Coherencia y compromiso: ¡caso real!
Por, Ernesto Pérez Vera
La gente cree que todos somos
como en las películas: policías súper comprometidos y entregados unos e
insulsos y patosos otros. La verdad es que eso no es así, creo que por suerte.
Si el cincuenta por ciento fuese insulso y descreído en el trabajo, peor aún
nos iría a quienes estamos más cerca del otro cincuenta por ciento. Lo cierto
es que existen perfiles intermedios y es en ellos donde se puede encontrar,
según mi opinión y experiencia, el mayor porcentaje de funcionarios policiales.
Hoy quiero rendir homenaje a un policía
de los pies a la cabeza, a Kike Ortuño. El ejemplo de este profesional debería
ser seguido por muchos y aplaudido por todos. Kike es, a día de hoy, agente del
cuerpo catalán de policía integral (Mossos d´Esquadra). Pero no siempre ha vestido este uniforme, en
su momento lució el verde de la benemérita. A principios de los 90 ingresó en la
Guardia Civil (GC), incorporándose en 2008 al cuerpo autonómico. Para Kike ser
policía no es lucir placa y cobrar fijo a fin de mes. Para él, como para
algunos más —no muchos por desgracia—, ser policía es religión. Sobradas
muestras de ello ha dado dentro y fuera del horario laboral y ahora, aquí, vamos
a conocer tres claros exponentes de ello.
Vamos a detallar, hasta donde se
pueda, tres incidentes en los que Kike ha sido protagonista de hechos que
acreditan valor, entrega, compromiso y eficacia. En definitiva, conoceremos sucesos
que dejan de manifiesto la coherencia profesional de un ser humano que merece
la pena conocer y tener siempre cerca. Kike es de esos que creen en lo que hacen.
Kike quiere aquello que hace.
Incidente a tiro limpio: la maleta de la discordia
Una fría madrugada de mayo de 2005,
Ortuño y un compañero patrullaban en un Nissan Almera por la urbanización Mas
Mestre de la población barcelonesa de Olivella. Desde aquel día Kike y Juan son
algo más que amigos y compañeros, ahora son hermanos. La patrulla pertenecía a
la Comandancia de Barcelona, Puesto de Sitges, y recorría la demarcación costera
de la Comarca del Garraf. En esta zona eran relativamente frecuentes las
actuaciones policiales de represión del tráfico de drogas. Prueba evidente: los
10.000 kilogramos de hachís que la unidad de Kike, la de Seguridad Ciudadana
del Puesto de Sitges, había decomisado durante ese mismo año.
Sobre las 02,00 horas
sorprendieron, sin ser detectados, a varios individuos en actitud sospechosa.
Varios varones, todos mayores de edad, se encontraban conversando junto a dos
vehículos de alta gama que se hallaban en el lugar, un BMW-X5 y un Mercedes CLK.
Para llegar hasta los sospechosos, los guardias apagaron las luces del coche y
con el motor en punto muerto se dejaron “caer”, por accesos insospechados,
sobre los sujetos. Tan pronto significaron su presencia, las personas que se
encontraban apeadas de los vehículos de lujo se lanzaron hacia la huída,
abandonando el lugar a gran velocidad. Kike y su compañero iniciaron la
persecución e informaron al COS (Centro Operativo de Servicio), mediante las transmisiones
del patrullero, de la posición que tenían en todo momento. Esto duró
algunos minutos y kilómetros.
Pero todo cambió de modo
repentino: un impacto de bala alcanzó la luna delantera del Almera de la GC. El
proyectil entró justo por entre las cabezas de los agentes. El impacto era
visible junto al espejo retrovisor interior. Nuestro homenajeado, que iba en el
asiento delantero junto al conductor, dejó de “cantar” la persecución por la
emisora y únicamente acertó a gritar: “¡Nos disparan, nos disparan… nos están
disparando. Necesitamos apoyo!”. Kike soltó el pulsador de la emisora
para poder hacer uso de su pistola y, junto a su compañero (iba conduciendo), respondió
al fuego hostil. Los primeros disparos los efectuaron a través de la propia
luna del coche, desde dentro del mismo. El humo de la pólvora quemada, el
estrés de supervivencia y el riesgo propio de conducir en tales circunstancias
hacía difícil poder abrir las ventillas del coche. No había visibilidad dentro
de la cabina. Kike, finalmente, pudo abrir la ventilla del Nissan y continuó
disparando al X5, pero ahora ya por el exterior. Tras consumir toda
la munición de sus cargadores, mantuvo el fuego con el arma de Juan, que seguía
al volante.
