Observar-Organizar-Decidir-Actuar (OODA): el iter hacia la reacción
Por Ernesto Pérez Vera
Camino alto y camino bajo. Estos
son los dos íteres que el cerebro y
el resto del cuerpo utilizan para reaccionar ante la detección de una amenaza grave.
Así lo definió el neurólogo norteamericano Bruce Siddle, en uno de sus
concienzudos trabajos.
El camino alto consiste, muy
sucintamente, en:
1º.- Mediante la percepción de los sentidos, principalmente el de la vista, el cerebro recibe
información respecto de lo que le genera el riesgo. O lo que es igual, recibe
un estímulo que precisa de una respuesta. En este punto se OBSERVA.
2º.- El tálamo, que es
una estructura neuronal ubicada en el centro del cerebro (lugar idóneo de cara
a su protección), recibe la información que le llega desde el sentido que ha
detectado el riesgo. El tálamo, por tanto, ORGANIZA
los datos recibidos; orienta.
3º.- La corteza cerebral
recibe la información desde el tálamo y comienza a evaluar la situación. En
este punto se DECIDE de qué modo
actuar ante el riesgo detectado. La corteza cerebral, también denominada córtex
cerebral, está conformada por un conjunto de terminaciones nerviosas
localizadas sobre ambos hemisferios cerebrales.
4º.- Por último, la amígdala,
compuesta por un conjunto de neuronas cerebrales, ACTÚA y le ordena al cuerpo la ejecución de una acción, en este
caso defensiva o evasiva. La evasión, la huída, es un medio de supervivencia.
Sobrevivir es un instinto primario.
Como puede intuirse, cuando el
organismo recurre a este iter es
porque la reacción que se precisa ejecutar no se presenta con ocasión de un
ataque súbito, porque de lo contrario no se invertiría tanto tiempo en llevar a
cabo el ciclo OODA
(Observar-Organizar-Decidir-Actuar). Esta es una respuesta cognitiva, o sea,
meditada, aunque llevada a cabo en un brevísimo espacio de tiempo de difícil
cuantificación. Aun así, algunos estudios científicos estiman que se
consume un segundo.
Las cosas cambian, ¡y cómo cambian!, cuando inopinadamente se produce
un violento ataque como, por ejemplo, una agresión del todo inesperada llevada
a cabo contra un policía que está identificando a un ciudadano. En estos
casos, la respuesta del cuerpo humano debe ser mucho más rápida que lo antes
tan brevemente descrito. Hablamos de supervivencia extrema, por lo que hay que
economizar tiempo, reduciendo los plazos de la reacción. Es por lo que los
órganos cerebrales que toman cartas en el asunto recortan o anulan sus
funciones, en aras de responder con mayor premura. Ergo, los procesos mentales
del cerebro se acortan, tomándose el camino
bajo. Ahora, usando el camino bajo,
la respuesta es totalmente emocional, dejando de ser cognitiva: ya no hay
tiempo para reflexionar sobre qué hacer. No es una decisión voluntaria sino
una inevitable imposición fisiológica. Naturaleza en estado puro.
Ante una acción hostil
sobrevenida sorpresivamente, estos son pasos por los que se conduce la
reacción:
1º.- Como antes y por lógica natural, el cerebro recibe la
información a través de los sentidos, casi siempre por la visión: OBSERVA.
2º.- Los datos son remitidos al tálamo, que a su vez, sin pasar
ahora por la corteza cerebral, los manda directamente a la amígdala. Eso sí, la información ya llega ORGANIZADA por el propio tálamo, como en los supuestos de
respuestas meditadas, reflexionadas o cognitivas.
3º.- La amígdala
inmediatamente establece una respuesta refleja: ACTÚA. Pero también asume las competencias de la corteza cerebral
(decidir), dada la imperiosa necesidad de responder sin demora alguna. El papel
que antes desempañaba el córtex cerebral, queda anulado.
En definitiva, ante las
emergencias la amígdala recorta los tiempos para aumentar las posibilidades de
supervivencia, por lo que DECIDE y ACTUA. Frente a eventos de tan
altísima tensión emocional, el cuerpo experimenta los primeros cambios
fisiológicos propios del estrés de supervivencia, incluso si la alerta resulta
falsa. En
esta situación la reacción es súbita y completamente emocional, casi cual
reflejo.
Los reflejos son actos no
controlados por quien los sufre. Son acciones no volitivas (involuntarias, no
buscadas), que de algún modo prevén una defensa. Surgen ante los estímulos
sorpresivos, y en determinados casos ayudan o preparan para sobrevivir. Un
típico caso de reflejo o espasmo autónomo es el cierre de la laringe
(larigoespasmo) en las personas que están próximas al ahogamiento. El fin es
obvio: evitar, en la medida de lo posible, la inundación de los pulmones a
través de las vías aéreas.
El OODA es un sencillo método que aclara los procesos mentales que
cualquier persona sigue, quiera o no quiera, antes de tomar una decisión, aun
cuando esta sea cotidiana y doméstica. Esto es aplicable a todos los órdenes de
la vida, no solo a niveles tácticos militares y policiales. De hecho, nuestro
cerebro actúa de esta forma cada vez que nuestro cuerpo lleva a término una
acción. El concepto lo puso en boga el coronel de las fuerzas aéreas
norteamericanas John Boyd (1927-1997), quien contaba con amplia experiencia
como piloto de combate en la II Guerra Mundial y en la Guerra de Corea. Sabiendo manejar el concepto podremos
enviar datos erróneos a nuestros contrarios, lo que, en según qué casos, nos
podría otorgar la ventaja de anticiparnos a la acción hostil. En realidad,
este método lo usamos todos los días, solo que cuando se aplica a la defensa
táctica resulta más trabajoso asimilarlo.
