PARABELLUM “VS” ARAMIDA: TEST CASERO 3.0
Por, Ernesto Pérez Vera

Dado que la
prenda es de la talla XXL, Falete en según qué zonas de nuestro territorio, su
vasta superficie permitió un uso bastante amplio: pudo ser impactada en tantas
zonas que no necesariamente cada tiro deterioraba, por contaminación, el
material de las áreas adyacentes, que posteriormente también sufrieron las
embestidas de otros proyectiles.
Estamos
hablando de un chaleco compuesto por 2 tipos de poliamidas aromáticas
(aramidas) de alto rendimiento, o sea, de robustas fibras sintéticas
resistentes al calor: el Twaron y el Klevar. El P20 consta de 28 capas concienzudamente cosidas
unas a otras a lo largo de todo su perímetro, o contorno distal, así como por
la zona central del paquete balístico. Todo esto se presenta en el interior de
una primera funda zurcida, en la que se hace visible la etiqueta de
características del producto. Hasta aquí los componentes preservadores de proyectiles.
Pero las caras externas del chaleco, tanto por su zona posterior como por la
anterior (pecho y espalda), y también por sendos costados, disfrutan de la
existencia de un mallazo metálico anticuchillo que confiere el ya referido
nivel KR-2.
Presentado ante
los lectores mi particular recibidor de balas, paso a contarles cómo fue la
experiencia que compartí con mi amigo y compañero almeriense Sergio Antequera,
entusiasta de la balística en general, aunque especialmente apasionado de la
terminal o de efectos. Se trataba de comprobar
cuántas capas de aramida serían capaces de atravesar una serie de proyectiles
del calibre 9mm Parabellum/Luger. Para la prueba se empleó, desde una
distancia de 2 metros, una pistola de HK-USP-Compact, cuyo cañón cuenta con
90mm de longitud total. Destacar que tras la cara interna del chaleco no existía
materia rígida alguna ejerciendo presión, o sirviendo de apoyo: fue sujetado
por las finas e inconsistentes ramas de un arbusto. Nuevamente, más casero
imposible.
El elenco de puntas estaba compuesto por:
1º.-
Plomo teflonado (124gr), marca Fiocchi. Penetró 1
capa de aramida.
2º.-
Golden Saber (147gr), marca Remington.
Penetró 2
capas de aramida.
3º.-
Frangible (82gr), marca Fiocchi.
Penetró 2
capas de aramida.
4º.- Action (83gr), marca MEN. Penetró
2
capas de aramida.
5º.- Black Mamba (100gr),
marca Fiocchi. Penetró casi 3 capas de aramida.
6º.-
Golden Saber (124gr + P), marca
Remington. Penetró 3
capas de aramida.
7º.- Soft Point (124 gr),
marca Sellier and Bellot, de
dotación en el Cuerpo Nacional de Policía (CNP). Penetró 5 capas de
aramida. (Denominada semiblindada).
8º.- SeCa (99gr), marca
RUAG. Penetró 5 capas de aramida.
9º.- Disintegrator CTF
(90gr + P), marca Remington. Penetró 6 capas de aramida.
10º.- EMB (92gr), marca
Fiocchi. Penetró 8 capas.
11º.- Disintegrator
Jacketed (101gr + P), marca Remington. Penetró las 28 capas.
Tras la comprobación y verificación de las perforaciones
antedichas, no tengo muy claro cómo interpretar la información obtenida. Si
bien es cierto que las fibras que conformaban el parabalas estaban ahí para
absorber la energía de los proyectiles, transfiriendo las puntas sus propias
energías en el momento de los impactos, y deformándose en tal punto aquellas
balas diseñadas para ello, la lectura que puede hacerse sobre el comportamiento
de cada tipo de cartucho utilizado es diferente en cada caso. Sinceramente, me
encuentro algo desconcertado con algunos de los resultados alcanzados.
Aquellos proyectiles creados con la intención de que se expandan
en cuerpos blandos, como por ejemplo pueden ser los tejidos humanos, pero que a
la vez se espera de ellos que actúen como puntas blindadas contra superficies
duras, lo hicieron. No fallaron. Tanto el SeCa,
como el Action, como el EMB, todos ellos muy livianos, fueron
extraídos del interior del paquete balístico con aspecto de balas blindadas; o
sea, como si se tratasen de FMJ. Estos cartuchos se
comercializan con el apellido publicitario de inteligentes: al más puro estilo de las clásicas puntas huecas, alteran
la sección de su masa cuando impactan sobre cuerpos humanos,
reduciéndose de este modo los riesgos de sobrepenetración, gracias a la mayor
transferencia energética; pero ante obstáculos de cierta entidad se entacan y
tiran para delante.
