Por cierto, no hay mejor entrenamiento que sobrevivir al primer encuentro armado, sobre todo si con posterioridad es bien tratada la experiencia superada, analizando el porqué de todo: de lo que salió bien y de lo que salió mal. Pero desde luego no estábamos hablando de seres con estas características curriculares, sino de personas tan corrientes como ese primo, vecino, hermano o amigo policía, que casi todos tenemos registrado en nuestra agenda telefónica.

El entrenamiento frecuente y de calidad realista ayuda muchísimo, pero sobre todo ayuda la concienciación y la mentalización de lo que puede suponer, en todos los órdenes, verse en la tesitura de meterle un balazo a otra persona. La visualización mental de uno mismo en tan trascendental momento es muy importante, siendo este un ejercicio que debería ponerse en práctica tanto dentro como fuera de la galería de tiro. Verte mentalmente haciéndolo puede ayudarte a hacerlo de verdad el día que te toqué la maldita china...■

Comentarios

  1. Buenas Tardes Ernesto,,,,yo ya tengo mi ejemplar de este libro,no me lo podia perder si tu lo recomendabas y de lo demas ojala los jueces hicieran practicas nomtado en un z o un patroll, les iría de fabula.

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  2. Solicito la hostigacion afable de mis secuaces sexuales hospedadas en mi casa conmigo para convalecerme fidedigno de preservarme casto con masturbarme transversalmente de mi rudimentaria investidura sobre mi oblicuo frote con un harapo con zarandearme extasiante con prominentes bates por ventosearme a mi semblante con densos pantalones agudos de los simétricos dorsos de las cínicas hostigadoras. Solicito la orden judicial y policial a la demagogia de Guatemala y del mundo porque desde el año de 1,992 mis calumniadores me han improvisado de taimado con Guatemala con resarcirme fiasco para perplejar a la gente de Guatemala a un dilema sexual en mi contra.

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    1. Vinicio, no tengo ni idea de qué pretendes decir. Lo siento.

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  3. "CURSO DE SUPERVIVENCIA POLICIAL"

    Llevas razón Ernesto, toda persona humana tiene miedo; hasta el día de hoy no he sido capaz de conocer a esa persona que no tiene miedo, las maquinas no tienen miedo, actuan pero los seres humanos padecemos el miedo.

    Mucha gente cree, que por tener una pistola en las manos no se tiene miedo, eso es porque no se han visto envueltos en situaciones reales o simplemente lanzan balones creyendo que lo saben todo.

    A mi parecer el miedo se puede superar con la experiencia, pero no se elimina del todo, ya que con la experiencia vivida adquieres conocimientos, habilidades, cualidades... que te ayudan a superar ese miedo.

    Estoy totalmente de acuerdo, y ademas dices una realidad como una catedral de grande, cuando escribes la siguiente frase:
    "La visualización mental de uno mismo en tan trascendental momento es importante siendo este un ejercicio que debería ponerse en practica tanto dentro como fuera de la galería de tiro"

    Mis felicitaciones Ernesto. Un saludo

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  4. Gracias, Virus.

    ¿Sabes quiénes no tienen miedo y por ello son altamente peligrosos? Los enfermos mentales que padecen determinadas patologías. A veces son los que más muertes causan.

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    1. Te doy toda la razón, y el problema es que atiendes un servicio en el que esta envuelto un enfermo mental, y te encuentras que son cajas de sorpresa, que no sabes por donde van a salir, reaccionas ante la agresión o lo que suceda en ese momento, y pobre de ti luego ante el juez/fiscal que te juzge porque alegaran que era enfermo mental y deberías haber actuado de otra manera, aunque tu vida corra peligro.
      Un saludo

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  5. Curso de Supervivencia Policial

    Todo el mundo tenemos miedo, no somos máquinas capaces de controlar las emociones, los sentimientos. En situación de estrés, donde posiblemente hay peligro para nuestra vida, la amígdala excitada a tope y segregando hormonas, nos bloquea la parte del razonamiento de nuestro cerebro, el neocórtex, dejando como único funcionamiento el cerebro primitivo o reptilíano , que regula los elementos básicos de la supervivencia, la la huida, lucha o el miedo.

