En estas Navidades: "PAN CON MANTECA en La Línea"

Este es el título de la canción de Navidad de los funcionarios de La Línea de la Concepción (Cádiz). En esta ciudad gaditana, fronteriza con el Peñón de Gibraltar, los funcionarios y trabajadores públicos locales llevan meses sin percibir sus sueldos. Si la crisis económica global se cebó con España hace dos años, en La Línea la cosa llegó a su extremo y límite hace algo más de uno.

El problema no entiende de colores políticos. Todo comenzó con un Gobierno local del PP y nacional del PSOE, y finalizando 2011 se agrava la cosa con una permuta de gobernantes. Ahora el equipo de Gobierno local es del PSOE y el nacional del PP. ¡Tanto monta, monta tanto! No sé dónde está la solución, pero urge en aras de un adecuado orden social y ciudadano.

Los sindicatos llevan más de un año presionando con medidas al equipo de Gobierno local, eso sí, las medidas son más o menos laxas y expresivas según sople el levante que reina en el Estrecho. Manifestaciones, paros laborales, concentraciones, cortes de calles, encierros y asambleas permanentes se han venido sucediendo durante meses sin que nadie haya dado solución al grave problema laboral: impago de nóminas. Ya se acumula un débito de 6 pagas a todos los funcionarios y laborales. La situación llegó incluso a ser peor: 7. Hace solamente unos días se abonó, en dos pagos, el mes de octubre, pero mayo y otros más (hasta 6) siguen sir ser abonados. Vivimos a sólo 5 días de otra nómina a abonar, que no será satisfecha. Regresaremos al impago de 7 mensualidades.

La situación no solamente lleva a que no se pueda comer y vestir decentemente en las casas de estos policías (también resto de funcionarios), sino que algunos ya NO TIENEN CASA. Se da el caso de un agente de la Policía Local (PL) que, por no poder hacer frente durante meses al pago de la hipoteca, ha entregado su vivienda al banco. Sí, lo que leen.

Ante la patentemente demostrada ineficacia de los políticos y sindicalistas para dar solución al problema, y la sospechosa íntima relación que a veces se intuía entre ambos, la inmensa mayoría de funcionarios de la PL decidió encerrarse en el Ayuntamiento. Sin apoyo sindical alguno, más bien trabas y pisotones de estos, los agentes se despojaron de siglas políticas y sindicales y pacíficamente ocuparon el 14 de diciembre el hall del consistorio. A día 26 de diciembre, tras dos semanas de encierro, los policías francos de servicio siguen haciendo vida diáfana ante quienes por allí acuden. Tiendas de campaña, colchones y mesas con hornillos son ahora la decoración del edificio municipal.

La Nochebuena de muchos agentes, y de sus familias, pasó del salón de sus casas a la del recibidor del edificio consistorial. ¡Lamentable, pero heroico! Publicada esta triste y vergonzosa situación en medios de prensa de todo el país, y de Gibraltar, infinitas ayudas materiales han recibido los encerrados. Asociaciones de vecinos, tanto linenses como gibraltareñas, así como ciudadanos anónimos, han entregado a los agentes ingentes cantidades de alimentos para que puedan superar mejor estas fechas. A tal punto ha llegado el nivel y calidad de la solidaridad, que los compañeros de la PL se vieron obligados a derivar a Caritas Arciprestal parte de los productos entregados. ¡Noble acción!

El lacayo que lleva lo papeles ladra cuando sus amos se lo
ordenan. Antes fueron unos y hoy otros, pero encima no sabe

Desde aquel día 14 que se iniciara la medida de presión mediante el encierro, varias veces han sido presionados los policías para que abandonaran dicha acción de presión. La propia alcaldesa de la ciudad, Gema Araujo, ordenó de viva voz el desalojo y desmantelamiento del lugar y de cuantos carteles reivindicadores “decoran” el primer edificio municipal. Los agentes reivindicantes, lejos de obedecer la orden, pero haciendo uso de un notable sentido del deber para con la ley (son agentes de la autoridad en el ejercicio de sus funciones y deben dar, como hicieron, ejemplo), negociaron el desmantelamiento de los carteles que ocupaban determinada zona del inmueble. Pese a la pacífica y educada actitud de los policías, la primera edil amenazó con solicitar a las autoridades estatales el empleo de la fuerza pública para proceder al desalojo. La pacífica actitud mostrada en todo momento por los concentrados resalta frente a la que muestran las centrales sindicales que NO apoyan este encierro. Los sindicatos apoyan, más bien dirigen y ejecutan, diarios cortes de calles y quema de neumáticos, acciones que perjudican al ciudadano y al buen funcionamiento de los servicios públicos.

Para acabar, decir que no sólo los funcionarios no perciben sus emolumentos, sino que los ciudadanos no disfrutan de los servicios que pagan con sus impuestos. El funcionamiento de la administración linense está PARADO, ¡NO EXISTE! En los últimos meses han crecido los incidentes violentos en las calles de la ciudad: heridos por disparos de armas de fuego, cuchilladas y robos.

Por la parte que me toca, la PL adolece de medios básicos y sus agentes llevamos años sin ser provistos de uniformes nuevos. Esto obliga a que cada miembro de la fuerza luzca la ropa de trabajo que pueda y casi quiera. En cuanto a vehículos pasa lo mismo, existen muy pocos y los escasos que se están utilizando no están dotados de identificación externa como coches del Cuerpo.■

Ernesto Pérez Vera

Policía Local de La Línea