NUNCA PASA NADA, HASTA QUE NIZA
Por,
Ernesto Pérez Vera
Por muy
andaluz que uno sea, y por Dios que soy ‘mu gaditano’, juro que no exagero al
decir que diariamente recibo varios correos electrónicos, e incluso llamadas
telefónicas y guasaps, remitidos por policías nacionales, policías autonómicos,
policías locales, guardiaciviles, militares y vigilantes de seguridad, que me
interpelan sobre cuestiones policiales. La verdad es que me siento halagado
aunque a veces tenga que responder, con humildad, que tal o cual campo están fuera
de mis entendimientos técnicos, teniendo de desviar las dudas hacia otros
especialistas. Lo he hecho mil veces, y no pasa nada. Hay que ser solvente y consecuente con las respuestas. Seguro que el
padre Mundina no respondería sobre balística interna. Zapatero, a tus zapatos, vamos.
La honestidad y la coherencia al poder.
Si bien en
algunas ocasiones me han contactado para ofenderme y recriminarme mi afición
por escribir sobre materias policiales muy concretas y particulares, por
considerarse estas personas policías de primera división mientras que a mí me
tildaban de mindundi municipal de pacotilla, que no sabe de nada, lo cierto es
que el 99,99% de las misivas tienen por objeto recabar mi opinión sobre asuntos
profesionales. Suelo ser educado con esta
clase de individuos, pero solamente un poquito, porque tengo que confesar que a
algunos los he mandado directamente a la mierda.
Últimamente
no son pocas las repuestas que he tenido que ofrecer sobre mi parecer respecto a
que los agentes de la autoridad puedan disponer de armas largas, sin distinción
alguna entre cuerpos. Esto genera muchísima controversia. Da pie a guerras
internas en las propias fuerzas de seguridad (en todas). El mal está dentro del propio colectivo. Aquí, en este sector y solo en
este caso, perro sí como perro. Somos malos e hijos de puta para nosotros
mismos. A ver, todos los cuerpos locales no poseen o pueden poseer armas
largas de dotación, puesto que esto lo regula a nivel autonómico cada región,
mediante las leyes de coordinación de policías locales (existen 19 normas marco
de este perfil). Según a qué comunidad autónoma nos asomemos, veremos o no
escopetas, carabinas o fusiles, en manos de los municipales.
En el
colectivo local, como en el resto, porque a esto que voy a decir no escapa
color alguno, hay muchos agentes que
preferirían llevar en la cintura un patito de goma en vez de una pistola, por
lo que plantearles la necesidad de dotarlos de armamento largo supondría
recibir un salivazo en la cara, amén de una campaña de desprestigio. Ahora
bien, aunque abogo en aras de que los agentes dependientes de las corporaciones
locales puedan contar con escopetas y cosas de esas, es más verdad que no
quiero que ninguna administración invierta en este material, si antes no ha
instruido abundantemente a su gente en el manejo de la herramienta principal:
la pistola o el revólver.
Pienso que mientras sigan pululando por ahí miles de policías sin
saber manejar sus armas cortas, más que de modo básico y encima con más miedo
que siete viejas juntas, es una estéril y peligrosa pérdida de tiempo
comprarles otro tipo de instrumentos de fuego. Eso sí, con ellos en los armeros todos los estamentos
venden una maravillosa imagen pública que te cagas. De nivelazo. Menudas
panoplias tienen algunos. ¡Joder! Se fotografían con los G36, con las escopetas
y con los Cetme, hasta los que no sabe ni desactivar el seguro manual de sus
pistolas. Los mismos que se mofan de sus compañeros operativos, se hacen fotos
fantasmas fusil en mano, cuando creen que nadie los está mirando.