Cuando los 3 mencionados fueron disparados contra el agua
estacada en un bidón de 200 litros de capacidad, asunto visto en otro artículo
con mi firma, el trío expandió sobresalientemente (como tenía que ser). No
obstante, frente a la prueba realizada a tiro limpio contra la durísima luna
delantera de un vehículo turismo moderno, solamente el Action se comportó de una forma casi idéntica a como también lo había
hecho en el fluido. Aquí, en el test que protagonizan estos párrafos, el
proyectil EMB nos descolocó a ambos
testigos del experimento: se nos antojan excesivas las 8 capas perforadas por
una punta a la que, en principio, se le exigen otras características terminales.
Vamos con otra terna, la de los frangibles. Estos cartuchos
están confeccionados para que sus puntas se desintegren al impacto sobre
cuerpos extremadamente rígidos, como pudieran ser las tuberías de una factoría
industrial, el interior de un buque, o simplemente los blancos metálicos de
entrenamiento. Están construidos con partículas
compactadas de nylon, latón, cobre, tungsteno, u otros materiales sintéticos
(artificiales) mezclados. Los empleados contra el inglés que vino de Valencia
se comportaron de modo excesivamente desigual. El italiano se detuvo en la segunda cortina de fibra, sin descomponerse
en absoluto. Por el contrario, adquirió una gran superficie. El gringo de 90gr,
el CTF (Copper Tin Frangible —cobre, lata, desintegrable—),
se paró en la sexta capa, lo que para este autor es demasiado, aunque se
desintegrara en polvo y en pequeños fragmentos con capacidad lesiva.
El otro americano desintegrable presente en la prueba, el
encamisado de 101gr, incomprensiblemente lo atravesó todo. Sí, cruzó
completamente las 28 capas internas del paquete balístico. Como quiera que el núcleo del Disintegrator encamisado se compone de limaduras metálicas, quién
sabe si con el transcurrir del tiempo estas se solidifican y, tal vez porque
contenga tungsteno, terminan convirtiéndose en indeseadas balas perforantes.
No resulta una novedad, toda vez que todo el que anda experimentando con estas
cosas sabe que los encamisados frangibles de Remington están llevándose por
delante todo tipo de prendas balísticas de nivel IIIA, o similar. Pero ojo, que
un frangible concreto logre lo anteriormente comentado no implica que todos los
cartuchos de este tipo emulen tal comportamiento, como de por sí pone de
manifiesto el presente trabajo doméstico. Ya se ha creado un bulo al respecto,
¡parémoslo!
Los datos arrojados por los otros 2 norteamericanos de la
jornada sí eran esperables y lógicos. Sendos Golden Saber (punta hueca) se detuvieron donde se intuía que lo
harían: el más ligero en la tercera capa (con carga picante, + P), y el otro en
la segunda. El Black Mamba se
comportó de un modo totalmente diferente a cómo esperaba un servidor. Evaluado
anteriormente en otros 2 test de balística casera, no imaginaba que fuese a
detenerse en el segundo estrato, deteriorando notablemente el tercero. El
proyectil fue recuperado sin pérdida de masa, además de completamente abierto. En realidad no deja de ser un proyectil blindado muy
ligero de peso, con un nombre atractivo y sugerente.
Señoras y señores, la bala de plomo coloreada en
negro, la Fiocchi teflonada, no es
perforante. A ver cómo lo digo esta vez: ¡que no les tomen más el pelo con
cuentos chinos! Esta punta es convencional. Se trata, sí o sí, de un proyectil
normal y corriente. Es, por más que algunos instructores digan lo contrario, una
bala de uso diario en casi todos los campos de tiro deportivo españoles. Tanto es así que se detuvo en la
primera capa del chaleco. Obviamente, ni a Sergio ni a mí nos sorprendió. Huyan de los productores de “La bala que dobló la esquina”,
y de los guionistas de “La punta hueca está prohibida”, son
los mismos que difunden la chorrada de que los rollos de teflón que usan los
fontaneros son armas de destrucción masiva.
Pero no puedo cerrar esta parte del artículo sin aclarar de
donde viene la extendida mentira que defiende que las puntas bañadas con teflón
son perforantes. La leyenda urbana nace porque el
proyectil KTW (Kops, Turcus y Ward), que sí es perforante de verdad, dado que
su núcleo es de bronce macizo, posee una finísima película de teflón recubriendo
toda la punta. Se trata de una micro capa de color verde agua, que tiene
por misión servir de lubricante a la banda de rozamiento del proyectil dentro
del ánima del cañón, toda vez que el teflón cuenta con un bajísimo coeficiente
de rozamiento. Teflón es un nombre comercial castellanizado, que deriva de las
iniciales inglesas PTFE (PoliTetraFluoroEtileno); en fin,
un polímero similar al polietileno. El daño a la verdad se agravó cuando un
diálogo de la exitosa película Ronin (1998), protagonizada por
Robert de Niro, atribuyó propiedades perforantes a las balas rociadas con
politetrafluoroetileno. Por cierto, es un filme que siempre recomiendo.
