Melilla se adelanta: policías locales & escopetas
Por, Ernesto Pérez Vera
Con frecuencia se debate sobre ello. Yo diría que es
un tema de diario para los policías de nuestro país. Se habla de esto en las
galerías de tiro y armerías de los cuerpos de seguridad y sobre todo, incluso
más que en las líneas de tiro, en el café de inicio del turno de trabajo.
¿Verdad que no me desvío mucho? Yo mismo dediqué en 2012 un amplio artículo al
asunto. Me estoy refiriendo al empleo de armas largas por parte de los agentes
de seguridad ciudadana pura y dura. De los que patrullan las calles de nuestras
ciudades. Esos que lo mismo se acercan a un incendio, robo, accidente de
tráfico, riña doméstica o pelea discotequera, que igual se llevan con la grúa
un coche mal estacionado o le hacen el test de ingesta de alcohol a un malnacido
conductor beodo. En fin, la especie uniformada más común en nuestras junglas
asfálticas: el guardia de la porra. Pero si bien es verdad que en los cuerpos
estatales, esto es la Guardia Civil (GC) y Cuerpo Nacional de Policía (CNP), se
cuenta con escopetas, subfusiles y fusiles de asalto, en otras fuerzas públicas
de seguridad carecen de este equipamiento. Como la GC y el CNP, los cuerpos autonómicos también
disponen en sus búnqueres de armas largas rayadas y lisas. ¿Quiénes no las
tienen entonces? Sencillo. Por descarte, los cuerpos de Policía Local (PL). No
obstante, esto no es del todo cierto. Hay algunos cuerpos municipales que
tienen guiadas escopetas, carabinas e incluso armas cortas dotadas de culatines abatibles o plegables. Pero pocos son los cuerpos aquí comprendidos y menos aún
las armas de esta naturaleza guiadas para estas instituciones.
Pero el panorama está cambiando. Aunque yo defiendo
el consumo de tiempo y recursos económicos en la debida instrucción con las
armas de pleno uso, o sea las cortas, las que nos acompañan incluso cuando
vamos al escusado, también es verdad que si esta parcela está cubierta podemos permitirnos
dar un paso hacia delante. Pues bien, el camino se está andando poco a poco.
El último cuerpo de PL que ha adquirido armas largas
para sus efectivos ha sido el de Melilla, una de nuestras ciudades autónomas.
Como reza en la escarapela, guiones y banderines de la Comandancia General
Militar de la plaza, rememorando la anécdota del inicio de nuestra fratricida
guerra del treintaiséis, Melilla es “La adelantada”. La necesidad del cuerpo autóctono
de esta ciudad situada frente a Almería, pero asentada en el norte de África,
lo exigía. No están faltos de argumentos otros muchos policías locales
peninsulares e insulares. Pero no todos se han planteado guiar armas largas y
algunos de los que sí han iniciado estos trámites se han topado con trabas
burocráticas en el seno de su propia fuerza o en la de enfrente. Así las cosas,
sé de cuerpos que enterraron sus proyectos ante el muro contra el que chocaron.
Melilla no, la españolísima ciudad bastión hermana de mi más cercana Ceuta ha
vencido todos los envites. Desde el 24 de enero de este año cuenta con doce
escopetas Remington 870 del calibre 12. No son nuevas, las armas fueron
compradas hace más de dos años e incluso llegaron a ser probadas en varias jornadas
de adiestramiento, pero poco tiempo después fueron depositadas en la
Intervención de Armas de la GC. Ahora, tras el cautiverio, están en libertad
sin cargos y con sus papeles en regla.
La
negativa administrativa a que los policías locales españoles puedan utilizar
armas largas nace de la sesgada interpretación del artículo segundo del Real Decreto 740/1983, de 30 de
marzo, por el que se regulan las licencias de armas correspondientes a los funcionarios
de las policías de las comunidades autónomas y entidades locales. El citado
punto dice, textualmente: «Los miembros de la Policía de las comunidades
autónomas y de las entidades locales solo podrán usar el arma corta
reglamentaria que les sea facilitada por las autoridades de que dependan, pudiendo poseer, excepcionalmente, otra
arma de la segunda categoría en los
casos especiales que se determinen por dichas autoridades». Más claro, agua. Ahora
bien, ¿qué armas integran la segunda categoría? Sencillo, según el artículo tercero del vigente Reglamento de
Armas (Real Decreto 137/1993, de 29 de enero. Última modificación en julio de
2011):
1. Armas de fuego largas para vigilancia y guardería:
son las armas largas que reglamentariamente se determinen por Orden del
Ministerio del Interior o mediante decisión adoptada a propuesta o de
conformidad con el mismo, como específicas para desempeñar funciones de
vigilancia y guardería.
2. Armas de fuego
largas rayadas: se comprenden aquellas armas utilizables para caza mayor.
También comprende los cañones estriados adaptables a escopetas de caza, con
recámara para cartuchos metálicos, siempre que, en ambos supuestos, no estén
clasificadas como armas de guerra.