    Ante esta situación biológica, nadie puede controlar cuando tendrá miedo y cuando no, es algo innato del ser humano, lo que sí se puede llegar a controlar, entrenar y adiestrar, es nuestro cerebro, de tal manera que seamos capaces de dirigir nuestras emociones, evitando llegar a esta situación de estrés y por lo tanto, bloqueo mental. De tal manera que seamos capaces de aun teniendo miedo como cualquier ser humano, podamos controlarlo y tener la capacidad mental de razonar la toma de decisiones, importantísima en situaciones de estrés de enfrentamiento, toma de rehenes o cualquier otra circunstancia. Los miembros de las Fuerzas Especiales, son personas, tienen sentimientos, sufren, padecen, pero entrenar y se adiestran muy psicológicamente para intentar controlar su cerebro, ya que es el órgano que dirige la máquina y por lo tanto, el responsable de apretar el disparador, descargar la ira a golpes con una defensa al delincuente que ya está reducido en el suelo, etc. Situaciones, en las que luego nos pedirán responsabilidad penal, y no sabremos ni que contestar, porque en la mayoría de los casos, no somos cocientes de nuestros actos.

    A estos compañeros, instructores, jefes de policía, jueces y fiscales, que están apotronados en sus despachos, con aire acondicionado, calefacción, comilonas, dietas, etc., por favor, pienses ustedes que yo también tengo hipoteca y familia que mantener, así que, antes de seguir con la demagogia que llevan y de dictar una sentencia, asesórense bien por especialistas en la materia, psicólogos, neurólogos, y quien corresponda, yo sólo soy un humilde policía que cumplo con mi trabajo, si fuese licenciado o doctorado, no estaría aquí.


    Un Saludo.

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    1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    2. Enhorabuena por tu comentario.

      Por cierto, Diego. Estoy convencido que con mucho y muy buen adiestramiento se puede llegar a tener cierto control emocional, incluso en los peores momentos de un a vida o muerte. Lo he dicho muchas veces. A veces pongo como ejemplo a los miembros de las unidades especiales que cuentan en su haber con vasta experiencia en combates reales. Pero también es verdad que no pocas veces sobrevaloramos determinados entrenamientos, porque la naturaleza se puede imponer y ganarle la partida, en cruciales y vitales momentos, incluso a lo muy bien aprendido.

      Daniel, te invito a leer el capítulo 10 de “En la línea de fuego”.

      Un saludo.

      Ernesto.

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  6. "DEL CURSO DE SUPERVIVENCIA POLICIAL"

    EL miedo está ahí,latente, todo el mundo mentalmente sano lo tiene, y ciertamente se va a manifestar de diferentes formas dependiendo de diversos factores como la situación en que nos encontremos, el estado emocional y físico, el entrenamiento ante situaciones complejas, etc. Pese a que como bien se dice en el artículo, "no hay mejor entrenamiento que sobrevivir al primer enfrentamiento armado,si con posteridad es bien tratada la experiencia superada", siempre viene bien un entrenamiento adecuado y realista que nos prepare para un enfrentamiento armado. Como decía Erwin Rommel: "El adiestramiento de primera clase es la mejor forma de bienestar para la tropa. Cuanto más sudas durante el adiestramiento, menos sangras en batalla."

    En cuanto al comentario del juez de instrucción que piensa que llevar un arma en la mano quita cualquier miedo, no puede estar mas equivocado, puesto que si ya hay de por sí gente que teme el uso y manipulación de las armas, súmale que con su acción armada puede acabar con la vida de alguien, en esta situación el miedo va estar presente, y mucho, no es una situación fácil para nadie, incluso aunque se disponga de buena instrucción.

    "Teme a aquel que no conoce el miedo, ese es el mas peligroso"

    Un saludo.

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  7. "CURSO DE SUPERVIVENCIA POLICIAL "

    El miedo está dentro de nosotros desde nuestro nacimiento y es algo innato eso que quiere decir; que atra vez de que vamos creciendo lo combatimos o lo alimentamos.
    Los seres racionales necesitan de ello , El miedo , fobias y demás alteraciones que sufre nuestro sistema central para un individuo suele ser positivo y para otros totalmente los contrarío, Un individuo que se ve envuelto en una situación de máximo estrés su miedo puede llevarlo a tener una reacción eficaz dentro de unos parámetros sin ser inmune a ese miedo es decir sentirlo , Controlarlo y valorarlo para otros individuos ese miedo puede llevarlo con ese tipo de estrés igual a bloquearlo y no poder actuar de forma dinámica e incluso llegar a la paralización .