Hay que significar y subrayar que el color negro
de los cartuchos teflonados por Fiocchi, viene transferido por el grafito con
el que también se revisten estas ojivas; grafito que, como derivado del carbono
que es, presenta tal color natural. Nos encontramos ante otro muy buen lubricante y deslizante.
Tengo que admitir que, a falta de uno expansivo, este cartucho no me disgusta
del todo para uso defensivo.
Si bien algunos fabricantes y expertos en la materia
sostienen que los productos balísticos ven minimizadas sus propiedades al ser
afectados por 4 o 5 proyectiles, no parece que esto sucediera con el P20 de United Shield International: entre el
primer disparo realizado, que fue con EMB,
y el último, que fue con el frangible
encamisado, la fibrosa coraza detuvo todo lo que se le echó encima (menos
el último).
Conclusiones podemos sacar tantas como lectores sean
alcanzados por esta crónica. Las mías, como confesé anteriormente, están un
tanto contrariadas con algunos proyectiles en particular, si bien es cierto que
la mayoría exteriorizó lo que a priori esperaba de ellos. En cualquier caso,
analicemos esta información como la analicemos, y la tengamos o no en cuenta,
todos debemos agradecerle a mi amigo y colaborador Manolo Ortiz, policía de
profesión, su gentileza y altruismo por hacerme llegar el paquete balístico.■
Un placer amigo, espero que el artículo sirva como propósito para promulgar aquella famosa frase de un spot publicitario... "Pontelo, ponselo". Un abrazo.
ResponderEliminarUn abrazo.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarGracias por el artículo.
ResponderEliminarFran, en el blog hay más textos en la misma línea, pero probando puntas diferentes, o incluso las mismas, contra otro tipo de blancos. En breve verá la luz uno nuevo.
EliminarUn saludo.
Cuando leo artículos como éste, me siento como si estuviésemos en la Edad de Piedra, en cuanto a munición y armas se refiere.
ResponderEliminarGracias por seguir instruyéndonos con nuevos datos.
Un saludo, Ifwin.
Un abrazo.
EliminarCurso de Supervivencia Policial
ResponderEliminarMuy buen artículo Ernesto sobre balística de efectos. El tema de balística de efectos, cartuchería, etc. es el gran olvidado hoy en día entre la formación de las FYCS, no puede ni mantener una conversación con ningún compañero sobre esto. Eres el bicho raro de la unidad, cuando te escucha hablar sobre el comportamiento de los proyectiles. Los Jefes te dice, poner estos cartuchos que es semiblindado para algunos servicios o el frangible para otros y nadie pregunta porque esos cartuchos, si se han hecho pruebas con ellos, como se comportan, etc. La ignorancia todavía abunda en gran parte de España.
Cuando te den semiblindada diciéndote que es menos peligrosa en las entradas y registros, dile que no tiene ni zorra idea.
EliminarUn saludo, Diego.
Daniel Martin (curso de supervivencia policial): Después de leer con detenimiento el artículo no queda claro por si había alguna duda la importancia de llevar siempre el chaleco......y acostumbrarnos a trabajar con el...
ResponderEliminar"del curso de supervivencia policial"
ResponderEliminarLA Fiocchi Black Mamba, por lo que se ve, se expande sobre superficies duras. Sobre cuerpos blandos sobrepenetra exactamente igual que cualquier otro FMJ ¿Verdad?
Yo no lo veo así, Cristian. Es un blindado normal y corriente, solo que con un suculento nombre. Un blindado que expande es, por ejemplo, el EFMJ de Federal, cuyo núcleo es mitad silicona y mitad plomo, estando el primer material en la punta extrema para que expanda.
EliminarPero el Mamba es un blindado trococónico convencional, pero ligerillo: pesa 100 gr, siendo lo normal entre 115 y 147. Esto facilita que la que velocidad inicial sea superior a la que suelen adquirir puntas de pesos más normalizados.
Si me obligaran a usar blindada usaría, para misiones policiales urbanas, la EFMJ. Si me obligasen a tirar blindada con alma de plomo, usaría cualquier blindada de bajo peso.
Gracias Ernesto. Suponía que en superficies duras se expandía, ya que el proyectil que recuperaste en varios test aparecía como si fuera una moneda ¿no es así?
