“EN LA LÍNEA DE FUEGO” Y LA CESTA DE NAVIDAD
Por Ernesto Pérez Vera
Este correo electrónico recibido ayer, vale más que una
cesta navideña o que un jamón. No obstante, amigos, acepto cestones, jamones y
hasta quesones (tono irónico).
Correo que se cita:
Hola, Ernesto. Me llamo José David y
soy policía local en la provincia de Murcia. Te envío una fotografía para que
me pongas cara, ya que me la tomé contigo cuando el pasado mes de abril estuviste
en Bétera, Valencia.
Lo primero que quiero hacer es felicitarte
por la publicación de En la línea de
fuego. Has conseguido que se me pongan los pelos de punta con cada uno de los
capítulos. Todos destacan con un rico y fluido vocabulario, haciéndolo
ameno en su lectura, llegando a experimentar en muchas ocasiones la ‘visión
túnel’. El capítulo 11, “Hemos visto demasiadas películas”, es uno de los que desde que empiezas a leerlo hasta que lo
terminas, te hace perder la noción del tiempo; ese, entre otros. No hay capítulo
que subestimar, ni uno mejor que otro. ¡Qué pasada! Una obra magnífica,
enriquecedora y motivante para los profesionales que vivimos con pasión nuestro trabajo y que no nos cansamos del
oficio.
A lo que voy. He de regalarle un buen
regalo de Navidad a un buen amigo y compañero de la Guardia Civil, que actualmente
está destinado en mi municipio. Y he pensado que nada mejor que un ejemplar de
tu obra, pero, eso sí, firmado por ti. Gracias
por la dedicatoria personalizada que me brindaste en abril, personalización que
me gustaría le hicieras también a este guardia civil. Sé que para él sería un regalo de mucha mayor categoría que
cualquier cesta navideña o que un jamón Joselito, de esos que cuestan muchos
cientos de euros. Tu libro, con tu dedicatoria, no tendrá precio para él. Se
trata de otro chaval que vive por y para el trabajo. Es otro de esos que ama lo
que hace. Él pertenece a la quinta generación de guardias civiles de su
familia. Su tatarabuelo seguro que se tomaba las cañas con el Duque de Ahumada
(jajaja).
Si ves correcto y posible lo que te pido, ya me dirás cómo proceder.
Ernesto, compañero, ¡un placer! Y, de
nuevo, felicidades por tu obra.
Te saluda en espera de contestación, José David.
(Nota: el remitente de esta carta electrónica ha
autorizado su publicación).
Comentarios
Publicar un comentario