Por, Ernesto Pérez Vera Las pistolas semiautomáticas, o sea, las que disparan tiro a tiro a cada acción ejercida sobre el disparador, siempre que sigan manteniendo munición en el cargador, suelen poseer dos tipos de seguros: manuales y automáticos, también denominados externos e internos, respectivamente . En muchos modelos de pistolas, tanto actuales como trasnochados, coexisten ambos sistemas, si bien en otros solamente está presente uno de ellos. Los sistemas de seguridad de las pistolas y del resto de armas de fuego se componen de mecanismos que actúan sobre el sistema de disparo, permitiendo o impidiendo, según cada caso, la activación final y definitiva de los referidos sistemas. En las armas con seguros manuales será el tirador quien voluntariamente active o desactive el seguro a golpe de dedo. Sin embargo, ante los seguros automáticos no intervendrá de modo directo y personal el usuario del arma , sino que serán los mecanismos del arma los que desactivarán e...
¿Quien no ha intervenido "navajillas" de esas que no pasan de los cuatro dedos dichosos? "Oiga Agente, que no tiene mas de 10 cm. y es legal llevarla" Y una ful de Estambúl.
ResponderEliminarHe llegado a requisar hasta corta-uñas, sólo por la pequeña pieza en forma de navaja que tiene para limpiarse las uñas. A ver, sólo leyendo esto la peña dirá: 'Ala, que bruto" pero falta añadir a quién, cuando y dónde se incauta, ya me entendéis. Y es que en una ocasión, bajamos a tres pintas de un coche, cacheamos a dos y bien, pero el tercero.... ¡HAY EL TERCERO! Bajó del coche, mi compañero le ordenó que pusiera las manos en el capó, y lo hizo, pero con la mano derecha cerrada, y ahí fue cuando se me encendió la luz roja y empezó a sonar la sirena. Le cogí por la muñeca de inmediato y le doblé el brazo hasta que el pecho tocó el capó. Al abrírsela, el muy HGP tenía un alambre enrollado en el dedo anular a modo de anillo, pero sobre la palma, descansaba el mismo alambre grueso acabado en punta de unos 7 cm. de longuitud ¿Con que propósito? Con la palma abierta el alambre quedaba de forma perpendicular a la mano, o sea, que sobresalía, por lo que al "tirar una bofetada" ese alambre se hubiese calvado en la cara del compi, o el cuello, en un ojo...
A cada paso, un peligro.
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"Ante ferit quam flamma micet"