Cuando Kike soltó el pulsador de
la emisora, cosa que debió hacer con cierta brusquedad, éste cayó al suelo del
coche y quedó accidentalmente pulsado. El COS y todas las patrullas en servicio
oyeron, en directo, el terrorífico episodio que se estaba produciendo e
inopinadamente radiando. Se retransmitieron las detonaciones y los gritos de Juan
diciendo: “¡Mátalos Kike, mata a esos hijos de perra…!”. Cuando el fuego
cesó y la persecución no pudo continuar por pederse del alcance de la vista el
BMW-X5, los guardias pararon su coche y verificaron la existencia o no de
heridas en sus cuerpos. Ambos estaban milagrosamente ilesos. Después, sin
demora, regresaron al punto de partida de todo. Cuando la actuación estaba en
ciernes pudieron ver como los perseguidos abandonaban en el asfalto, dentro de
la urbanización, una maleta. Una vez localizada y registrada, en su interior
fueron hallados 28 kilogramos de “chocolate”.
Tras las oportunas
investigaciones realizadas por la Unidad Orgánica de Policía Judicial (PJ) de
la Comandancia, y otras centrales de la Dirección General, se procedió a la
detención de varias personas. Por cierto, uno de los detenidos presentaba dos
impactos de bala en su cuerpo, ¿quien sería el autor de tales lesiones? En la
misma operación se recuperaron vehículos de alta gama sustraídos y más de 2.000
kilogramos de hachís. Sin lugar a dudas, el trabajo de Kike y Juan, ambos de la
Unidad de Seguridad Ciudadana, propició que los compañeros de PJ pudieran
culminar el trabajo.
Tuvieron mucha suerte, pero sobre
todo supieron estar a la altura de las circunstancias. Aunque muchos crean que
sabrán y podrán hacerlo, no es nada fácil hacer lo que ellos hicieron aquella
madrugada. Conozco a muchos que a esa hora están en cualquier sitio menos en el
“tajo” y que, seguramente, hubieran abandonado la persecución al oír el primer
disparo. Tal vez incluso yo me hubiese quitado de en medio, esto es algo que
solo se sabe cuando ocurre.
Entre rascacielos: ¡alto a la Guardia Civil!
Junto con su hermano Dani,
también agente del benemérito instituto, y la madre de ambos, Kike viajó a
Nueva York en junio de 2008. Era un viaje normal, tres turistas españoles en la
ciudad de la Gran Manzana, nada de especial. Seguro que el día de autos había
cientos de compatriotas en la ciudad y alguno más también sería policía. Pero para
Kike y Dani no iba a ser, como así ocurrió, un simple viaje a la capital del mundo.
La anécdota de estos hermanos podría ser definida como el sueño de más de un policía
convencido: detener a un atracador en la ciudad de las mil y una películas
policíacas. ¡Menudo suvenir se trajeron!
Casi finiquitando el viaje que la
madre les había regalado, los hermanos iban paseando a pie cuando advirtieron la
actitud sospechosa de un sujeto que, precipitadamente, abandonaba un centro
comercial. Tras él, varias personas gritaban y pedían socorro. “Los Ortuño
brothers” hicieron lo que nobleza obliga: paso corto, vista larga y mala leche.
¡Joder, eran picoletos! Como estaban donde estaban, y eran lo que eran,
pensaron que el cliente iría armado con un arma de fuego, pero eso no fue óbice
para estos guardias civiles francos de servicio allende de los mares. Kike and
Dani, durante tres largas calles, persiguieron al sospechoso por el asfalto neoyorquino.
Como es de imaginar, la persecución se produjo a la carrera. Los brothers creyeron
ver algo en una de las manos del perseguido y pensaron que podría tratarse de una
pistola, por ello usaron los coches como parapetos (muchos de ellos taxis
amarillos). Durante la pateada gritaron varias veces ¡alto policía!, pero cuando por fin enfilaron la calle donde dieron
alcance al huido, Kike expulsó de su garganta un surrealista ¡alto a la Guardia Civil! Para Kike fue
un gustazo poder hacerlo en tal peculiar situación y lugar: el Madison Square
Garden, en el cruce de la calle 33 con la 7ª avenida. Ahí queda eso. A día de hoy reconoce que aquel grito
fue, de algún modo, un homenaje a todos sus compañeros verdes.