Qué pena más grande me dan aquellas instituciones que cuentan en sus arsenales con abundante y variado material de este tipo, sin que ni la mitad de la peña sepa sacarle partido. Algunos, que no son precisamente pocos, sufren pánico al rozar con la mano la empuñadura de la pistola, así que no cuento qué sienten cuando a veces, muy a veces, son obligados a pegar cuatro tiros de risa con la escopeta en la galería. Leches, me consta que hay tantos por cientos muy elevados de plantillas que se niegan a trabajar con las escopetas y los fusiles en el interior de los vehículos, por desconfianza en sí mismos. ¡Qué nivelito, Dios! Pero claro, y sé que voy a recibir hostias hasta en el carné de identidad: esto es lo que sucede cuando a uno le hacen conocer, que no comprender, el manejo infrabásico académico (nivel párvulo) de una cosa, para luego jamás volver a verla. Estas ásperas interioridades se niegan, se ocultan y se camuflan cara al alto mando y, sobre todo, cara a la opinión pública. Pero ojo, los jefes lo saben, digo que si lo saben, aunque nieguen la mayor y públicamente vendan lo contario.
Sí, hombre,
claro que en todas las unidades hay personal cualificado e incluso
altísimamente cualificado, pero estos policías son los menos. En cualquier caso,
soy de los que piensa que los que tienen que estar más entrenados y equipados
no necesariamente tienen que ser los policías de los grupos especiales, que por
supuesto también, sino los funcionarios de primera instancia e instrucción. Me refiero a los policías de urgencias.
Hablo de los que te atienden en la calle, en una esquina cualquiera y a
cualquier hora, cuando le dices: “¡Oiga, agente, por la calle de al lado va
circulando un camión que está embistiendo y atropellando deliberadamente a
cientos de personas!”. ¿Les suena lo
sucedido en Niza (Francia), el Día de la Toma de la Bastilla…? Porque sí,
coño ya, porque estos policías, los de la porrita, la radio y la pistolita, son
los que se encuentran las situaciones más feas, delicadas y urgentes, sean del
cuerpo que sean. Son los primeros en intervenir, sin que casi nunca les sea
posible pedir apoyo a los Hombres de Harrelson. Son los que no disfrutan de
tiempo para tomar muchas decisiones. Esta gente es la que resuelve sobre la
marcha. Estos son, también, los peor entrenados y dotados. Sin embargo, siempre
están ahí, hasta cuando algunos quieren escurrir el bulto echando balones
fuera.
¿Queremos médicos de urgencias que no tengan la posibilidad material
de hacer una traqueotomía de emergencia, porque en cuestión de horas puede acudir
un cirujano especializado? ¡Ea! Pues meditemos sobre ello, aplicándonos el
cuento.
Este
artículo no quiere alzar nuevamente la pancarta del ‘sí a las armas largas’,
dado que, como siempre digo, si en clase no nos enseñan correctamente a hacer los
copiados, cómo carajo vamos a hacer una redacción decente; o sea, que si no sé
utilizar con rapidez, seguridad y eficacia la pistola, que es lo que llevo
encima todo el rato, cómo demonios voy a colgarme del cuello un fusil de
asalto, por chulo que este sea.
Con estos
párrafos quiero decir, una vez más, que con una simple pistola bien utilizada y
con dos o tres cargadores encima, se puede ser muy pero que muy resolutivo si
se mezclan, en la debida proporción, buenas dosis de valor y adiestramiento. En Niza, como fehacientemente se ha podido
comprobar, fueron agentes corrientes y molientes, de los que cortan las calles
los días de feria y carnaval, los que eliminaron la amenaza, pipa en ristre.
Dicen que un funcionario gabacho se encaramó a la cabina del camión y vació un
cargador contra el conductor, acabando así con su miserable y repugnante
existencia. Ven cuánto se puede hacer, con tan poco. Eso sí, qué bien
hubiese venido tener por allí, a mano, un cacharro de mayor potencia de fuego, aunque hubiese sido un viejo MAT-49, aquel
característico subfusil galo de la empuñadura y del brocal del cargador plegables.
Mis
palabras, como casi siempre, no proponen ejercicios concretos de entrenamiento.
Únicamente pretenden llegar a algunas personas para que, si tienen capacidad de
comprensión lectora, se quiten las orejeras de lana y las gafas de madera de
una vez por todas, a riesgo de que vuelvan a mandarme a tomar por el anillo de
cuero.