EliminarEl nombre sí que es "llamativo", además de las palabras TOP DEFENSE que aparecen en la caja. Al principio usaba estaba munición, de hecho, el armero que me la vendió me la puso que "era la caña", lo mejor sin poder entrar en Golden Saber por lo de siempre.
Ahora uso la EMB y hasta que las prohiban esas calzaré.
Un saludo.
“Del Curso de Supervivencia Policial”
ResponderEliminarOtro gran artículo, ahondando en un tema bien poco conocido, al menos no tratado desde la ignorancia, y con pruebas físicas que demuestran la realidad, y no el opinar por opinar que en España lo tenemos como deporte nacional. Yo también fui testigo en primera persona de cómo un bulo se puede llegar a convertir en leyenda, con el tema de la Black Mamba. Por un lado, por parte de un compañero que me vino indignado porque la caja del 9 corto de Black Mamba que le habían vendido para su Star DKL heredada de su padre, como la mejor munición de defensa de ese calibre, resulta que le interrumpía constantemente. Claro, lo que no le contaron en la armería es que armas de ese tipo no se “tragan” toda clase de munición, y concretamente una troncocónica da problemas en la rampa de alimentación para introducirse en la recámara, provocando un excesivo acerrojamiento incompleto; Lo de que era la mejor munición defensiva en 9 corto…pues eso, que hay que venderla, como el burro, porque si ese calibre ya de por sí posee bien poco poder de parada, pues échale con esa punta…
Por otro lado, lo mismo que comentas en cuanto a creerse que es perforante, esta vez por parte de un militar que algún superior docto en el tema le contó emocionado. En ese caso pudimos ver su efecto también sobre un chaleco viejo caducado…quedo convencido de sus “super poderes perforantes”.
Otra vez gracias por ilustrarnos, Ernesto
Saludos
Gracias por tu comentario, Pillado.
EliminarSolamente una vez se expandió contra una superficie dura, acero concretamente, pero personalmente no considero que tal expansión se debiera a algo positivo, porque la chapa de acero estaba en el fondo de un bidón con 200 litros de agua. O sea, que si la punta llegó hasta el acero con tanta energía es que cruzó el agua a toda hostia. De todos modos, la envuelta casi se pulverizó, siendo nada más que el núcleo lo que llegó a recuperarse totalmente abierto.
ResponderEliminarNo sé, ese comportamiento no me gusta. Las puntas expansivas probadas en el mismo bidón se abrieron como rosas en primavera, lo que hace suponer que llegaron al fondo del depósito con escasa energía o por gravedad. Si un proyectil alcanza el fondo de acero con tanta energía como para aplastarse, yo no lo usaría policialmente con garantía.
Cuando he probado el Black Mamba contra garrafas de agua, comparando el resultado con el comportamiento de otros proyectiles disparados contra garrafas iguales (misma distancia y arma), la Mamba no se ha deformado nada en absoluto, a diferencia de las puntas huecas convencionales que se abrían perfectamente, deteniéndose mucho antes.
También debo decir que su punta troncocónica no me ha dado problemas ni en Glock ni en HK USP, creyendo posible la posibilidad de interrupción en pistolas como la referida DKL, y similares.
"DEL CURSO DE SUPERVIVENCIA POLICIAL"
ResponderEliminarUn artículo muy interesante, siempre es bueno conocer el comportamiento de diversos cartuchos de buena mano, y quitar del medio mitos y leyendas escuchadas sobre las municiones.
Gracias, García.
EliminarJARA
ResponderEliminarCURSO DE SUPERVIVENCIA POLICIAL
Un excelente aticulo ya que son totalmente desconocido el uso de una adecuada municion.
Según el trabajo que desempeñamos o la misión encomendad será prescindible una municion de entreno por decir algo y una municion de alto poder de parada que al fin al cabo es lo más importante en nuestro teabajo o para el día a día .
Gracias por tu comentario, Jara.
EliminarUn saludo.
Ernesto.
Del curso de supervivencia policial
ResponderEliminarSiendo novel en el tema de municiones, solo puedo darte las gracias por tu trabajo y asi mismo asimilar la informacion aqui presentada.
Gracias, Martínez. Mis artículos no hacen más que sumarse al trabajo que hacen otros autores más expertos que yo.
EliminarUn saludo.
Del curso de supervivencia policial
ResponderEliminarSiendo novel en el tema de municiones, solo puedo darte las gracias por tu trabajo y asi mismo asimilar la informacion aqui presentada.
Gracias, Martínez. Mis artículos no hacen más que sumarse al trabajo que hacen otros autores más expertos que yo.
EliminarUn saludo.
Ernesto.