Kike declaró ante el diario El
País que “me abalancé sobre él, le hice un barrido y lo tiré contra un macetero”.
El detenido era de origen mejicano y acababa de cometer un atraco. Un tipo
peligroso que portaba un enorme machete. El malandro
no se dejó atrapar fácilmente y se resistió activamente a los españoles. Kike
sufrió alguna lesión en su rostro, pero por suerte, y por su buen hacer, fue de
carácter leve. Para el ladrón fue todo muy extraño: dos personas lo detuvieron,
en perfecto castellano, al grito de ¡alto
a la Guardia Civil! Esto en Nueva York suena a chino. Chirría. ¿Qué leches
es eso de la Guardia Civil?, diría el gachupino.
Todo llegó a buen puerto. Los dos
españoles, en lengua inglesa, trataron de explicarle lo ocurrido al primer policía
del New York Police Department (NYPD) que se personó en el lugar, pero no
consiguieron dejarlo todo claro hasta la llegada de un agente de origen
hispano. Los neoyorquinos, una vez quedó todo esclarecido, informaron a los
guardias que el detenido era una persona buscada y peligrosa.
Los hermanos Ortuño demostraron
que no eran guardias civiles por casualidad. Ellos creen en lo que hacen y
defienden, y están seguros de que los malos no tienen demarcación para
delinquir. No habían pasado por Baeza de forma accidental. Por cierto, para
Kike esa fue su última detención como miembro de la benemérita, aunque jurídicamente
actuó como un mero particular.
No hay dos sin tres: atraco en Getafe
Pero no hay dos sin tres y Kike
volvió a sorprender. En realidad no sorprende a quienes lo conocemos, él
únicamente hace lo que de gente de su raza se espera. En mayo de 2009 Kike ya
no era agente de la GC, en esta fecha ya llevaba un año en su actual cuerpo de
policía. Ahora es mosso y está destinado en L´Hospitalet de Llobregat
(Barcelona).
Él y su mujer viajaron hasta
Madrid para asistir a la boda Dani, el hermano de Kike. Dany estaba allí
destinado. El mosso y su esposa pernoctaron en Valdemoro, pero antes de
regresar a Cataluña en el AVE pasaron por el Parque Comercial y de Ocio Nassica,
de Getafe. Querían efectuar unas compras. Allí fue donde Kike volvió a
derrochar valor y compromiso para con todos: evitó un atraco a mano armada. A
sus treintainueve años de edad se suma la experiencia vital del tiroteo de Barcelona.
Pasar por aquello, y salir airoso después de usar su arma, le ha otorgado mucha
seguridad. Su formación está altamente reforzada con la experiencia del
enfrentamiento.
Cuando Kike y su mujer caminaban
por el aparcamiento del parque comercial, él detectó la presencia de cuatro
personas que le hicieron saltar sus alarmas internas. Estas personas, todas
jóvenes que vestían ropas deportivas, se aproximaron sospechosamente hacia una
furgoneta, no blindada, de la empresa de seguridad Prosegur. El policía, aun
estando franco de servicio y fuera de su demarcación policial, hizo lo que la ley
obliga a todo servidor público con placa y porra: actuar. Siguió los
movimientos de los sujetos y cuando vio que dos de ellos comenzaban a forzar la
parte trasera del vehículo de Prosegur, gritó ¡alto policía!
Los cuatro individuos se giraron
hacia Kike y uno hizo ostentación de un arma corta de fuego. Este arma,
finalmente, quedó dirigida hacia el agente. El policía hizo lo propio y apuntó
con su arma particular a quien esgrimía la pistola. Calma tensa. Durante unos
segundos todos se miraron sin actuar. Kike llegó a decirle al pistolero “ni se
te ocurra abrir fuego”. Nuestro particular policía catalán fue
entrevistado por numerosos medios de prensa y ante ellos admitió que todo
ocurrió a poco más de dos metros de distancia, pero que él se encontraba en una
posición dominante y ventajosa.
La cosa se complicó. Otro delincuente,
que permanecía dentro del coche de huída, sacó a pasear otra pistola. Kike,
ahora, estaba enfrentándose a dos delincuentes armados. Pero como el propio policía
dijo a los periodistas: “Al final, no sé por qué, decidieron huir a
toda castaña en un coche”.