Para
acabar, y aunque parezca propio de un capítulo de la teleserie “Los hombre de
Paco”, tengo que decir que es una broma de muy mal gusto instruir a los
policías en el manejo de la escopeta utilizando, exclusivamente, cartuchos de proyección
(fogueo o salvas) y proyectándoles vídeos e imágenes fijas en pantallas
gigantes. Aunque parezca cachondeo de mi
cosecha, esto está ocurriendo porque hay prebostes y gerifaltes que confían en
este sistema porque, como suelen decir cuando no hay micros en la costa pero sí
moros acechándola, aquí nunca pasa nada. Cómo nos gusta cumplir lo justo,
para cubrir expediente. Qué nuestro es eso de aparentar, en vez de ser. Cuánto
Torrente suelto queda todavía.■
Tienes toda la razón. Y es cierto como de va a fomentar el uso de armas largas en los cuerpos policiales. si hay muchos policías que no tienen un mínimo de destreza en utilizar las cortas.
ResponderEliminarUn saludo Ernesto
Gracias por tu comentario.
EliminarUn saludo.
Ernesto.
Totalmente de acuerdo contigo, Ernesto. Pero que te voy a decir si, a día de hoy, se dan casos con el del ISPC ( Instituto de Seguretat Pública de Cataluña) que recientemente ha prohibido realizar prácticas en sus galerías a distancias inferiores a cinco metros? Como les digo yo ahora a mis compañeros a los que he tratado de adiestrar en ejercicios en distancias cortas , desde un metro, que aquello del point soothing, ya no se puede practicar?
ResponderEliminarVamos arreglados!!!
Armand, solo puedo decir que el que prohibe tirar a menos de 5 metros es un peligroso ignorante, sembrador de miseria.
EliminarEstoy contigo, Ernesto!! Un abrazo
ResponderEliminarMuy bueno, estoy contigo en un 80%, pero es un tema complicado que habría que tratar más profundamente, queda constancia que sabes lo que dices, te felicito compañero
ResponderEliminarMuy bueno, estoy contigo en un 80%, pero es un tema complicado que habría que tratar más profundamente, queda constancia que sabes lo que dices, te felicito compañero
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario.
EliminarUn saludo.
Ernesto.
Felicidades Ernesto, me gusta este artículo, es verdad lo de los policías de porra y pistola. Cuantas veces se ha visto en la televisión a una pareja de la Guardia Civil disparar con u a pistola a un toro, porque no había arma larga nu en el Cuartel más cercano, vamos para atrás como los cangrejos, antes en todos los Cuarteles habían armas largas....cetmes y su fusiles y además te lo daban de dotación, cuando nos lo retiraron, casi todo el mundo conténto, porque no hacían falta y era una lata carar con ellos, pero...... hoy por hoy, la cosa ha cambiado mucho con los locos islamistas, de un tiro de precisión se hubiera solucionado mucho antes si la hubieran tenido.
ResponderEliminarSólo una cosa más lo policías de cercanía de porra y pistola no sólo son los peor dotados y entrenados también son los peor pagados y menos reconocidos, sólo hay que ver a quién dan las productividades y las medallas...... a ellos no. Y se juegan la vida muchas veces al año.
Gracias por tu comentario.
EliminarUn saludo. Ernesto.
Felicidades Ernesto, me gusta este artículo, es verdad lo de los policías de porra y pistola. Cuantas veces se ha visto en la televisión a una pareja de la Guardia Civil disparar con u a pistola a un toro, porque no había arma larga nu en el Cuartel más cercano, vamos para atrás como los cangrejos, antes en todos los Cuarteles habían armas largas....cetmes y su fusiles y además te lo daban de dotación, cuando nos lo retiraron, casi todo el mundo conténto, porque no hacían falta y era una lata carar con ellos, pero...... hoy por hoy, la cosa ha cambiado mucho con los locos islamistas, de un tiro de precisión se hubiera solucionado mucho antes si la hubieran tenido.
ResponderEliminarSólo una cosa más lo policías de cercanía de porra y pistola no sólo son los peor dotados y entrenados también son los peor pagados y menos reconocidos, sólo hay que ver a quién dan las productividades y las medallas...... a ellos no. Y se juegan la vida muchas veces al año.
Gracias por tu comentario, Zurita.
EliminarUn saludo.
Ernesto.