¡NO SIN MIS GAFAS!
No recuerdo
quién me preguntó hace muy poco tiempo la razón por la que siempre utilizo
gafas de protección en la línea de tiro. Ese mismo alguien me expuso
exactamente la misma cosa con respecto a la protección auditiva. Fuera quien
fuera, que me parece que fue un compañero al que obligué a colocarse las gafas
en la cara y los cascos en las orejas durante un ejercicio por mí dirigido,
recibió argumentada respuesta por mi parte. Siempre lo hago, me refiero a
argumentar.
Quienes
hemos disparado mucho, sobre todo desde corta o muy corta distancia (a
bocajarro y a quemarropa), sabemos que es habitual que trozos de plomo, de
piedras, de madera o de latón nos lleguen hasta los pies. A veces, incluso proyectiles
enteros nos han impactado en las piernas, en las manos o en el pecho, sin que
de ello se derivaran lesiones, aunque sí una colección de comentarios.
Disparando desde más metros también puede suceder, no lo duden. De las muchas
veces que muchas cosas me vinieron de vuelta desde el parabalas, solamente una
vez sangré y me cagué de miedo pensando que me había metido un balazo rebotado
en la cabeza. La sangre es muy alarmante y llamativa, porque la herida resultó
leve. De ello fue testigo mi amigo Joe Canepa (QEPD), comisario retirado de la
Policía de Gibraltar.


Aquello mío
no fue nada comparado con lo que ayer le ocurrió a un buen amigo y compañero, a
quien una esquirla de latón, parte de la envuelta metálica de un proyectil
blindado (de haber sido semiblindado hubiera podido suceder lo mismo), le llegó
rebotado hasta el cuello, penetrándole en él. Se le incrustó de verdad, no
superficialmente, razón por la que tuvo que abandonar el entrenamiento e
ingresar en quirófano. ¿Cómo estaría su globo ocular sin la pieza metálica
devuelta se hubiera desviado una pizca más hacia arriba y él no hubiera portado
gafas de protección, como ciertamente sí que portaba?
Moraleja:
que cada uno haga lo que quiera, pero yo en mis líneas de tiro utilizo gafas,
como todo el que en ella se inserte conmigo, aunque sea como mero observador.
En mis entrenamientos, ¡no sin gafas! Y si estuviera en activo, también las
utilizaría en el quehacer diario del servicio (en mi voluminosa carpeta de
trabajo, que algunos recordarán, siempre llevaba una gafas de protección, que
muy pocas veces utilicé).■
SIEMPRE, SIN EXCEPCIÓN. ¡¡Es que se me empañan!! ¡¡Es que me molestan!! ¡¡Es que........!!
ResponderEliminar¡¡ES QUE NADA, O TE LAS PONES O NO TIRAS!! ;)
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"Ante ferit quam flamma micet"
Son muy importante para el cuidado de cada agente policial, no son meras gafas que realzan lo estético, sino una herramienta muy valiosa, por ello son especiales las gafas de protección policial, en esta labor hay que tomar en cuenta los detalles. Saludos...
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