Los cuatro delincuentes huyeron a
gran velocidad en un turismo Volvo de color negro. Aun así, “apunté
en todo momento al coche hasta que lo perdí de vista, para así proteger a las
personas que estaban en el aparcamiento”. Mucho valor y entereza derramada en aquel parking. El día antes,
muy cerca de Getafe, se produjo un suceso similar en otro centro comercial, solo
que en este caso se produjo derrame de sangre: dos heridos por arma de fuego.
Los investigadores del Cuerpo Nacional de Policía no tuvieron muchas dudas al
tomarle declaración a Kike: eran los mismos tipos. En el atraco del día
anterior desarmaron a un vigilante de Prosegur, al cual le arrebataron su
revólver. A estas alturas nadie duda de que Kike hubiera abierto fuego en caso
de que la situación se hubiese torcido más de normal.
Kike iba armado incluso estando
de vacaciones. Algunos somos vistos como lunáticos por acogernos a esta
legítima opción. Kike, en Getafe, entonó aquella máxima que muchos repetimos
respecto al arma: “Mejor llevarla y no necesitarla, que necesitarla y no llevarla”. Esto
solamente lo entiende quien piensa, siente y suda como policía, y eso no
implica que todos los que llevan placa y porra puedan comprenderlo. Como se
decía al inicio del artículo, hay de todo. Muchos no intervienen estando de
servicio, cómo lo van a hacer sin estarlo.
Reconocimientos oficiales
Por el suceso de los disparos en
el Garraf, y los 28 kilogramos de droga, Kike y Juan recibieron una sencilla felicitación
pública con anotación en sus respectivos expedientes. Nada más que eso. ¿Quién
se llevaría una Cruz al Mérito ese año en su comandancia y por qué?
Por la detención del atracador de
Nueva York, tanto Kike como su hermano fueron recompensados con una felicitación
del NYPD. Para ambos es, muy posiblemente, la distinción que más orgullo y
satisfacción les reporta de cuantas poseen. A decir verdad, los Ortuño
rehusaron a otros reconocimientos. La Embajada de España en USA contactó con el
Ministerio del Interior para otorgarles una felicitación conjunta, pero Kike,
que estaba cansado y escarmentado, no acepto el juego hipócrita de los políticos.
Durante sus muchos años de servicio en la benemérita, Kike había visto como las
condecoraciones eran regaladas, demasiadas veces, a quienes no las merecían.
Ahora fue él quien, por dignidad, le dio la espalda a quienes siempre se la
jugaron a los hombres de su clase y raza. Según sostiene, sus mandos se
quedaron sin el ansiado ágape del embajador. Kike admite que las autoridades de
la Embajada se portaron mejor que los jefes del Cuerpo.
Cuenta con infinidad de
felicitaciones públicas con anotación, muchas de ellas por servicios realizados
estando fuera de servicio. Algunas de estas felicitaciones fueron concedidas
por hechos que pusieron en juego su propia vida. Otras se otorgaron por salvar
la vida de ciudadanos accidentados o suicidas y, por tanto, se merecía algo más
que una simple felicitación. Por cierto, en Radio Nacional de España se
difundió la siguiente noticia: la Casa
Blanca contactó con el Ministerio del Interior de España para agradecer la
actuación de los Ortuño. Todo un ejemplo, que pocas administraciones imitan
en estas tierras ibéricas.
Por la intervención en el robo en
Getafe, siendo ya policía autonómico catalán, fue reconocido con la entrega de
una Mención Especial del Cuerpo de Policía Local de Getafe y con la Medalla al
Mérito Policial, clase Plata, de los Mossos d’Esquadra. La empresa Prosegur
también contribuyó a los galardones. En las dependencias centrales de Barcelona
se celebró un acto homenaje a Kike. Al evento acudió, entre otros jefes, el comisario
Millán, máximo responsable policial del cuerpo de la Generalitat. Kike recibió,
de la empresa de seguridad, una placa con la siguiente leyenda: “Prosegur, en agradecimiento al miembro de
los Mossos d’Esquadra don Enrique Ortuño Madrigal, por su profesionalidad al
evitar, con su actuación, el robo de un vehículo de Prosegur en la ciudad de
Getafe”. Millán también recibió una placa de agradecimiento y reconocimiento
institucional.