    Eso quiere decir que una situación de peligro cuando tu vida está en juego el miedo puedes ser tu mejor amigo y eso se llama supervivencia , Recuerdo compañeros que eran tímidos por no decir que tenían calado el miedo en el cuerpo , Y cuando se encontraron ante una situación de peligro real donde lo único que tenían era quitarse ese lastre llamado miedo fueron los que mejor supieron resolver esa situación .

    Asi que ese amigo miedo siempre debe estar ahí controlado pero ahí ,El que nos dice; " no tengas demasiada confianza" , Se cauteloso y en caso de peligro lucha o muere .

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  8. "del curso de supervivencia policial"

    Compañero miedo: ven conmigo siempre, siéntate en el asiento de atrás y no molestes. Eso sí, avísame de señales de alerta, y fréname si ves que me empiezo a convertir en Superman.

    El Juez del artículo debería hacérselo mirar, por si tiene algún grado de psicopatía, porque los psicópatas sí que no tienen miedo.

    Podemos tener miedo a que nos acuchillen, a que nos atropellen, a que nos pongan una bomba en la puerta de casa, etc etc etc; pero entonces no viviríamos, y no disfrutaríamos de las cosas buenas de este trabajo tan honorable como es el servicio a los demás.

    "Siempre prevenido, nunca atemorizado".

    ¡Un saludo!

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  9. Del curso de defensa personal
    En la vida existen infinidad de situaciones que tienen interpretaciones muy dispares, pero a la que este articulo hace mención no es una de ellas.
    Quien opine diferente es que tiene una visión subjetiva, tiene información errónea o por suerte ha vivido toda su vida en el país de la pirueta.
    Siento indignación por el mero motivo de tener que realizar un articulo para justificar o aclarar el termino.

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  10. “Del Curso de Supervivencia Policial”

    Gran descripción del compañero miedo, y que nunca falte… Efectivamente, pedir que cuando somos azotados por el estrés del combate –aumentando nuestro cuerpo repentinamente la frecuencia cardiaca y la tensión arterial y alterando el metabolismo de forma brusca-, no sintamos esa sensación y efectos del miedo, como si de cual héroe de comics se tratase, y luego pretender que esa quimera la traslade y la reproduzca en sede Judicial es, cuanto menos, de papanatas.

    Con sólo ahondar un poco en el tema –para eso también sirve navegar por la red, habría que decirles a estos incautos juristas-, puede uno ilustrarse que cuando se activa el sistema nervioso parasimpático (sistema nervioso autónomo), fruto del estrés comentado, nuestro cuerpo, propio del estupor, en vez de prepararse para la lucha o la huida (en incluso aunque esto pase y con mayor destreza por el entrenamiento previo realizado), puede llegar a hacer que permanezcas inmóvil –el llamado “freezing"-, inclusive, que su acción sobre el sistema digestivo y urinario provoquen la relajación de esfínteres favoreciendo la salida de heces y orina respectivamente. Si, literalmente “cagarse de miedo”, y es una reacción fisiológica normal en esos momentos.

    Por lo tanto, si todo esto puede pasar en nuestro cuerpo cuando siente que está en peligro inminente tu vida, cuanto más el hacer que pueda errar en mis disparos o que la actuación no sea “lo más idílica” que sería viéndola y analizándola desde la silla giratoria de cuero de mí despacho; Por supuesto, aquellos los habré efectuado y actuado con miedo a perder la vida, por muy desgraciado que fuera el resultado.

