NO HAY MÁS PREGUNTAS, SEÑORÍA
Por Ernesto Pérez Vera
Un amigo que no es policía me decía anoche que con lo
preparadísimos que estamos los que sí lo somos, en las manifestaciones
violentas deberíamos tirar de pistola y herir, con precisión, a quienes más en
peligro pusieran nuestras vidas. Me hablaba, totalmente escandalizado, de lo
que ocurrió en la capital del reino el 22M (2014). Hablaba de apuntar a los
tobillos y a las manos (¡cuánto daño hace la televisión!). También me preguntó si
yo veía ajustado a derecho el uso del arma corta de fuego en algún caso de los
vistos aquellos días en Madrid. Mi respuesta fue que sí. Vimos imágenes
realmente brutales y peligrosas para la integridad física de algunos funcionarios,
lo que desde mi punto de vista justificaba el recurso del plomo (casos muy,
muy, muy concretos).
La integridad física está en peligro cuando alguien así lo
siente o percibe porque su cerebro de tal modo se lo indica. Visto esto desde
fuera podría estar equivocado, pero desde dentro cada uno posee la cuota de
miedo que el momento y otros avatares le proporcionan. No somos una calculadora
que suma dos más dos en cualquier circunstancia. Lo que a uno le parece una
cosa a otro le podría parecer la contraria. Mil factores influyen e intervienen
en la toma de decisiones, según las precepciones particulares de cada uno, pero
siempre manda la naturaleza.
Expuesto todo esto, le aclaré que no estamos tan preparados
en el uso de las armas de fuego (que se salve el que pueda), sino más bien todo
lo contrario, como norma general. No creyó que ante situaciones complicadas a vida
o muerte sea casi imposible responder con precisión. Precisión, ya ves… algo
que se obtiene a través de la tranquilidad que, precisamente, no ofrecen los
eventos que ponen en riesgo la vida, a no ser que se esté muy, muy, muy
entrenado ("rara avis"). En estos casos la suerte es la que suele
dirimir en el sentido que sea, tanto para bien como para mal. La cosa es que le
mandé a este chaval varios enlaces con artículos firmados por mí en los que
trato estos asuntos. Esta mañana sigue sin estar convencido. Al fin y al cabo
quién soy yo… solo un loco que predica en el desierto. Pero me acabo de acordar
de que hace algún tiempo escribí unas palabras a colación de una información
firmada por un mando ante la autoridad judicial: un informe pericial. Esto ya es
otra cosa. Ya no es un demente quien lo espeta, aunque lo que dijo este jefe en
2013 ya estaba dicho desde hacía años por ilusos como yo. Pero no, ahora sí
vale. Ahora este amiguete mío sí empieza a creer que no era tan fantasioso lo
que yo decía en la década anterior. Bueno, menos mal, algo es algo.
Me refiero a esto: http://tirodefensivocampodegibraltar.blogspot.com.es/2013/02/nos-dan-la-razon-en-la-prensa-no.html
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