Kike, fue un honor conocerte en
Viladecans durante aquellas conferencias. Ojalá las circunstancias me hubieran
permitido conversar largo y tendido contigo. Gente como tú no abunda, pero
hacen falta en la sociedad y la profesión. Muchas gracias.■
A pesar de tenerlo tan cerca, lo conocí hace poco.
ResponderEliminarSi bien ya tenia conocimiento de sus andanzas a traves de mails.
Concretamente cuando Ernesto vino a Viladecans(Bcn)a dar una conferencia, y es un tio genial y comprometido con su trabajo.
Un abrazo Kike!
Alex P.
Hola Alex: gracias por comentar.
ResponderEliminarGracias a tu invitación para conferenciar en Barcelona, pude conocer a Kike.
Hola Ernes, como siempre no me dejas de sorprender, y con esta publicación creo que se han dejado muchas cosas claras para todos los que dia a dia, luchamos por nuestro uniforme y por el buen hacer. Muchos de nosotros lo llevamos en la sangre desde pequeño, y nadie nos quitara esas ganas de trabajar por el bien de la sociedad. Kike no te conozco pero desde aqui te digo que eres un grandioso profesional como la copa de un pino, y mi mas sincera enhorabuena por lo gran profesional que eres. El compañero Ernesto lo ha reflejado tan bien, que al leerlo parece tan real,que uno esta en tu lugar. Felicitarte Ernesto por esta publicacion y a Kike por su gran profesionalidad. Ex-Delta 200.
ResponderEliminarHola.
ResponderEliminarTe ha quedado estupendo Ernesto.
Felicitaciones a los hermanos Ortuño y a ti por el trabajo de este artículo y los demás de este estupendo Blog.
Un abrazo.
Mc.
Gracias a ti Mc.
ResponderEliminarGracias Benji.
ResponderEliminarMuchios deben tomar ejemplo de Kike, ¿no crees?
Gracias, Kike, por ser POLICÍA con mayúsculas, muchísimas gracias por tu sacrificio, dedicación, espirítu de servicio, por darlo todo en beneficio de los ciudadanos, sin duda alguna un buen ejemplo y una muestra de los grandes profesionales que tenemos en nuestros cuerpos policiales.
ResponderEliminarTe felicito, Ernesto, por la estupenda narración realizada y por sacar, por un momento, del anonimato a este gran POLICÍA.
José M Lobato
Gracias Lobato.
ResponderEliminarLa historia de Kike debería difundirse más aún.
Kike, sin palbras,COMPAÑERO. Por cierto vete al medico que yo creo que tienes los huevos cuadraos. Un saludo Jose Moreno
ResponderEliminarGRACIAS hermanos Ortuño y GRACIAS Ernesto. GRACIAS a hechos como los narrados quizá esta tarde me acerque al Nassica con mi mujer y mis hijas a pasar un rato de ocio sabiendo que hay unos cuantos hijos de perra que no se atreverán a atentar contra nosotros porque en cualquier momento puede aparecer alguien como vosotros.
ResponderEliminarSi todos los patrulleros fuesen como vosotros otro gallo cantaría.
Saludos a todos.
Gracias por tu comentario Sacros.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Moreno.
ResponderEliminarPedazo de relato!!!me ha fascinado leerlo, Me gustaría que le dieses un "abrazo digital" a los dos hermanos de mi parte, sería una gozada conocerlos porque estoy seguro que se aprendería mucho de ellos!!!Por cierto Compañero, con tu permiso la subo a mi web, ok??Si quieres que lo retire sólo tienes que decírmelo!!!
ResponderEliminarun abrazo
Querido Serpiente: dar publicidad a esos hechos, y a esas personas, es lo que yo pretendo.
ResponderEliminarEsto es una forma pública de reconocimiento personal y profesional. Lo merecen. Dale la difusión que puedas. Sobran pagas muertas que solo se dedican a vagabundear con el uniforme, y menospreciar y minusvalorar, por ignorancia y envidia, a quienes hacen todo lo que ellos “abandonan”.
Gracias.
Totalmente de acuerdo
ResponderEliminarBravo por los Ortuño!!!, liandola hasta en los EEUU...con dos cojones.
ResponderEliminarGran articulo Ernesto, un saludo.
Gracias por tu comentario Mario. Un lujo estos Ortuños...
