ANATOMÍA DEL TIROTEO, por Álex Madrid
Ernesto Pérez Vera
Por suerte, gracias a
Dios o por la razón que sea, son frecuentes los mensajes y correos electrónicos
que recibido en el sentido de los párrafos que seguidamente y con la
autorización de su autor hago públicos:
“Buenas días, Ernesto.
¿Qué tal va todo? Solo te escribo para decirte que ya he terminado de leerme tu
último libro. He tardado más tiempo del que me hubiera gustado, pero las
circunstancias profesionales y personales no me permiten hacer, muchas veces,
todo lo que quiero… cuando quiero. Deseo transmitirte mis sensaciones. Seguro
que como autor, te gustará conocerlas. No recuerdo en estos momentos cuáles
fueron mis impresiones cuando finalicé, en su momento, la lectura de ‘En la línea
de fuego’. También es verdad que ya no soy la misma persona: ni tenía los
mismos conocimientos ni tampoco poseía el nivel de concienciación de cual
es la realidad policial española, algo que hoy en día sí tengo. Ernesto, ¡este
libro me ha impactado! No solo son historias rubricadas a base de plomo y
sangre, sino que su trasfondo —el de cada historia cierta y del todo real— me
ha perforado hasta el tuétano, como se suele decir. Todo lo que estoy diciéndote
tiene un porqué: al cerrar el libro me ha invadido una abrumadora sensación de
duda. Me he visto envuelto por mil preguntas que creía tener íntima e
interiormente contestadas con respuestas positivas: ¿estoy realmente preparado
para lo que tú llamas el ‘o tú o yo’? ¿Seré capaz de hacerlo correctamente, si
llega el fatídico día? ¿Actuaré o me quedaré paralizado, sin lograr apretar el
gatillo? ¿Podré controlar el cuerpo y la
mente? Al cerrar la tapa, lo primero que hice fue coger mi arma particular y
ponerme a entrenar en seco frente al espejo. Quería continuar leyendo, pero no
había más páginas. Me he quedado con ganas de seguir nutriéndome”.
“No sé qué sensaciones
habrá causado en otros lectores. Pero con toda humildad te trasmito las mías.
Lejos de dejarme llevar por la desconfianza, incertidumbre e indecisión que me
ha generado la lectura de “Anatomía del tiroteo”, todo ello no ha sido sino una
mano abierta; una nueva y gran puerta de acceso al apetito de la sapiencia, de
la formación y del adiestramiento, sabiendo que llegado el día y la hora la
diosa Fortuna podría llegar a jugar un papel protagónico, solo que ya sé que es
mejor jugar la partida conociendo bien las reglas del juego, que iniciar la
‘pachanga’ desconociéndolas. He descubierto, si acaso no lo sabía ya y solo lo
he recordando, que la vida es más grande que nuestros miedos, como igualmente
nuestras fuerzas son mayores que nuestras dudas”.
“Ernesto, por todos
aquellos que derramaron su sangre en pos de esta vocación nuestra que es ser policía,
¡gracias y un abrazo!”.
Ahora sí soy yo, Ernesto
Pérez, el que se expresa: las gracias te las doy yo, Alejandro Madrid.
Impresionantes las palabras de Alejandro Madrid, Ernesto tu tambien eres impresionante con todo lo que haces día a día Eres un ejemplo a seguir y un motivo de superación.
ResponderEliminar