Cuando una persona se sienta con su
jefe para negociar las fechas de las vacaciones, las subidas salariales, o
incluso cuando realiza una transacción de bienes, siempre lleva preparadas en
la mente una serie de respuestas y preguntas. Esto se hace —lo hacemos— para no ser sorprendido durante la
negociación. Pues bien, en el tema de las reacciones defensivas es exactamente
igual, o debería serlo. Tener preparadas en la mente distintas respuestas
puede ayudar, muy positivamente, ante la percepción de una hostilidad.
Por cierto, Boyd también
descubrió que los mandos de los aviones de combate no estaban diseñados para
tal fin. Se percató de que los ingenieros civiles de aviónica diseñaban
comandos atractivos, pero nada operativos para cuando el estrés de
supervivencia se apoderaba de la situación emocional. La habilidad motora fina, la digital, se deteriora rápidamente durante
las situaciones hostiles graves. Por ello, cuando un piloto se entregaba al
fragor del combate aéreo no siempre podía manejar con eficacia y soltura los
minúsculos mandos y botones de la aviónica de su aeronave. Tras este y otros
estudios y análisis, el coronel y algunos de sus colaboradores fueron empleados
por el Pentágono durante décadas. Se convirtieron en imprescindibles asesores
de estrategia para combates aéreos.■
Excelente trabajo, únicamente comentar que el salto "decide-actúa" no es exclusivo de las acciones reflejas, sino que en un sentido más ámplio, podemos aplicarlo a las tácticas durante un enfretamiento: el ejemplo más claro que viene a mi mente es lo que los americanos llaman "gatillo mental". Durante una escalada de violencia en la que nuestra capacidad de toma de decisiones se va reduciendo (por los mecanismos que se han comentado hasta la saciedad), tener claro qué acción o acciones del adversario producirá mi reacción de desenfundar y disparar, puede ser vital en una situación de alto riesgo.
ResponderEliminarA un nivel más simple, puede ser el acto que nos motive a retirarnos, pedir apoyo, cambiar nuestra posición, etc.
La mayor enemiga en una situación de peligro es la INDECISIÓN.
Sobre la combinación OODA-Situation Awareness se pueden verter rios de tinta, es una lástima que los profesionales se centren más en marcas y calibres que en las tácticas, cuando estas son infinitamente más importantes.
Hola anónimo.
ResponderEliminarAgradezco mucho tu lectura del artículo y tu estupendo y argumentado comentario, denota conocimientos y compromiso.
Espero que sigas por “viniendo” por aquí.
Ernesto.
otro excelente trabajo amigo...
ResponderEliminarJoe
Hola Joe.
ResponderEliminarMe alegra verte por aquí, bueno, en realidad ya estás presente: tu foto, además de ocupar un artículo, está, desde hace días, en la columna de imágenes del margen derecho.
A ver cuando nos vemos y nos vamos a comer, te debo una, jajajjajaaj.
Un abrazo.
Ernesto.
hola, me llamo JOSE, tengo bastante experiencia en tiro de reaccion tengo la titulacion de instructor en mi pais (PERU) y fui miembro de una Unidad Especial U.E.C., hice cursos con americanos e Israelitas, quisiera saber donde puedo acudir para poder compartir mis conocimientos y a la vez practicar tiro
ResponderEliminarESTIMADO José:
ResponderEliminarAntes de nada, le doy las gracias por contactarme. Espero que el contacto lo haga tras leer este artículo, si es así, las gracias se las doy doblemente.
Supongo que sabrá que yo estoy en España, por ello, desconozco donde podrá practicar tiro en Perú. En España, para practicar tiro hay galerías de tiro a las que pueden acceder los socios de las federaciones de tiro. Si está usted en España y posee la correspondiente documentación que le permita obtener la Licencia de Armas TIPO F, podrá hacer uso de esas galerías, hay muchas en toda España.
Un saludo amigo.
Ernesto.
exelente trabajo amigo.
ResponderEliminarGracias amigo "juegos de Ben 10". Por cierto, curioso nombre/nick usas...
ResponderEliminarErnesto.
PD.- en breve colgaré otro artículo muy similar a este.
Me parece muy importante tu conocimiento, lo voy a trasladar como recomendaciones a mis compañeros Policias, por que particularmente me parecen importantes.
ResponderEliminarEspero poder seguir en comunicacion contigo, un amigo mas
Atentamente Ljubo, Ljubo26@yahoo.es
Gracias por tu atención y comentario Ljubo.
ResponderEliminarErnesto
total mente mente mente mente de acuerdo
ResponderEliminarGraaacias, Javier. Feliz 2015.
EliminarErnesto
Otro excelente trabajo, mis sinceras felicitaciones Ernesto por este valioso aporte mismo que nos será de mucha utilidad para los que entrenamos personal de seguridad.
ResponderEliminarSeguiremos estudiando el tema para mejorar los desempeños defensivos en nuestro entorno.
Muchos éxitos..!
Johnny Suarez
Honduras