ResponderEliminarLos hermanos Ortuño han sido/son asociados de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), para que se enteren algunos que no todos los 31.000 asociados somos unos "sindicalistas-sovietizados que no nos gusta el trabajo policial y queremos hundir a la GC", ¿no serán estos elementos con mentalidad caciquil y atrasada los que se quieren cargar a la GC. Los hermanos son ejemplos a seguir y vivos ejemplos de la carestía moral de la DGGC al no recompensar como se debe al que hace su trabajo.-
ResponderEliminarHola a todos los seguidores de este blog y en especial a mi amigo Ernesto,sensacional articulo,como siempre tan habil con la pluma como con tu arma reglamentaria,es una gozada poder seguir tus articulos,mi mas sincera enorabuena a los hermanos Ortuño por su mas que contrastada profesionalidad y compromiso con sus conciudadanos.
ResponderEliminarUn saludo y buen servicio.
Juan Jose Castillo Torres.
Traiti y Munifex: MUCHAS GRACIAS POR VUESTROS COMENTARIOS Y PALABRAS.
ResponderEliminarMunifex, tu juicio es muy pero que muy acertado.
Tengo la suerte de poder conocerlo y es un excelente amigo y aun mejor policía.
ResponderEliminarPara él ser policía no es solo un trabajo, es su vida entera y me atrevo a decir que sus turnos son de 24h y que duran 365 días al año, pues siempre está dispuesto.
Y aunque mi amigo kike ahora esté en los mossos, bajo ese uniforme azul irá siempre un gran guardia civil.
Un saludo a todos!
Estimado anónimo: te agredezco el comentario y te felicito por haber trabajado con Kike.
ResponderEliminarLos que hemos trabajado con Kike alguna vez sabemos de lo que es capaz, representa un ejemplo de compromiso y vocación en esta tan difícil y a veces ingrata labor de policía.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esteban (G.C.)
Gracias por tu comentario Esteban.
ResponderEliminarQue grande mi Ortu.
ResponderEliminarYo también tuve la gran suerte de conocerlo y de trabajar junto a el en UCIFA.
Podría decir muchas cosas de este pedazo de hombre pero me quedaría muy corta.
Es una persona enamorada de su trabajo que no duda en compartir con los demás, es humilde (y en este trabajo es una cosa que no sueles ver) es sincero (quizás demasiado), valiente, comprometido, desprendido, inteligente, un gran compañero.
Los mandos de la GC lo respetaban pero también lo temían, estoy segura de que les descuadraba tener a un hombre así en sus filas, ellos estaban acostumbrados a los pelotas los cobardes y a los trepas que venderían a su madre por un buen puesto y un retiro tranquilo, pero con kike toparon y les demostró que todavía quedan hombres, pocos muy poquitos, pero quedan.
El podía a ver vivido mejor que muchos mandos y no quiso, el podía tener muchas cosas que rechazo por sus principios y por su forma de entender la profesión (yo fui testigo).
Yo solo tengo palabras de agradecimiento para el, me enseño a trabajar y a ver las cosas de forma diferente.
Tenia a casi todas las compañeras encandiladas, yo puedo decir que incluso me enamore de este gran hombre pero no tuve la suerte de ser correspondida, nunca le pude confesar mis sentimientos.
Me alegra muchísimo ver que con los años no cambio y que continua siendo el mismo.
Que suerte tienen sus compañeros y mandos de la policía autonómica, espero que sepan verlo y que lo disfruten..un gran hombre sin duda.
Te quiero kike.
GRACIAS por tus palabras compañera.
ResponderEliminarNunca había recibido mi blog un comentario tan “cupidiano”, será que acaba de pasar el día 14 de febrero.
Ahora sin bromas. Veo que no me equivoqué al escribir sobre Kike, si quienes lo disfrutasteis en el trabajo decís eso, es que mi artículo es más que merecido, amen de sincero.
Un fenómeno este Enrique Ortuño.
ResponderEliminarSobre finales de los años 90 lo tuve bajo mis ordenes como Teniente en la unidad de escoltas de Madrid, desde entonces a llovido mucho y puedo asegurar que nadie dejo tanta huella en esa unidad como el, por muchas razones, principalmente por su profesionalidad pero también por su fuerte personalidad.
En los años que presto servicio de escolta realizo diversas actuaciones que le hicieron ser conocido por todos los superiores en la Dirección General del cuerpo.