    Saludos

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  11. Antonio Beltrán Fernández

    Del Curso de supervivència policial

    No puedo más que coincidir en lo que dices,el miedo es natural y Bueno sentirlo, ayuda a salir de situacions extremas.El problema es ser de esas persones que viven siempre con él, y dejan que las controle totalmente, anulandolas por completo.
    En el ámbito policial lo penoso del tema es que muchos han olvidado a tener miedo de verdad, porque solo tienen miedo al de la toga, y en primera instancia al de los galones.Y la verdad, como no tenerlo, asusta más que ese malo con un 38 que pretende meterte plomo en el cuerpo.¿Porqué? pues da más miedo por su estupidez supina, su poca formación y conocimiento de la realidad, sus prejuicios, su mala Leche hacia ese ser inferior, uniformado que solo le da faena, incluso en alguna ocasión se atreve a molestar a un familiar suyo en algun control de carretera o a él mismo !madre de dios!Y el problema es que tiene más poder para destrozarte la vida que quizá ese cartucho del 38...

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    1. Opino que el miedo que tenemos a los jueces no puede achacársele a ellos. Ellos juzgan con la ley en la mano, pero los conceptos no jurídicos que manejan sobre la idoneidad, oportunidad y sobre la razón del uso de las armas no les llegan por las leyes sino por lo que nosotros vamos diciendo en sentencias (manifestaciones en las diligencias y en los juicios), conferencias, instrucciones y circulares de los cuerpos. El juez, normalmente, no sabe que un tío puede tener miedo aunque sea policía y tenga una pistola. No sabe que en el caso anterior puede congelarse emocionalmente, o vaciar el cargador sin ton ni son, sin poder evitarlo. El juez desconoce que una persona es más letal con un cuchillo que con una pistola. El juez desconoce que desde 7 metros si un cabrón te ataca navaja en mano puede matarte antes de que hagas un solo disparo. Y el juez no sabe nada de esto porque nadie se lo ha dicho. Y deberían ser las FYCS las encargadas de dar a conocer estos extremos a sus señorías. Pero no se hace porque a nivel oficial de las FYCS no se sabe, y cuando alguno lo sabe… lo oculta.

      La culpa de todo es nuestra, más que de los jueces.

      La inmensa mayoría de las veces, casi todas, los policías salen indemnes judicialmente de este tipo de lances. A veces vemos condenas, claro que sí, pero debemos reflexionar sobre si cuando hay condenas es que acaso no son justas (algunas). Casi siempre usamos las armas conformes a derecho, pero no siempre.

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  12. Daniel Martin (Curso de Supervivencia Policial): Gran tema este en el que una vez más he de felicitarte por tu claridad y humildad en lo referente "al miedo", muy buenas enseñanzas y filosofias he sacado de este artículo....empezando por admitir la convivencia y aprendizaje que se puede sacar de este sentimiento; y no como hacíamos muchos negando e ironizando sobre él.

    Un saludo.

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  13. Sun Tzu "del curso de supervivencia policial":

    En este artículo vemos como de nuevo sale a la palestra ese peso que se ha generado en torno al cine y la televisión en el que un agente de policía no tiene miedo. Siendo este mito reiterado también por propio colectivo, como un intento de crear el mito de un superheroe y sobre todo por unos compañeros que desde mi punto de vista puede que sean los que más miedo tienen.

    Al Juez en cuestión creo que no se ha visto ninguna película bélica estilo “Tigerland”, donde el sargento instructor le dice a los reclutas que cuando empiece el tiroteo desearan que el uniforme no tenga botones para poder estar más pegados al suelo. O esas imágenes de las recreaciones del desembarco de Normandia donde todos se mean, vomitan, etc encima de uno mismo. Enfrentarse a la muerte en primera persona yo no lo he vivido, pero debe ser una shock emocional-fisiológico-físico impresionante, por mucha arma de fuego que se tenga en el cinturón, y es que nadie desea morir.

    Una buena anotación es que la decisión de disparar a otro ser humano, llegado el peor desenlace esperado, bueno el penúltimo, el ultimo seria nuestra propia muerte o la terceras personas que estemos defendiendo, se toma en casa, no llegado el momento. Creo que si preguntas a un porcentaje elevado de agentes de policía en España, si alguna vez se han planteado disparar a alguien, situación plausible debido a la profesión que eligieron, creo que primero te tacharían de desequilibrado y la segunda es que ni se lo habían planteado por asomo. En el momento de la verdad hay que ir con los deberes hechos.

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    1. Me olvide añadir que a su señoría le debe dar mucha sensación de poder tener un arma en el cinturón.

