A TIRO LIMPIO DESDE MI SOMBRILLA

Por, Ernesto Pérez Vera

21 de abril de 2001. El agente de policía norteamericano Keith Nelson Broders se volvía a enfrentar, por sexta vez en su vida, a un violentísimo "a vida o muerte".


En un tiroteo anterior vio morir a su binomio. Pero él, además y para colmo, había sido apuñalado en una ocasión y ya contaba, también, con varios balazos en su pellejo.

Parece que Keith sabía algo sobre qué supone disparar a quien te dispara para matarte, ¿no creen ustedes? Pero pese a tanta pólvora gastada y a tanto plomo saboreado, aquella noche consumió 39 cartuchos antes de lograr abatir certeramente a su antagonista.

Pero no pasa nada. Todavía hay quien sostiene, ratón de ordenador en mano y fusil oxidado colgado en el perchero, que es falso que se puedan deteriorar las capacidades psicofisiológicas en el curso de un encuentro potencialmente letal. Tanto es verdad que estas cosas pasan, que incluso al bueno de K. Nelson le sucedió a pesar de su vasta experiencia en estas lides.

Y no lo digo yo, que también me armo de coraje y lo digo en voz alta y clara, sino que lo sostiene Dave Grossman en "Sobre el Combate" (segunda edición, pág. 477).


No vale que me digan que finalmente este policía respiró con tranquilidad para poder apuntar. Es verdad que fue así, pero no antes de haber sido gravemente herido en la cabeza y sí después de haber gastado infructuosamente el 99% de su munición. Pero es más, aunque realmente parece que colocó 7 balas en buenos puntos de la anatomía del hostil..., también falló 32 tiros.

¡Ay que ver las cosas que se me ocurren en la playa, bajo la sombrilla y con un teléfono en la mano! Será algún extraño efecto por tanta exposición solar. Mira que hace caló.


He dicho.

Comentarios

  1. Por eso se me hace tan difícil opinar ante las noticias sobre policías norteamericanos con las que nos están bombardeando, tiene que ser muyyyyy difícil ejercer esta profesión allí, y es fácil que los nervios o el instinto de supervivencia súper activado te juegue una mala pasada. A modo de curiosidad, como ya he comentado soy cazador, hace años utilice una escopeta repetidora con cinco cartuchos, actualmente uso una escopeta de dos tiros por ética, debo reconocer que con la repetidora disparaba con cierta alegría y ahora ante la escasez de munición disponible cuido mucho el disparo. No seré yo el que abogue por llevar pocas balas para así cuidar más el disparo, pero creo que el subconsciente juega con "tengo muchas balas", puedo estar en un error, pero me baso en lo que yo he vivido a nivel caza. Existen estadísticas sobre numero de disparos por baja en diferentes conflictos bélicos en los que ha medida que aumenta el poder de fuego se gastan mas cartuchos. Un saludo. José Moreno

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    1. Pepe, gracias por tu interesante reflexión.

      Un saludo.

      Ernesto.

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  2. si no entrenas en seco , no hay mucho que hacer,,un jandica de ahorro y simulacion relativa del fuego real es relativa entre comillas,,,pero atentos si no entrenas el dedo se agota y mucho un dedo indice agotado se bloquea y se retrasa muchisimo la rafaga,,hay que entrenar esos musculos y tendones de los dedos ,nadie habla de ello pero para mi es importante.

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