Yo recuerdo con estupor la actuación que tuvo en un parque cerca del domicilio de la autoridad que protegía en ese momento (un alto cargo de la Audiencia Nacional), localizo en la zona a dos atracadores armados y se enfrento a ellos sin esperar refuerzos, durante el forcejeo le quisieron pegar un tiro en el estomago pero pudo aguantar y repeler la agresión de esos delincuente.
El sargento de guardia que se persono en el lugar del incidente encontró a Ortuño sentado en uno de los bancos del parque custodiando el arma de fuego que les arrebató.
Al final tuvieron que trasladarlo al centro hospitalario para ser atendido de los golpes que recibió durante su intervención, tenía la cara y el tronco superior muy castigados.
Esta y otras muchas actuaciones que realizo en Madrid le hicieron ser muy querido y admirado por todos sus compañeros, esta claro que no todo el mundo le miraba con buenos ojos pues personas como Ortuño despiertan también envidias y celos.
Yo quiero aprovechar esta oportunidad para mandarle un saludo y hacerle llegar mi respeto y admiración, fue un placer y un orgullo tenerlo como subordinado.
Ortuño te deseo lo mejor en tu nueva etapa profesional.
Estimado Tte. (seguramente ya tendrá otro empleo superior): gracias por su comentario.
ResponderEliminarQue grande eres maestro Ortuño!!! Con este policía de raza comencé a patrullar las calles y aprender la profesión. Y eso para mí es el mayor privilegio. Él siempre me dice que no es ningún maestro pero me enseñó la definición de la palabra POLICÍA, que se refleja en él. Y como un buen escudero cuando estuve a su lado aprendí lo máximo en cada actuación magistral que realizaba. Intenté aprender ese olfato que tiene y muchos lo confunden con suerte, pero si estas a su lado con las aptitudes y actitud necesarias se ve muy claro que es olfato policial.
ResponderEliminarMaestro sabes que le estaré eternamente agradecido y siempre dispuesto acompañarlo donde se disponga.
Un fuerte abrazo maestro.
Gracias por tu comentario, espero que Kike los esté leyendo todos.
ResponderEliminarPues si, como diria un famoso periodista del mundo de la radio y la televisión "ASI SON LAS COSAS Y ASI SE LAS HEMOS CONTADO".
ResponderEliminarYo fui uno a los que se les helo la sangre aquella noche de Mayo, cuando escuchamos por la emisora la llamada solicitando refuerzos en Mas Mestre, y tal lo cuentas tal fue.
¿Te acuerdas Kike de aquel gran mando y su gran pregunta al llegar al lugar? "Contarme que ha pasado", ni como estais o como os encontrais, nada. Jajaja, que fuerte.
Grande Kike, querido por muchos y odiado y envidiado por otros.
Como dicen en este, nuestro nuevo Cuerpo, "UN MAQUINA".
Un Saludo. 16841
16841: gracias por comentar el artículo.
ResponderEliminarYo no conozco personalmente a este agente del que cuentas esos heróicos actos, pero como ex guardia civil (ahora lo soy, pero retirado) te puedo decir que, afortunadamente, sé que hay más como él que no se dedican sólo a cobrar a fin de mes y que dignifican esta profesión con su dedicación y su compromiso, aunque por desgracia es lo que menos ve la sociedad en comparación con los casos indeseables que cometen otros agentes.
ResponderEliminarQuiero felicitar desde aquí a todos esos compañeros que pertenecen a cualquier cuerpo policial y que actúan en bien de los ciudadanos sin importarles el lugar donde lo hagan e incluso exponiendo su propia vida en ocasiones puntuales.
Un abrazo a todos.
Graaacias por tu comentario.
EliminarErnesto
Estimado amigo, GRACIAS.
ResponderEliminarLe conocemos. Es una gran persona. Y eso lo hace automaticamente una persona de confianza.
ResponderEliminarKike, esta es tu casa.
Gracias por comentar, y enhorabuena por conocer a Kike.
ResponderEliminarErnesto.
Tuve el honor de verlo crecer y compartir mi infancia juntos ,me siento muy orgulloso de todo lo que hizo y fue capaz , no tengo palabras que puedan definir su valentía al igual que la de su hermano Dani , pero si tengo una que definirá su personalidad y lealtad, amor por la vida ❤️ TE QUIETO KIKE….
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