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  14. D.Garcia "curso supervivencia policial"

    En la sociedad se ha creado la erronea imagen de que el que tiene miedo es un cobarde, y como comentas nada mas sano que tener miedo como mecanismo natural de supervivencia.

    Un tema tratado en profundidad, en el genial libro al que haces referencia, Sobre el combate, un libro del que no sabria que parte elegir ya que todo su contenido me parece interesantisimo, y libro de referencia sobre este tema, este articulo me a recordado un comentario de un veterano de guerra al Teniente Coronel Grossman, ya no recuerdo si en una entrevista o mediante carta, en el que dice algo asi como, no vere peliculas de guerra hasta que no aparezca el protagonista cagandose encima en una escena, hablando precisamente del mito de no tener miedo, y de la forma en que se perpetua de generacion en generacion por no admitir socialmente que cualquier individuo sano siente miedo y no es para avergonzarse.

    Un saludo

    Un saludo

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  15. MANUEL "curso superior policia"24 de abril de 2016, 20:48

    Estoy de acurdo, el miedo es humano y no hay que dejar de tener miedo porque nos mantiene en alerta, nos hace reaccionar con rapidez , nos hace sentirnos vivos pero hay que controlarlo y que él no nos controle a nosotros.

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  16. Tomas Lujan Vilches (curso supervivencia policial)


    Gran artículo, y una vez más vemos la ignorancia de muchos sobre cosas tan naturales como el “miedo”. Pero la mayor culpa es nuestra, por dejar influenciarnos por el “efecto americano” o por jefes que solo pasean la funda y se preocupan más de ascender que por la gente que tiene debajo. Es verdad que parte del miedo se puede controlar, con mucho entrenamiento y sacrificio, pero hay algo que no se puede controlar “instinto de supervivencia” no importa la situación o a lo que te estés enfrentado, llagara el punto que tu instinto se activara y le dará al cuerpo dos opciones, pelear o huir. Y eso no se puede controlar, no importa lo que lo entrenes si cuando tu vida corre peligro y no te que más opción como decía una amigo “para que llore mi madre que llore la suya”.

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  17. Hay una frase española que dice "los toros se ven mejor desde la barrera", que podrías incluir en alguno de tus artículos.
    Todos tenemos cantidad de miedos, no sé si alguien, alguna vez, se ha dedicado a clasificarlos de alguna manera, aunque no me queda duda, que no ha todos nos afectan de la misma manera, ni sufrimos los mismos. Estos van de la mano con los prejuicios, de experiencias vividas anteriormente. El cerebro a mi manera de entender usa estos mecanismos para ayudarnos a vivir en un contexto determinado, formulando frases, pensamientos que se suceden en nuestra cabeza continuamente, juicios a los que no deberíamos hacer caso por el mero hecho de escucharlos en nuestra cabeza, deberíamos aprender a discernir entre estos, porque si no seremos exclavos de esas etiquetas prefijadas.
    Claro que el miedo nos ayuda a sobrevivir, si no muchos de nosotros no estaríamos aqui, guiados por la primera estupidez del colega de turno, eso lo hemos vivido todos creo yo. Si la situación no lo requiere, prefiero ser un gallina, porque de valientes descerebrados esta el cementerio lleno.
    Creo también, que muchos de estos se pueden llegar a controlar, con el entrenamiento y que otros muchos surgen y evolucionan conforme cambia o avanza nuestro curso en la vida.
    Respecto a lo de abrir fuego sobre una persona, yo nunca, (gracias a Dios, no creo que sea plato de gusto) me he visto en esas, aunque se supone que entreno a diario para ello...pero si conozco gente a la que le han ordenado hacerlo, a distancias mayores a las que se enfrentan los policias, me han contado que por mucha horas de tiro y muchos temas de fuego real que lleves a las espaldas, nunca estas preparado cuando esas "siluetas" tienen vida. Hay que pensar que cuando una persona es buena de corazón, determinadas acciones, por mucho que se entrenen y piensen son difíciles de realizar y una vez cometidas te cambian para siempre.

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  18. José Alejo Chenoll Molina (sts)5 de junio de 2016, 21:20

    (Firmé con mi cuenta personal) José Alejo Chenoll Molina (sts)

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