Pero claro, la disposición administrativa que articula
lo anteriormente esgrimido (RD 740/1983)
está derogada por el Real Decreto 137/1993, que da
vida al Reglamento de Armas. Dicho esto, habrá que estar a lo que disponga cada
comunidad o ciudad autónoma. Pocas comunidades regulan con concreción el asunto
del arma larga para sus agentes municipales. Otras, en este campo, presentan un
amplio vacío legal al que algunos cuerpos se agarran para legalizar escopetas y
otro tipo de armas. Ejemplo de moderna regulación, el Decreto 67/2007 de 7 de
junio de la Consejería de Interior del Gobierno de Islas Baleares. En su
artículo 53.3, dice esta disposición: «En
determinados casos y como armamento complementario los cuerpos policiales podrán disponer de escopetas policiales y/o
armas menos letales debidamente homologadas y de uso autorizado por la
consejería competente en materia de coordinación de policías locales, previa
solicitud del Ayuntamiento».
Pero
bueno, no nos despistemos que aquí estamos para hablar de armas. Si como arma
larga de apoyo emplean las 870, en el segmento de arma corta se decantaron,
hace ya diez años, por la pistola HK-USP Compacta (9 mm Parabellum). Significar
que aún se están sustituyendo los vetustos revólveres Astra 960 (.38 Especial)
que todavía quedan en servicio. Las protagonistas de estos párrafos, las
escopetas, están asignadas a los componentes del Grupo de Prevención y Reacción
(GPR), si bien está en estudio entregarlas también a las unidades
radio-patrulla. Una reflexión: trabajar con estas armas implica adiestramiento
en su manejo, pero no cualquier
adiestramiento sino el de verdad, el serio y comprometido. Para llegar a
esto antes hay que tener hechos los deberes en el terreno de las pistolas.
Esperemos que se tome nota de ello y no pase como en otros sitios, que ni se
hacen prácticas realistas y periódicas con las armas cortas ni se conoce en
profundidad el manejo de las largas. Si se llega a ese punto, ni su empleo será
eficaz ni sus usuarios se sentirán seguros. Un tirador inseguro no solamente es
un peligro para todos, por mala praxis, sino que puede retraerse ante la
necesidad real de tener que tirar de hierro (otro peligro).
En
principio las escopetas están siendo empleadas en misiones de control de masas,
pues vienen provistas de bocachas lanzadoras de artefactos fumígenos y pelotas
de goma. No se descarta adquirir munición de letalidad reducida, o sea
cartuchos cargados con proyectiles de goma. En este terreno, los agentes que
conforman el GPR realizan prácticas aisladas con sus compañeros del CNP. Para
hacer frente a contingencias de este perfil cuentan con cascos antidisturbios
con cierto nivel de protección balística, defensas semirrígidas largas, escudos,
chalecos antitrauma y lanzadores PepperBall (los lanzadores pueden verse ahora
desplazados). Para sus desplazamientos y servicios generales, los quince
funcionarios del grupo de intervención usan furgonetas equipadas con
protecciones especiales contra el lanzamiento de objetos. No son infrecuentes
los incidentes violentos a los que los agentes de las fuerzas de seguridad
deben enfrentarse en Melilla.■
Supongo que en otras Comunidades pasará algo parecido, y es que tenemos una Institución (ICAE) que expande sus tentáculos por cualquier resquicio de legislación, ya sea nacional, autonómica o local. En mi Comunidad (la Valenciana) llevamos aaaaaños peleando por lo que Melilla ha conseguido, y es que yo me pregunto: ¿Hay Policía Locales de primera y de segunda?
ResponderEliminarNo se, pero expones muy bien que hace falta mucha preparación para portarlas y hacer uso, al igual que las armas cortas, el Taser, la defensa extensible, el spray, ... y es que el "kit" de la cuestión está siempre en el uso indebido que se le pueda dar, pero el que la haga, que la pague siempre que medie imprudencia, pero creo recordar el dato de que entre Valencia, Alicante y Castellón hay cerca de 200.000 escopetas y rifles de caza mayor, así que saquemos cuentas de qué es lo que nos podemos encontrar un día en la calle, y como dice un buen amigo mio, e Instructor de Tiro... "Cuando te veas a "los ojos negros" mirándote..." :(
En fin, como quienes deciden lo único que quieren es que no le des problemas, mejor lo deniegan por defecto y allá se apañen los municipalillos de pueblo. Una lástima de País, una lástima la verdad.
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"Ante ferit quam flamma micet"
Josma, solo es cuestión de que tus jefes, alcalde a la cabeza, ponga en la mesa lo que tiene que poner: los papeles con el puño encima. No pueden negarte lo que está claro que el Derecho te permite. Otra cosa es que tu jefe se baje los pantalones ante el brillo del charol.
EliminarErnesto.
Si pedimos el TASER y nos dicen que eso "les traería" problemas... ¡¡¡ESCOPETAS... NI PENSARLO!!!
EliminarNi que decir tiene, que un hijo de la gran p... herido o muerto por nosotros, es un sinfín de papeleos, pleitos e indemnizaciones millonarias. Pero un profesional, un policía herido, se le pone de segunda actividad y arreando, eso en el mejor de los casos. Y en el peor, pues medalla al honor, reconocimiento profesional, que bueno que era... y sansacabó ¿Para que dotarnos de medios eficaces, contundentes y congruentes? ;(
Los dos empezamos por POLI... pero no nos parecemos en nada más, es sólo una casualidad.
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"Ante ferit quam flamma micet"
Hola, Josma. Falta de conocimientos and falta de interés and compromiso. A eso se reduce todo, Josma.
EliminarUn abrazo.
Ernesto